Lágrimas de Medianoche

Capítulo 7: La fogata.

Me desperté y mire los lugares que se oscurecían en la madera del techo. Sonreí, una sonrisa amplia. Había sido la mejor noche desde que llegue aquí. Tal vez empezó con una horrible pesadilla pero después de que me desperté y volví a dormirme, caí en un profundo sueño. La noche anterior tuvo dos lados, el lado oscuro, la pesadilla y el lado claro, el sueño tranquilo.

Pero hay partes de la noche que no recuerdo. Me encojo de hombros, tal vez estaba demasiado cansada.

Me estiro en mi cama, sin querer levantarme. Esta tan cómoda y caliente.  Amanecí abrazada a una almohada después de haber tenido un tranquilo sueño sobre una playa.

Mi primer día de un verdadero sueño entre días de pesadillas. Sonrió y entierro mi rostro en la suave almohada de color azul. Huele a algo ligeramente almizclado y ceniza. Un aroma embriagador.

Me quito mis pesadas cobijas de lana y salgo de la cama ahogando un chillido cuando mis pálidos pies tocan el suelo helado. Fui dando pequeños saltos hacia el pequeño baño de mi habitación.

Cuando me mire en el espejo parecía una chica nueva. Mi cabello cobrizo parecía más brillante  y por primera vez en días cuando me mire en el espejo no tenía manchas oscuras bajo mis ojos. Me veía como la antigua yo, la chica que sonreía y era carismática. Una chica normal.

No lo eres

La sonrisa desapareció de mi rostro y aparte mi mirada de mi reflejo. Podría jurar que ahora la imagen en el espejo era la de la chica de cabello negro. Cerré mis ojos con fuerza y tome una respiración profunda antes de volver a mirar el espejo.

Esperaba encontrarme con esos espeluznantes ojos esmeraldas pero yo misma me devolvía la mirada. Suspiro y sacudo la cabeza.

Me quito mi pijama y entro en la ducha intentando no tocar las heladas paredes de porcelana.

Giro la manija de ducha y un chorro de agua hirviendo golpea la parte de atrás de mi cuello. Un grito sale desde lo más profundo de mí ser y pego mi espalda contra la pared. Intentando calmar el ardor.

Escucho un golpe en la puerta y luego la agitada voz de mi padre sorprendiéndome.

– ¿estás bien? ¿Qué sucede? –su voz denota preocupación, mis ojos se abren como platos ante esto.

¿Él se preocupa por mí?

–Estoy bien –le respondo para calmarlo y luego miro hacia atrás, mi hombro y parte de mi espalda esta enrojecida y caliente.- Solo un pequeño error.

– ¿estas segura? –inquiere el sin estar seguro totalmente.

–Sí, estoy bien –casi puedo verlo frunciendo el ceño pero luego escucho sus pisadas mientras se aleja.

Miro confundida la puerta y abro el agua fría. No me importa si me congelo.

¿Será que le importo? Debo importarle de alguna manera, porque estoy viviendo con él. Él me está cuidando, de alguna manera. De una u otra forma se preocupa por mí, en su rara manera de demostrarlo.

Me envuelvo en la mullida toalla blanca y salgo del baño. Me estremezco pues las gotas de agua fría corren por mi piel y el ambiente en mi cuarto está bastante frio, al parecer deje una ventana abierta. Frunzo el ceño, yo nunca hago eso.

Los pocos rayos del sol se filtran entre las nubes iluminando mi habitación con un tenue brillo. Me coloco unos simples vaqueros y una blusa morada junto con mis converse negros. Y nunca puede faltar mi chaqueta, no en este lugar.

Para cuando termino los pocos rayos del sol que había, ya no existen y han sido reemplazados por las mismas nubes grises de siempre.

Dejo escapar un suspiro y tomo mi mochila para bajar y tomar mi desayuno antes de ir al instituto.

En el momento en que mis pies tocan el suelo del primer piso, noto que Steven no está. El lugar está completamente silencioso a excepción de la televisión.

Me sirvo un tazón de cereal y me siento en uno de las sillas negras lado de la barra.

La televisión está en el canal local de noticias. Una muy delgada y alta reportera de piel morena tiene una mirada seria mientras habla sobre un posible asesinato. 

Termino mi cereal y lavo el tazón.

–El cuerpo del chico de dieciocho años fue encontrado sin ninguna marca de arma en su cuerpo en medio del bosque –Dejo el tazón y miro la pantalla muestran una foto de un chico bajo de cabello rubio sonriendo alegremente, luego vuelve a parecer la reportera– La policía no ha encontrado ninguna extraña marca en su cuerpo que indique que fue asesinado con un arma –ella toma una respiración y continua-Solo la autopsia nos revelara si este chico sufrió una intoxicación o fue envenenado.  Más detalles sobre la historia en unos instan…

Apago el televisor antes de que termine. Tal vez el chico estaba excesivamente ebrio anoche y termino desmayándose en el bosque y el licor lo mato.

Aun así el chico de la fotografía parecía un chico correcto, su sonrisa era verdadera y agradable, no parecía el tipo de chico que sale a embriagarse y mucho menos a drogarse.

Esta vez en lugar de tomar una manzana para el almuerzo decido hacerme un sándwich.

Salgo de la casa, entro en el auto y meto la llave en la ignición.  Tengo que agradecer que por lo menos hoy no esté lloviendo y las calles no están mojadas.




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