Lágrimas de Medianoche

Capítulo 19: Muerte.

No sé que responder ante eso, en mi mente nada un nudo de pensamientos, confundiéndome.

—Iluminame —pido mientras intento pararme, aunque mi cuerpo esta débil, mis extremidades no responden a las órdenes de mi cerebro.

—¡Insolente!— gritó ella golpeándome. Caí al suelo con un golpe sordo y no logré levantarme de nuevo.

Agobiada simplemente escuché mientras Jane parecía revivir su pasado.

—Mi padre se casó con una hermosa mujer de cabello rojo, vaya sorpresa me llevé cuando me dijeron que tenía una hija. Una hermosa chica con el cabello cobrizo, amable y cariñosa con los demás —escupió con odio, se sentó frente a mi, acariciando la daga de plata.

No era capaz de levantarme, mis brazos sólo eran una extensión de mi, lánguidos y sin uso.

Me duele la cabeza y cada músculo de mi cuerpo, estoy inerte, y Jane parece disfrutarlo.

—Desde el primer día lo celos me invadieron. Eras tan perfecta, todo el mundo te amaba.

Ella se sienta en el suelo, a mi lado y toma un mechón de mi cabello entre sus dedos. Lo frota entre sus dedos y luego, lo suelta asqueada.

—No te entiendo — digo. Mi cabeza palpita y me cuesta asimilar lo que dice.

—El mismo año que intente asesinar a los hermanos Walker, te asesine a ti. Pero, hay una ley "Toda vida arrebatada injustamente, tiene derecho a una segunda oportunidad ",Eso lo aprendí después de tu muerte.

— ¿Esta es mi segunda vida?— pregunto, intentando comprender.

—No lo sé. Las almas tiene un ciclo. Viven varias vidas, a menos de que sean almas pecadoras. Almas malvadas, la condena de algunas es pasar su eternidad vagando sin alma y la de otras... Es cumplir su sentencia en lo que los humanos conocen como infierno.

Intenté comprender lo que decía pero mi cerebro se sentía brumoso, sólo era un simple incoherencia, aún así, respondí: —Entonces, tu castigo fue vagar sin alma como...

—Un demonio — terminó ella— Así es, Samantha. Cuando te asesiné a causa de mis celos mi alma fue arrebatada y estaba maldita.

Se levanta de mi lado y camina hacia el catre donde descansa Charlotte, intento hablarle pero no me responde, su voz ya no está en mi mente.

Jane acaricia la pálida mejilla de Charlotte.

— Nunca me arrepentí pero quería mi humanidad de regreso... Así que, busque una solución... Hallé un libro antiguo, un libro sobre demonios, decía que la única forma de obtener tu alma de regreso es derramar la sangre de tres inocentes que compartan lazos familiares, en concreto, hermanos.

Ella se detuvo y bajó el ligero camisón que lleva el cuerpo de Charlotte, acarició el lugar donde su corazón debería palpitar y mostró una sonrisa maquiavélica.

—Habían muchas familias con tres hijos... Pero me sentí atraída por William Walker, así que tomé la decisión, él y sus dos odiosas hermanas serían mi sacrificio.

Jane regresa a mi lado y acaricia mi mejilla de la misma manera como acarició a Charlotte.

Trato de apartarme, sobre todo, cuando su mano baja hasta mi garganta y apreta, cortando el paso de aire a mis pulmones. 

—Pero Charlotte murió, cayendo por un acantilado, antes de que la asesinará... Jamás se cumplió mi sacrificio para volver a ser humana y la misma maldición mía, cayó sobre William y Elizabeth hasta que el alma de su  hermanita regresará por morir injustamente.

Ella bajó la mirada,, observando mi cuerpo bajo el hermoso vestido que había comprado, ahora esta destrozado.

— Entonces, cuando el alma de Charlotte regresará, ellos tendrían una segunda oportunidad para ser humanos y yo podría cumplir mi sacrificio.

Ella alza la daga y observa el resplandor de esta, me da una mirada cargada de odio y locura.

De un momento a otro, clava la daga a través de mi vestido y esta se clava en mi pierna.

Suelto un grito de dolor que resuena por todo el lugar.

— Y debo asesinarte para liberar el alma de Charlotte, será un gusto para mi hacerlo de nuevo.

Un dolor indescriptible hace que me estremezca, ella toma el mango de la daga y la mueve haciendo que me retuerza y grité mientras disfruta, con una sonrisa en sus rojos labios, ella baja la daga con fuerza a lo largo de mi pierna.

Incapaz de gritar más cegada por el dolor, sólo me dejo caer mientras mi visión se torna borrosa. Bajo una mano por mi cuerpo y siento un liquido caliente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.