Las 10 Vidas de Lyrenelle Stardrop

Capítulo 5

La Fénix Renacida.

El mundo ardía.

No de destrucción… sino de cambio.

Las montañas susurraban en lenguas antiguas y el cielo mismo se resquebrajaba cada vez que un ciclo terminaba. En lo alto del Monte Aeltheris, donde los mortales no se atreven a pisar, renacía una criatura de fuego dorado y alma inmortal: Lyrenelle.

Sus alas emergieron primero. Hechas de llamas líquidas, se extendieron majestuosas bajo la luz de un eclipse. Luego su cuerpo, delicado pero poderoso, surgió de las cenizas aún humeantes de su vida anterior. Su cabello, largo y rojo como el crepúsculo, caía sobre sus hombros con la suavidad de una danza, y sus ojos—oh, sus ojos—brillaban con todo lo que había olvidado… y lo que aún no recordaba.Sus alas emergieron primero. Hechas de llamas líquidas, se extendieron majestuosas bajo la luz de un eclipse. Luego su cuerpo, delicado pero poderoso, surgió de las cenizas aún humeantes de su vida anterior. Su cabello, largo y rojo como el crepúsculo, caía sobre sus hombros con la suavidad de una danza, y sus ojos—oh, sus ojos—brillaban con todo lo que había olvidado… y lo que aún no recordaba.

—Otra vida… otro ciclo… —susurró, de pie entre las ruinas ardientes de su nido—. ¿Por qué mi alma sigue ardiendo… por algo que no sé nombrar?

Un viejo guardián la observaba desde las sombras del templo derrumbado. Tenía la piel surcada por siglos y una mirada triste.

—Porque aún no has encontrado lo que tu fuego necesita para mantenerse encendido —dijo con voz grave—. Porque lo has perdido, una y otra vez.

Lyrenelle lo miró, sin miedo.

—¿Y si esta vez no lo quiero perder?

—Entonces prepárate, pequeña Fénix. Esta vida no será fácil.

Quien busque lo eterno, deberá estar dispuesta a arder… hasta el final.

Y entonces, un nombre cruzó su mente como una chispa olvidada.

¿Quién era él…?

Sus alas se alzaron. El cielo tembló. Y Lyrenelle emprendió el vuelo.

El cielo ardía a su paso.

Cada vez que Lyrenelle desplegaba sus alas, las nubes se teñían de carmesí, y los reinos lejanos temblaban. El Consejo de Cenizas —una orden ancestral de magos que alguna vez protegió a las criaturas eternas— había comenzado a moverse.

Porque el renacer de un Fénix no era solo una señal de vida nueva…

Era un presagio de guerra.

—El ciclo se ha roto —dijo la Archimaga Seris, mirando las estrellas con miedo—. La Fénix ha despertado antes de tiempo. Algo está interfiriendo con su memoria… algo está intentando unir lo que el destino separó.

Mientras tanto, Lyrenelle viajaba por tierras donde los árboles lloraban fuego y los ríos cantaban su nombre. A veces soñaba con un muchacho de ojos oscuros y voz serena, que la llamaba con dulzura… pero cada vez que intentaba alcanzarlo, todo se desvanecía.

Hasta que lo vio.

En una aldea olvidada por el tiempo, junto a una cascada que soltaba vapor, él estaba allí. No como en sus sueños… sino real.

Y no la miró con temor. La miró como si siempre la hubiera estado esperando.

—Has vuelto… —dijo con una sonrisa que dolía—.

Aunque no me recuerdes.

—¿Quién eres? —susurró Lyrenelle, con la garganta ardiendo.

—Alguien que ha ardido contigo en cada vida… —respondió, acercándose—. Y que te ha perdido… cada vez.

Un trueno estalló en el cielo. El fuego comenzó a danzar a su alrededor, y Lyrenelle sintió que algo antiguo se encendía en su pecho.



#1321 en Fantasía
#214 en Magia

En el texto hay: fantacia, criaturasmagicas, multiverso magico

Editado: 21.05.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.