Lágrimas de una mujer desesperada.

CAPITULO XIV: LA PAREJA PASA LA ESTANCIA EN SU PUEBLO.

Cuando se cumple una de tus ilusiones te sientes la persona más afortunada en el universo, sin embargo; en esos momentos, no eres capaz de imaginar que la desilusión de todo este hecho en ocasiones traen problemas tan inmensamente grandes como es el poner tu vida y la de la gente que quieres en peligro.

 

Poco más de media hora después de arrancar la furgoneta, la pareja llega a su destino, son inmensamente felices de poder vivir en el pueblo que tan felices les ha hecho durante bastante tiempo.
Durante un par de horas se dedican a bajar cajas de la furgoneta y a subirlas al departamento donde pretenden volver a ser felices juntos, en cuanto terminan deciden ir a ver a los amigos; saben que les espera una grata bienvenida.
Tras el recibimiento van pasando los días y con ellos comienzan los jaleos de papeleos para pedir ayuda alimenticia y demás.
Día a día ya se están amoldando muy rápido al pueblo, quizás demasiado.
Entre amigos, risas y papeleos pasan los días y entre medias comienzan a tener relación con una pareja que vive puerta con puerta con ellos.

Sobre todo los dos muchachos, van cogiendo más y más confianza a medida de que van pasando los días juntos, Alma es aún muy desconfiada y prefiere quedarse un poco atrás aunque también se lleva bastante bien con esta nueva pareja de amigos.
Siguen pasando los días y Alma está cada vez más feliz, va consiguiendo su clientela fija con sus cupones de lotería, tiene cerca a sus amigos, tiene trato con su familia; aunque sea poco, pero existe, y lo que más le importa vuelve a tener a Lucas, ¡A su Lucas! A su lado.
La felicidad no puede ser más plena aunque les falten los medios económicos para grandes acontecimientos, aun así a ella le vale para ser feliz.
Varias semanas después de su llegada al pueblo, Alma oye que en uno de los bares clientes suyos que esa misma noche se celebrará una actuación y además habrá karaoke.
En cuanto llega a casa se lo comunica a Lucas y deciden ir a pasar el rato allí.
Se lo comunican a los amigos de al lado y deciden ir también con ellos, cada día las dos parejas se llevan mejor y constantemente están una pareja en la casa de la otra.
Con tan mala suerte que a puntito de llegar al local, Alma sufre un incidente y cae al suelo haciéndose un esguince, aun así decide aguantar el dolor y seguir con la fiesta de la noche, “para una vez que salgo no me voy a joder la noche a mí misma” piensa.
Continúan con la fiesta y a pesar del dolor de pie que tiene se lo pasa genial y al terminar la velada ya no aguanta más el dolor y decide ir a urgencias donde la mandan al hospital de Toledo a que la escayolen.
Pasan horas allí sin imaginar lo que les espera en los próximos días al volver a casa.

A las cuatro de la mañana regresan a casa y durante un par de días Alma debe tomárselos de baja en el trabajo, días en los que Lucas se recorre el pueblo para conseguirle unas muletas y que la joven pueda volver al trabajo lo antes posible.

Cuando lo logra, comienzan los problemas grandes, en los que comienzan a notar raro a Fran, su vecino-amigo, primeramente.
Al día siguiente, Lucas aprovecha para intentar saber qué es lo que le ocurre, momento en el que llegan las primeras amenazas hacia el joven.
Así pasan dos o tres días más, con el miedo en el cuerpo para los dos, hasta que por la mañana temprano, mientras Alma se está arreglando, escuchan a Fran amenazar a voces a su gran amigo Gustavo, quien iba a su casa a hacerles una visita.
“Escuchando tras la puerta” como se dice la pareja está durante casi media hora, hasta que Alma explota y sale navaja en mano a intentar tranquilizarlo, viendo que a base de palabras lo único que consigue es que el muchacho le levante la mano, le muestra la navaja que lleva en la mano, acto que solo hace empeorar las cosas y lo que provoca que Lucas tenga que cogerla por la cintura y meterla de seguido en la casa.
Tras darle un golpe a Lucas, Fran de una patada tira la puerta del hogar de la pareja, los cuales acto seguido deben salir corriendo a casa de su amigo Héctor.
Allí pasan todo el día, con el miedo en el cuerpo, hasta que llega Antonio, el padre de Alma a recogerles y llevarles consigo a casa.
Aquí termina su estancia de felicidad en el pueblo, algo que nunca jamás serán capaces de superar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.