Lágrimas de una mujer desesperada.

CAPÍTULO XI: PASAN LOS AÑOS Y LOS PROBLEMAS SENTIMENTALES EMPEORAN.

Cuando comienzan a agrandarse los problemas en una relación lo último que se puede hacer es sentirse emocionalmente dependiente de esa persona sino todo lo contrario, tienes que hacer todo lo posible por salir de ahí antes de que lleguen las cosas a los extremos.

 

Han ido pasando los meses, Alma ya está totalmente acoplada en Toledo, tiene sus amigos, dos trabajos a falta de uno, en casa ya se está acostumbrando a intentar pasar de los malos rollos, aun así las constantes pataletas, palabras malsonantes e insultos por parte de Lucas y su padre son cada vez más abundante y crueles, hay momentos en los que su paciencia se colma y no puede evitar una discusión, recibe insultos a menudo bastante crueles y le duelen, aunque intenta evitar el llorar delante de nadie, total cada vez que llora le gritan más fuerte, de nada le sirve.
Ya comienza a dolerle incluso el estar allí en esa casa, que cada dos por tres le están reclamando que no es suya, “Estás aquí de prestada” o “Estás aquí porque mi padre te sacó de tu casa” son comentarios que le repite una y otra vez Lucas, con tono cada vez más despectivo.
No entiende como Lucas ni ve ni valora todo lo que está haciendo por él, le sigue dando todos sus caprichos, le paga sus viajes a ver a sus amigos o familia, cuando salen a comer fuera de casa le invita ella, mientras que él está en la cama hasta que llega a casa harta de trabajar.

No se siente en absoluto valorada y en ocasiones comienza a pensar que quizás su familia tuviese razón en todas y cada una de las cosas que le decían sobre el muchacho, pero aun así su amor sigue siendo tan fuerte e incondicional que es incapaz de dejarle solo, la sola idea ya la reconcome, aunque sí necesitaría un tiempo para pensar y para dedicárselo a ella misma, a pesar de ello, no lo hace, lo ama más que a sí misma.
Siguen pasando las semanas y las acusaciones e insultos por parte de Lucas se vuelven cada vez más crueles, hasta el momento de que en medio de una discusión el muchacho le da un puñetazo al armario entre gritos hacia ella de “guarra, puta” y un largo etcétera de este estilo.
Alma, rompe a llorar desconsolada, está rota de dolor, nunca imaginó que el joven que con tan buenas palabras y tanto romanticismo, pudiese cambiar tan drásticamente, hasta convertirse en lo que ve ante ella.
A pesar de todo esto, Alma le perdona una y otra vez, una y otra, aunque se siguen repitiendo este tipo de discusiones, ella no siente el hacer otra cosa que el perdonarlo.
Además de todo esto, siente que hay una persona que aún les mantiene unidos, uno de los mejores amigos de Lucas, para ella como si fuese su padre, Ramón, quien aunque no le conoce personalmente, sus largas conversaciones por internet hace que se convierta en el punto de unión entre Lucas y ella.
Quizás por no perder a la gente que fiesta tras fiesta ha ido conociendo con Lucas y sobre todo por Ramón, es por lo que tres años después de llegar a Toledo, sigue aguantando todo lo que lo hace.
Además que lo sigue amando, ya le comienza a dar un poco igual las palabras o los actos del joven, lo necesita cerca, se ha hecho totalmente dependiente de él, sin Lucas cree o siente que sería incapaz de continuar hacia adelante, estaría sin rumbo ninguno por la vida, por lo que decide seguir a su lado, en lo bueno y en lo malo, pase lo que pase.

Siguen pasando los meses y con ellos continúan los gritos y a su vez llegan los primeros golpes a lo primero que Lucas encuentra por su camino, cualquier palabra que la chica le dirige le resulta motivo suficiente para gritarle y golpearlo todo; muebles, puertas, mesas… Todo lo que tenga a su alcance.

Alma comienza a tenerle miedo cada vez que lo ve en esa situación de excesivo nerviosismo, ve que al final terminará golpeándola a ella también y comienza a asustarse.
A pesar de que por amor decide ocultar este tipo de situaciones, se va desahogando poco a poco con su padre, Arturo, quien le comienza a aconsejar que se vaya con él a su casa a ver si de este modo Lucas es capaz de reaccionar y darse cuenta de todo lo que puede llegar a perder.
Pero Alma es incapaz lo quiere demasiado como para dejarlo solo, ve que su padre ya es mayor y puede faltarle en cualquier momento y el pensamiento de que en ese momento que pasaría con el muchacho la reconcome por dentro y siente mucha pena por él.
Además está comenzando a obsesionarse con los deseos de ser madre y al tenerle a él le da pereza buscar a otro para que le sustituya en ese sentido.
A pesar de esto, la situación sigue empeorando y la chica no aguanta más y decide ir a pedir ayuda a quien sea, donde sea.
Cualquier cosa es buena para encontrar el valor que le falta para salir de semejante pesadilla.




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