Flashback
Llegue a mi casa después del colegio feliz al poder ver a mi tío que llegaba de Italia, era el hermano de mi madre, ella siempre hablaba de él, me contaba sus aventuras de pequeña junto a él y en sus ojos veía que extrañaba mucho a mi tío.
Al llegar a casa abrí la puerta y miré a mi madre sentada en el sillón con un señor al que no le lograba ver el rostro ya que se sentaba al frente de mi madre.
—Reychel, saluda a tu tío y sube a tu cuarto
—Hola princesita—Me miró el hombre con una sonrisa—. Que linda esta tu hija, Elizabeth —le dijo a lo que mamá sonrió
—Hola tío—lo abracé a modo de saludo
— ¿Cuántos años tiene esta preciosura?—me miró fijamente, a lo que respondí con una sonrisa
—Tengo nueve años, tío—dije balanceándome en mi peso
— ¡Oh! mira estos ojos azules, seguro los sacó del idiota de su padre—se reía con lo último que dijo
—Um...gracias tío—dije algo confusa
— ¡Reychel! sube arriba voy a conversar con tu tío—interrumpe mi mamá
—Pero déjela que se quede, hermana
—No...—titubea—. Ella tiene que..que hacer sus tareas-dijo dubitativa mi madre
Desde ese día que lo conocí todo cambio para mí, pues me di cuenta que la vida no es tan bonita como creen.
Ahora:
Esa chica de ojos pequeños y celestes corría agitadamente, pasando los arbustos, evitando tropezar diciendo para sí que ya faltaba poco y que siguiera escapando.
Flashback 2 (Narrador omnisciente)
—Ah...—Bostezaba la pequeña niña— ¿Tío?—Preguntó sobándose los ojos— ¿Qué haces acá, tío?
—Nada pequeña, solo vine a verificar si te encontrabas bien—dijo sentándose en su cama.
—Si lo estoy tío, gracias—dijo la pequeña esperando que ese hombre se vaya de su habitación.
—Mm...Estoy mal, princesa. No puedo dormir, ¿qué te parece si jugamos?
Se acercó más a ella y alargaba su brazo para tocarle la mejilla.
— ¿A qué? —preguntó pensando que si jugaban él se iba a ir.
—Tú tienes que esconder este juguetito—Dijo cogiendo una pelota del tamaño de su mano—, y yo lo tengo que encontrar.
—Ya—respondió la inocente niña— ¿Podemos prender la luz?
—No, así es más divertido—negó el hombre
El hombre cerró los ojos y la niña lo escondió en su ropero, al abrir los ojos el hombre vio donde lo escondía y finalmente lo encontró.
—Aquí está—Menciono sonriéndole—, pero ahora lo tienes que esconder en tu cuerpo.
— ¿En mi cuerpo?—preguntó la pequeña y en su inocencia no sabía la maldad que el hombre pensaba.
—Si, en el tuyo, nena—le habló mirándola morbosamente.
La niña obedeció para que ese hombre por fin se vaya y la deje dormir, así que lo escondió en su chompita de lana y al abrir los ojos, el hombre le toco sus piernas, su cuello, su espalda, hasta que sacó la pelota. La niña se sintió incómoda con todo esto.
—Tío, ya no quiero jugar, yo quiero dormir—dijo temerosa
—Yo quiero jugar—la sentó en su regazo y le intentó bajar su pantalón de dormir.
—Tío, ¿Qué haces?—no se dejaba bajar su pantalón, ella lo sostenía entre sus manos.
—No te preocupes, princesa. Te enseñaré un nuevo juego que te gustara...—le tapó la boca.
Desde esa noche nada fue normal para ella, ni siquiera sabe dónde estuvo su madre aquel viernes de tormenta.
Ahora:
Al acordarse de todo eso, a pesar de que ya le dolían las piernas no paraba de correr al igual que no paraba de llorar
—Ven para acá, zorrita, deja de correr por que te alcanzaré y ya sabes lo que te espera.
"Dale Reychel, sigue corriendo, si puedes, lo vas a lograr" se dijo con voz débil y temblorosa.
Flashback 3
—Mamá, ¡escúchame!—le gritó a su madre que se encontraba de espaldas
—Ya te dije que este documento tengo que entregar mañana, ¿No entiendes?—le respondió esta, agarrando un documento y buscando los demás
—No me dejes sola por favor—le rogó la niña de nueve años.
—Sabes que al costado vive tu tío. Le pediré que te cuide—contesto indiferente su madre.
—No quiero. Él me hace daño madre, él es un hombre muy malo-dijo la ojiazul y por primera vez, su madre volteo rápido y con fuerza la sujetó de los codos.
— ¡No vuelvas a decir eso!, es mi hermano, ¿Cómo puedes difamarlo de esa manera?, no quiero estar escuchando esas tonterías ni que cuentes cosas así de él, ¿Me escuchaste?—dijo zarandeando a la niña
— ¡Madre, créeme!—Miró a su madre y vio en sus ojos que ella no cambiaría de opinión—Está bien, madre—agachó la cabeza y se dispuso a subir a su habitación a leer su libro favorito "La bella durmiente".
Le fascinaba el libro porque ella creía que era como esa princesa que estaba sumida en un sueño y esperará que su apuesto príncipe la rescate.
Flashback 4
—Señora, ¿Está Reychel? mi mamá le quiere dar...—preguntó un niño de apenas once años con ojos verdes que vivía en la casa de al frente y al ver que nadie respondía se acercó más— ¿Señora?—pego su oído a la puerta y de pronto escuchó gritos.
— ¡Déjame!—vio a una chica de su edad empujando a un hombre que la quería tocar, él se adentró a la casa y vio cómo el hombre le agarraba de los mechones.
— ¡Oiga!, ¿no la escucho?, ha dicho que la deje—gritó el muchacho altanero
El hombre miró al muchacho, miró a la chica y salió de la casa prometiendo volver más tarde.
— ¿Quién era ese hombre, lo conoces?—preguntó a lo que ella negó con la cabeza, él la abrazo consolando a la chica que empezaba a llorar.
Reychel vio a su príncipe que la salvó, ella sentía que él la despertaría de ese sueño.
Ahora:
Seguí corriendo pensando en Rayan, en que él la ayudaría, dobló la esquina pasando los pastizales y miro por detrás viendo a su tío lejos, lo cual no se dio cuenta con una piedra delante de ella, a lo que tropezó yéndose directo al piso chocando con una roca y golpeándose hasta desmayarse.