Capítulo 13.

(El que a hierro mata, a hierro muere).

Dos días después.

El funeral de la Sra. Benítez y el investigador Smith fue en horas distintas, con dos horas de diferencia el uno del otro. El pueblo estaba desconcertado y con gran temor igual al que sentía Clara en ese momento, estaba triste a causa de lo sucedido con Smith y juan Carlos aún no podía creer que Guillermo se hubiera salido una vez más con la suya… estaban siendo asechados por una única persona a la cual ya tenían identificado y estaban tras su búsqueda. Claudia le contó a Juan Carlos que uno de los autores del asesinato de su padre ya se encontraba en custodia de la policía a la espera de una pronta sentencia. 
Mediados las once de la mañana, se llevó acabo la cristiana sepultura de la Sra. Eugenia… todos hicieron presencia en el lugar. Daniela se encontraba sola y destrozada, la cual llorando frente al ataúd de su madre llamó la atención de Juan Carlos, el cual con notoria curiosidad le preguntó a Claudia que parentesco tenía la joven con la difunta.  
—¿Quién es ella?. 
—Es la hija de la señora que murió en el accidente provocado por el autobús, accidente que su mismo hijo le provocó. —Contesto Claudia con pena. 
—¿A que te refieres, hablas del mismo tipo que se entregó a la policía?. 
—Así es. Ella es la hermana del hombre el cual participó en el asesinato de tu padre. —Le confesó Claudia a Juan. 
—No lo puedo creer… tanto daño a echo ese desgraciado. 
A Juan Carlos le invadió una sensación de nostalgia al ver aquella pobre muchacha destrozada frente al ataúd de su madre, por un momento lo hizo recordar de su momento, en el que también le había dado el último adiós a su padre. El la entendía, entendía su dolor, su tristeza y su ira… pero esa mujer resultó siento la hermana de uno de los asesinos de su padre y ninguno de ellos merecían su compasión. Se hizo el fuerte ante la situación. 
… 
El funeral del honorable Smith aconteció algo mas temprano a eso de las ocho en punto de la mañana, casi nadie asistió a su entierro, fue algo solitario y de pocas personas entre ellas Claudia y algunos funcionarios que trabajaron cerca a el. Luego de finalizar la despedida de la Sra. Eugenia, Claudia se acercó a la tumba en la cual reposaba su amor, junto a sus sentimientos… el se los había llevado sin saberlo. Con nostalgia tocó la lápida con ambas manos y deslizó su dedo índice por su nombre escrita en ella… con tristeza le dijo. 
—Lo siento, perdóname por no haber hecho nada por ti… perdóname de verdad. Aprendí mucho de ti… de veras que lo hice. De tu valentía, tu valor, tu entrega… hasta me acostumbre a tu arrogancia, a tu frialdad, a tus problemas, a tu pasado, a tu vida… a ti, me acostumbre a ti. No se como será vivir sin ti, a no verte más, a no amarte más en silencio. No se, no se como soportar este dolor tan grande que tengo en el pecho por haberte perdido sin ni siquiera decirte lo que sentía por ti… aunque supongo que ya lo sabes y quiero decirte que ese sentimiento siempre estará intacto en mi corazón, como esa sonrisa, con la sonrisa que te despediste de mi sin decirme adiós. Perdóname por no haber echo nada por ti… perdón. Espere encontrarnos muy pronto y tal vez allí, podamos ser felices como no lo fue en este mundo. No te olvidare jamás. Te quiero. 
Una fuerte llovizna se soltó de repente del cielo, Claudia se marchó del lugar bajo la lluvia… sola, triste y con el corazón partido en mil pedazos. 
…

Septiembre 20 de 1951.

Dos meses después…

Claudia había sido asignada definitivamente en el cargo que ocupó Smith, ella no tuvo opción alguna que aceptarlo. Luego de casi dos meses de investigación tras el rastro del malvado Guillermo y de seguir sus pasos dieron definitivamente por hallas su escondite, luego de lo acontecido dos meses atrás. Un día antes del operativo liderado por la investigadora y agente Claudia, ella quiso reunir a todos los que sufrieron a causa de toda la maldad de aquel hombre para decir unas cuantas palabras, en aquella reunión se encontraron… Clara, Daniela y Juan Carlos. Claudia con notoria tristeza por lo ocurrido con Smith y solidaridad ante ellos les dijo con seguridad. 
—Los clavos están unidos, todos hemos sido víctimas de esos dos hampones y deben pagar con todo el peso de la ley… como debe ser. Clara, tu fuiste víctima de ellos te quisieron hacer daño y créeme que se van arrepentir de haberlo hecho. Juan, tu perdiste a tu padre inocente a causa de la frialdad y maldad de esas escorias, van a pagar por todo el daño cometido. Daniela, tu y tu madre que esta en el cielo fueron víctimas de uno de ellos, después de lo ocurrido con lo que tu hermano le hizo a tu madre le caerá todo el peso de la ley ya que esta en custodia de la policía, tenlo por seguro. Y yo, perdí a mi jefe, a mi amigo, a mi cómplice… a mi. —Sin poder terminar la frase pidió disculpas, ya que el nudo que sentía en la garganta le impedía gritar su fallido amor por el. Smith. 
Daniela se encontró en el pasillo con Juan e intentó entablar una conversación con el, sentía que era necesario, ya que luego de salir la verdad a flote, su hermano Emer, fue cómplice en la muerte de su padre, estaban enlazados a causa de la maldad de un solo hombre. 
—Siento mucho lo de tu padre. Mi más sentidas condolencias. 
—También lo siento mucho por lo de tu madre, igualmente mis condolencias. —Dijo Juan, sin ni siquiera mirarla a la cara. 
—También siento mucho que mi hermano estuviera involucrado en lo de tu padre. 
—¿Y en lo de tu madre también no?. —dijo Juan en modo de pregunta con arrogancia. 
Daniela se quedó viéndolo por unos segundos a los ojos y en ellos vio rencor y odio. 
—Tu hermano, es una rata asquerosa sin dignidad… que lo único que pido es que donde esta en este preciso momento lo acribillen, lo humillen, lo hagan perder la cordura por todo el mal que a hecho y no necesito nada más, solo eso necesito. —Comento Juan exaltándose un poco, pero manteniendo la calma con todas sus fuerzas. Hablar del tema le removía el dolor en la herida. 
—Veo que estás segado por la rabia y el rencor y también pienso que no me vas a dar la oportunidad de compartir nuestro dolor por el hecho de ser la hermana del hombre que mató a tu padre. —Dijo Daniela con aceptación y concluyo diciendo. 
—Respeto tu decisión. 
Por último se despidió y se marcho… Juan, pensó que su actitud frente a ella no fue la más correcta pero lo que menos quería en ese preciso momento era que alguien tan cercano a uno de los asesinos de su padre estuviera cerca a él, estaba dentro de un mundo negro lleno de tristeza, enojo y rencor. 
… 
Claudia estudió muy bien cada paso, pista o indicio que la llevara a encontrar a su peor pesadilla. Ya todo estaba listo, el ataque en contra de Guillermo estaba más que planeado… había llegado el día. Guillermo se escondía en una vieja casa en uno de los pueblos más cercanos y allí, Claudia se encontraba con sus agentes más especializados para atraparlo de una vez por todas. Luego de casi dos horas de camino al lugar previsto donde se encontraba, rodearon dicha casa y accedieron al desenlace… Guillermo se percató de que estaba completamente rodeado y alistó su armamento para enfrentarse contra ellos, aún no se daba por vencido. 
—Esta rodeado, salga de la casa con las manos en alto. —Dijo en voz alta uno de los agentes. 
—Vengan por mi hijos de puta. —Les grito Guillermo desde el interior de la casa y levanto fuego contra ellos. 
Los disparos sonaban fuertemente entre ecos en aquel lugar… Guillermo logró abrirse espacio y huir por la parte trasera de la casa, Claudia descubrió su azaña de huida y corrió tras el en compañía de dos agentes, la persecución continuaba sin descanso hasta que uno de los agentes alcanzó a Guillermo y lo tiró al suelo cuando este intentaba atravesar un río, ambos se enfrentaron y en unos cuantos segundos después lograron atraparlo. Claudia totalmente agitada lo miro a los ojos y con plena satisfacción le dijo. 
—Por fin te dejaste atrapar pedazo de escoria. 
—¿Acaso les hacía mucha falta?. —Pregunto Guillermo con sarcasmo… completamente empapado de agua. 
—Claro, haces falta en la prisión de donde nunca vas a salir y vas a pagar por todo lo que has hecho. 
—¿Y qué e echo yo?. 
—Eres un descarado. Acaso se te olvido o te lo recuerdo. —Respondió Claudia con los ojos cristalizados de ira, acercándose a él le dijo contundentemente el nombre de las personas a las que el asesino con sus propias manos. 
—El Sr. Jacinto, la Sra. Eugenia, la esposa e hija de Smith y por último a mi compañero Smith. Acoso te parece poco, ellos fueron víctimas de tu maldad. 
—Veo que de solo verme te dan hartas ganas de darme un tiro en la frente. ¿No es así?. 
—Ganas no me faltan, créeme que si. Pero va en contra de mi ética. —Respondió Claudia. 
—¿Acaso esa rabia fue por que yo acabé con tu nidito de amor con el honorable Smith?. 
—Cállate imbécil, no sabes lo que dices. 
Guillermo estaba esposado y sostenido por los dos agentes que acompañaban a Claudia. 
—Llévenselo. —Ordeno. 
—Eso sí yo lo permito. —Murmuró. 
Guillermo era un profesional en combate, sus años en el servicio militar fueron claves en aquel momento… sin previo aviso golpeó a uno de los agentes por el estómago con su codo derecho y al otro lo atrapó de inmediato con sus brazos colocándole sobre el cuello las esposas que lo tenían sin salida, ocasionándole al otro agente un posible ahogamiento en segundos. Claudia le apunto con el arma completamente asustada, era imposible, su compañero estaba frente a ella y Guillermo se protegía con el. 
—Quíteme las malditas esposas o si no su amigo morirá ahogado en este preciso momento. 
Claudia le tiro las llaves a su compañero y este para lograr salvar su vida lo libero, de inmediato Guillermo le quitó el arma al agente, lo empujó contra Claudia y le disparó por la espalda cayendo al piso… de inmediato le apunto a Claudia, quedando así completamente estática. De inmediato los agentes que se habían quedado en la casa inspeccionado el lugar hicieron presencia en ese preciso segundo y no les quedó de otra que dispararle al sujeto seguidamente. Guillermo cayo al piso sin tregua, su maldad terminó cuando de inmediato a causa de los tiros, murió. 
…