Lágrimas de una mujer desesperada.

CAPÍTULO XVII: PRIMERA ESTANCIA EN CIUDAD REAL.

Cuando una persona hace las cosas guiada solamente por el corazón, las hace con más amor y satisfacción que si fuese al revés y tarda muchísimo más tiempo, si es que sucede algún día, en arrepentirse de haber hecho ciertas cosas en la vida.

 

La pareja por fin, llega a Ciudad Real, más concretamente a Alcázar de San Juan, donde han podido encontrar un estudio a un precio casi inigualable, de pocos metros, pero sobre todo para el pueblo que es, un regalo, en el tema precio.
Durante toda la mañana se dedican a subir y colocar cajas, firmar el nuevo contrato de alquiler y poco tiempo les da para buscar el Mercadona más cercano a su domicilio para ir a comprar lo necesario para comer.
Acto seguido no pueden evitar caer dormidos con tanto cansancio acumulado durante el día.
Cuando despiertan, comienzan los problemas ya que se les va la luz de la casa y hasta un muy buen rato después no son capaces de arreglarlo para poder hacer la cena.
Después de la cena deciden ir a dar un paseo por el pueblo para conocerlo, para su sorpresa se encuentran con que hay fiesta de zombies y hasta bien tarde se lo pasan en grande viendo a la gente disfrazada asustando a los demás.
Así pasa el primer día de estancia en el nuevo entorno de la pareja, prácticamente el único divertido que vivirán juntos.


Tras este primer día, siguen pasando los días y las semanas y con ello llegan todo tipo de cosas tanto buenas como malas.
Por un lado, se arriesgan a adoptar un perro; un pastor catalán al que ponen el nombre de Tar y quien desde el primer momento se convierte en el niño mimado de la muchacha, su ilusión, sus fuerzas para amarrarse a su amarga vida.
El hecho de la llegada de Tar a su vida, le hace inmensamente feliz, el levantarse antes para bajarlo y cuidarlo, llegar a casa y ver como la recibe con su amor incondicional y saber que tiene alguien que por fin le da todo su amor sin pedirle a cambio nada más que cariño y comida, esa sensación, Alma, no la cambia por nada en el mundo.
A pesar de todo esto, a los pocos días de la llegada, muere prácticamente de manera inminente el padre de Lucas, hecho que marcará sus vidas para siempre ya que la actitud del muchacho se vuelve mucho más arisca y violenta con ella, a la mínima que se le ocurre decirle cualquier cosa se torna en insulto o incluso en ocasiones en bofetada para la joven.
A pesar de que le va saliendo algunos días de trabajo a Lucas, su comportamiento sigue siendo igual de violento con Alma e incluso con el paso de las semanas va aumentando y la chica comienza a tener miedo, de todo lo que ocurre en el mundo se siente culpable y responsable, ya que Lucas se encarga de hacérselo sentir.
No se da cuenta de todo lo que la chica lleva haciendo por el durante años, incluso días después del fallecimiento del padre del muchacho y detrás de una caída, Alma pierde el bebé que tan locamente estaban buscando.
Hecho que termina de destrozar a Alma por dentro y que hace que en su relación ya no sea capaz de ser la misma por mucho que lo intente.
Entre unas cosas y otras, aunque la relación a causa de los problemas, los golpes y los insultos se va deteriorando por segundos, Alma sigue empeñada en darle a Lucas lo mejor que le es posible, ya le tiene una mezcla de amor y miedo muy extraña y difícil de explicar.

 


Aunque Alma lucha con todas sus fuerzas por la relación, un problema siempre trae otro y ese otro trae otro aun peor, y después de todos los ya vividos a consecuencia de la llegada de Tar y unos vecinos bastante problemáticos, su casero les termina poniendo un ultimátum “Tenéis un mes, u os deshacéis del perro u os buscáis otra casa”, fueron las duras palabras que les dirigió su casero, lo que provocó una discusión más entre la pareja, para la cual, cada discusión es más fuerte que la anterior.
Deprisa y corriendo no tienen más remedio que buscar otro hogar donde puedan admitir al cachorro que tantísimo adora Alma, “Cualquier cosa antes que deshacerme de mi cachorro” son las palabras llenas de amargura que dice la chica.
Buscando y buscando salidas, se tiran todo el día y mientras tanto, discutiendo y si a Alma hay alguna cosa que no le parezca, Lucas se lo recrimina a base de insultos o agresiones físicas, así prácticamente todos los días.
Hasta que por fin hartos de tanto buscar, dan con un piso muy cerca de donde viven en el cual aceptan al perrillo, lo que alegra inmensamente a Alma.
Lo que no imagina es lo que va a tener que vivir una vez se hayan mudado de casa, el calvario que le va a tocar vivir, igual o incluso peor del que está viviendo hasta el momento.

​​​​​​




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.