Lágrimas de Medianoche

Capítulo 14: Realidad.

Observe a William sorprendida mientras se alejaba de mi rápidamente tomando bocanadas de aire, sus ojos cambiaron lentamente hasta regresar al azul zafiro que me deja anonadada; mi corazón aún papilta desenfrenadamente en mi pecho por el miedo que me causó la mirada de William hace unos segundos.

Me recordó lo que él es realmente y que puede causarme daño, aunque sé completamente que William no me heriría de ninguna manera, lo veo en sus ojos. Es un sentimiento de protección, él quiere protegerme.

—tranquila, lo tengo bajo control.— dice el suspirando pesadamente. aunque esta en una situación difícil, él piensa en como me afecta a mi.

Pongo una mano en mi pecho y me concentro en ralentizar mi agitada respiración. No quiero que se preocupe por como he reaccionado. Aquel manto negro que cubrió sus ojos había paralizado el correr de la sangre en mis venas. Ha sido el único momento en el que William realmente me ha aterrado.

—¿Qué sucedió?—pregunto mirándolo tratando de ocultar mi desesperación.

— Son las almas dentro de ti, tú vitalidad, eso llama al demonio que hay en mi — explica él. Es la primera vez que abiertamente acepta que es un ser sin alma. —tú alma y la de mi hermana, ambas descansan en tú cuerpo. Dos almas, eso te hace el doble de atrayente.

Esta tan sencillo olvidar lo que realmente es, a mis ojos, es como otro chico. Común. Normal.

Me levanto de donde me encuentro sentada y recuerdo la presión de sus labios contra los míos. Sonrío mientras toco mis delgados labios que se encuentran sensibles por el reciente beso.

William observa mi movimiento ocasionando que me sonroje. Él se levanta de donde esta, al otro lado de la pequeña cueva. Me tiende una mano, sin titubear, poso mi delgada mano sobre la suya y el me atrae contra su cuerpo.

Comenzamos a caminar hacia la salida de la cueva, pero antes de salir, observo por última vez como la luz atravesando el agua crea matices de colores en nuestra piel y en las paredes de la cueva.

Esto es el tipo de cosas que cualquier persona en el mundo debe presenciar antes de morir, admirar tal belleza creada por la naturaleza. Suspiro y salimos de ahí.

Will me ayuda a bajar de la roca, colocando un brazo en mi cintura. Un movimiento demasiado intimo, me alejo y el nota eficazmente mi cambio de actitud.

Al notar que estamos ante la luz del atardecer, saco mi celular y reviso la hora.

—¿cuánto tiempo estuve desmayada, Will?— pregunto. Preocupada de repente por Steven. Su trabajo como médico le impide estar mucho tiempo en la casa, pero me ha sorprendido varias veces estando ahí temprano. Ruego porque no sea uno de esos días.

— después de tu visita a la Médium, estuviste desmayada menos de una hora, luego te dije todo sobre mi familia y lo que sucedió — el aparta unas ramas del camino mientras caminamos de regreso a la residencia Walker.

—Necesito regresar, por lo menos no fue demasiado tiempo — comienzo a caminar rápidamente, esquivando ramas y rocas cuando el infame cuervo se posa en una rama frente a mi.

Me observa detenidamente con sus pequeños ojos negros, suelta un graznido que hace que quiera taparme los oídos, un pitido permanece en mi audición, mientas el cuervo aletea pero no se mueve.

—¡No hagas ningún movimiento brusco! — advierte William mientras me adelanta y se para delante de mi protegiéndome de aquel animal.

—recuerdo que a Jane solía seguirla uno de estos a donde quiera que íbamos.

Susurra él, de repente ensimismado en sus pensamientos.

Aquel nombre desata una especie de caos en mi mente, la forma en se William lo pronunció, con dolor en cada silaba. Pero, más allá que dolor, reconocí rencor en su tono.

Jane Montezo, una supuesta alumna nueva. No es más que una farsante.

Jane.

Ella estuvo en mi habitación la noche de aquel sueño con la familia de Charlotte. Ella que tomó una de mis almohadas y la olió como si aquel olor la obsesionara.

Otro recuerdo me abruma, la noche que fui a la estación de policías donde encontré el reporte falso, ella me atacó. Reconozco su tono de voz.

Suelto un grito que resuena en el bosque.

Escucho el chillido del cuervo a la distancia, mientras se aleja aleteando desesperadamente.

"¡Samantha!" grita Charlotte en mi mente.

—¡Samantha!—grita William con pánico en sus ojos mientras me toma por lo hombros.

Tomo bocanadas de aire, me siento asfixiada. Lo empujo y él se aleja. Tomo mi cabeza entre mis manos ante el dolor que me ha provocado recordar todo aquello.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.