No existe aún una vela
Que con fuego no se consuma,
Ni una llama muda
Que con el tiempo no desaparezca,
No existe un amor
Que sin saberlo no se escape
Con el mismo desconcierto
Que sin saberlo llega.
La llama se había apagado
En el corazón de la dama.
Pero en el caballero era una llamarada
Que consumía cualquier razón
Por eso, cuando ésta
Le hizo conocer que ya no le quería
Dentro del caballero,
Se acabó la ilusión.
Unos días largos, meses después,
La damisela le dijo "¡Qué triste te vez!"
Él le contestó, sin inmutarse:
"Siempre he sido triste, mi bello Ángel.
Sólo que ahora tengo una excusa,
Para expresar cómo es mi corazón,
Y todos piensa que es por tu culpa.
...
Triste he sido, triste seré, y no fue por qué usted se fue..."
Triste por ser así, no por usted.
Una triste novela en que usted participó.
No sientas culpa, que no es por usted,
Usted me encontró con esta maldición.
Triste por ser así, no por usted.
Un infeliz que cantó una vez
Más de una canción, historias de amor
De ti, que me hiciste sonreír una vez