Lágrimas de navidad

La venganza

Al ser expulsado Matías, buscó la oportunidad para vengarse de Alex y la encontró al saber que acompañaba a Daniela, que desde que conoció a Alex usaba una hermosa cola de caballo dorada, y los esperó rumbo al edificio donde ella vivía. Salió de su escondite y tiró fuertemente de la cola de caballo, la pobre niña cayó al suelo ensuciando sus libros y su ropa, Matías reía desde su sitio.

Tal fue la ira que sintió Alex al ver tratada así a su querida amiga que después de levantarla, sin pensar en la estatura o fuerza del agresor, se le fue encima de un salto, que logró tumbarlo y aplicarle dos puñetazos; pero la fuerza bruta de Matías se impuso y lo redujo boca abajo con el rostro pegado al suelo. En esa posición le daba brutales golpes en la cabeza mientras le decía:

—¿Qué pensabas hacer? Ah…

—¡Suéltalo, suéltalo! —gritó Daniela mientras intentaba ayudar a Alex, pero Matías de un empujón la hizo a un lado. Ahora Alex luchaba con más ahínco por liberarse y Matías dijo:

—Ríndete

—No

—¡Ríndete o te mato! —Y sacó una navaja que acercó al rostro de Alex.

—No me rendiré jamás.

El alboroto atrajo a una multitud, entre ellos a un policía que agarró el arma filuda con una mano y luego aprenhendió al bravucón antes de que pudiera escapar. Fue la última vez que vieron a Matías.

—¡Bravo valiente! —exclamaron los presentes.

Su ojo estaba hinchado y sangrando, pero había defendido a Daniela y ahora le decía:

—No te preocupes, yo llevo tus libros.



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En el texto hay: navidad, cuento, escolar

Editado: 10.12.2021

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