Desde el primer aliento que tomé, supe que mi vida estaría marcada por el sufrimiento... y por una maldición. No lo comprendí al principio. No fue el mundo quien me lo hizo sentir, sino algo más... algo dentro de mí.
Mi madre me contaba, entre lágrimas y orgullo, que mi padre la amó profundamente.
Que entregó su vida para enfrentar a la colosal Legión de Demonios, salvando así al mundo... y a su hijo. Sin embargo, también decía que ese mismo hombre fue cruel, despiadado. Un carnicero que hallaba placer en el filo de la muerte. Portador de la mítica espada Necrosow, que hoy me pertenece por derecho... y por condena.
Durante años no entendí por qué tenía habilidades que desafiaban las leyes humanas. Todo comenzó a esclarecerse el día en que conocí al maestro de mi padre: Kronos, un demonio legendario, como lo fue él.
Fue Kronos quien me reveló la verdad, mi padre no solo fue un guerrero de la Legión... También fue un traidor a su propia raza. Un renegado. Un monstruo para los suyos. Pero... un héroe para la humanidad.
Y entonces, supe que mi existencia tenía un propósito, completar lo que él empezó. ¡Detener a la Legión a cualquier precio!
Para forjarme, Kronos me arrojó al tártaro, dejándome a merced de su crueldad y sus pruebas.
Allí luché, sangré, aprendí...y comencé a descubrir un mundo más profundo. El de la magia antigua, el linaje demoníaco, la alquimia prohibida... y el misterio del Quinto Elemento; la Piedra Filosofal.
Desde entonces, las voces no han callado. Y yo... ya no soy el mismo. Porque ahora sé que mi sangre arde con el fuego de un traidor, y la voluntad de un salvador.
Y aún no sé cuál de los dos ganará.