Lágrimas y estrellas

Última parte: Volaré.

Harley ya había terminado su obra maestra y llevó a Pam y June al acantilado, junto con el cañón, no era muy grande así que era perfecto para lanzar a un kiwi por los aires, las alas ya estaban terminadas, aunque se asemejan más a las alas de un murciélago que a las de un ave, con dedos de madera y membrana de papel; las alas eran de mayor tamaño que el cuerpo de Pam, pero se podían plegar, por suerte, también poseían un cinturón para sujetarse a su portador.

  Pam no sentía miedo, no ¿Para qué tener miedo de algo tan hermoso? Es como temerle a los pétalos de las flores, como temerle al arrullador sonido del viento de la tarde. En el acantilado colocaron el cañón justo en la orilla, ataron la cuerda, era inmensamente larga; Harley había tenido que atar cientos de cuerdas para hacerla.

  Nuestro kiwi entró en el cañón con una alegría que no se podía describir <<¡Por fin volare! ¡No puedo creerlo!>> pensaba con emoción, por fin podría cumplir su sueño, callaría a todos aquellos que lo dudaron, sentiría esa libertad, esa felicidad que tanto anhelaba, saborear las nubes tal y como lo planeo.

  Colocó su casco con lentes que Harley le había hecho, se adentra en el cañón y cerró sus ojos, el cerró con esperanza.

-¿¡LISTO!?- gritó Harley con un cerillo sostenido en una de sus patas.

  Pam reflexiono, pensó en su pasado, en lo que había querido hacer desde que salió del cascarón, y hay lo vio, era esto lo que siempre había deseado hacer, lo sabía bien, en su interior volar está escrito, pero no a lápiz, estaba tallado en su corazón.

-¡LISTO! -gritó con todas sus fuerzas, con todas sus esperanzas.

  Harley raspo la punta del cerillo con el cañón y este se encendió luego lo coloco en la mecha la cual se prendió en chispas, segundos después el estruendo del cañón resonó en el acantilado creando un eco. June salió volando tras él a toda la velocidad que sus blancas alas se lo permitían.

  A unos segundos de haber salido despedido por el cañón Pam abrió las alas, las cuales le permitieron mantenerse en el aire, la brisa cubrió su cuerpo, se sentía como esas aves, estaba volando, estaba patinando en el aire como un cisne en el agua.

  Pero cuando todo parecía salir bien, sintió un temblor anormal en la ala derecha, se tambaleaba de una forma singular... Cuando se parte a la mitad; sus músculos se congelan, su corazón se detiene, su alma se cubre de hielo, todo lo que había soñado, todo lo que había creído, todo se rompió en mil pedazos. June se da cuenta que ha comenzado a caer y vuela aún más rápido; el no siente miedo de que pueda caer y morir, ya se dio cuenta que no puedes temer a las flores pero si a sus espinas. 

  No temes a la brisa pero si a la tormenta...

  Después de que June lo atrapara en el aire y lo llevara a tierra; Harley explicó que debido a la potencia del cañón y a que la madera era aún más frágil ya que debía ser muy liviana para mantenerlo en el aire, no pudo resistir y por eso se quebró. No había nada que hacer, no había otra madera más liviana y resistente, nuestro kiwi no podría volar. Ante esta noticia Pam agradeció a June y a Harley por su ayuda y se fue, no se quitó sus alas, se adentra en el bosque llevándolas puestas aun, mientras el ala derecha colgada y se arrastraba en el suelo con su andar.

  Las demás criaturas del bosque habían oído sobre lo ocurrido, y al verlo pasar se oían sus susurros, decían "es él, el kiwi loco" y "creyó que volaría, pero es más un ratón que un ave, jamás volará" sus palabras y risas de burla solo entristecía aún más a Pam, que desconsolado se recostó bajo la sombra de un gran árbol, allí descanso.

 

 

  Al despertar la luna ya había cambiado de lugar con el sol, su plateada luz se adentraba por los árboles y daba una sensación relajante. Todos en el gran bosque dormían, criaturas que a la luz de la luna hacían su vida, entre ellos June, pero ella no estaba ya que había pasado todo el día junto a él y no había podido dormir.

  Recordó que aún llevaba puestas las alas. 

  Recordó cuando se prometió volar, hacer lo que fuese necesario para lograrlo, pero no pudo, no se le permitió volar, el cielo no lo quería en sus dominios, se lo impedía <<Pero y si tal vez... si eso funcionara>> pensó.

  Tomó la cuerda que Harley le había cortado de la pata, pero no del todo, había dejado un trozo considerablemente largo, lo desató de su pata con la ayuda de su largo pico; como pudo, usando sus dos grandes patas, ato la ruptura de la ala derecha, no había quedado muy bien, pero, funcionaba a su parecer.



#21591 en Fantasía
#30206 en Otros
#9606 en Relatos cortos

En el texto hay: fantasia, cuento, drama amor

Editado: 25.07.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.