Una vez en vacaciones de verano, ya en casa de nuevo recuerdo que mantuve contacto con Leila, algo preocupado ya que ella estuvo diciendo que talvez cambiaria de colegio, por que intente mantenerme al tanto de a donde iría mi mejor amiga de aquel entonces. Para mi agrado ella me dijo días después que no se iría y que seguiríamos siendo grandes amigos, compartiendo salón de clases.
Katherine acababa de graduarse de sexto grado ya con 13 años de edad. Recuerdo que con el tiempo me fui haciendo amigo de su madre y su hermano Matías, aunque al hermano mayor y al padre parecía no terminar de agradarles, no mantuve mucho contacto con Katy como yo esperaba, pero supuestamente seguíamos siendo algo que ya casi no notaba.
Comenzó el segundo año de clases en la preparatoria con nuevos compañeros, nuevos superiores, nuevos directores, nuevos amigos y ahora con una nueva universidad recién abierta en la institución.
Al comienzo del año volví con mis 2 amistades Leila y Pilar que con el tiempo ambas comenzaron a tener problemas, problemas que hasta el día de hoy no logro entender, pero al ser amigo de las 2 no podía dejar de hablarle a ninguna, por lo que yo no estaba del lado de nadie y quería que ambas resolvieran sus problemas que desconocía. Más que nada, mantenía más contacto con Leila quien era de las personas más confiables que conocía, ya que un defecto que tenía Pilar es que ella era capaz de cualquier cosa para alcanzar sus objetivos sin importar si esto fuese bueno o malo, pero seguía siendo su amigo y quería apoyarla.
Como había mencionado antes, se había abierto una universidad en el mismo edificio que la preparatoria, pero no había tantos alumnos como se tenía contemplado, imagino que esto se debía a era nueva la universidad ya que eran talvez 15 alumnos aproximadamente de nuevo ingreso.
Cabe mencionar que entre los de nuevo ingreso en la universidad había un rostro conocido, se trataba de una de las hijas del profesor Santiago, se llamaba Pandora con quien había tenido algunos encuentros durante el año pasado, Pandora tenía fama de cantar muy bien lo cual tiene mucho sentido ya que su padre es profesor de música, ella es quien en algunas ocasiones llevaba puesta una playera de los Beatles.
El profesor Santiago tenía una hija un poco más joven, ella iba un año antes de mí en la preparatoria, se llamaba Melody, debes en cuando veía platicar a Melody con su hermana cuando ella llegaba a sus clases de universidad, pues esta era de turno vespertino.
Los seminaristas teníamos cierto contacto con la universidad pues ya que el seminario se encontraba junto a la preparatoria, en las tardes cuando nosotros hacíamos deporte, los universitarios estaban en clases hasta la noche, es así como empecé a distinguir visualmente a los universitarios.
Recuerdo que en aquel entonces yo platicaba un poco menos con Leila, lo cual me extraño un poco pues nunca la había notado tan indiferente, al menos no conmigo, imagine que sería por los problemas con Pilar; seguíamos hablándonos pero no tanto como antes, de igual manera, un día, finalmente le entregue lo que le había prometido hace ya casi un año, una canción inspirada en ella con la que quería mostrarle mi sincera amistad, quiero recalcar que esa fue la primer canción de mi vida que compuse oficialmente la cual se llama “Eres Especial” pero que para mi sorpresa no le impresiono tanto como yo esperaba, talvez yo esperaba demasiado pero hice lo posible por no tomarle mucha importancia.
Luego con el pasar de los días, casi dos meses después de haber iniciado las clases, Leila y Pilar ya ni siquiera se dirigían la palabra, por lo que un tiempo con quien más pasaba tiempo era con Leila, cabe mencionar que en nuestro salón habían escritorios que los alumnos compartíamos por parejas y yo compartía escritorio con Leila, por lo que teníamos bastante tiempo para platicar de muchas cosas, a tal punto que pareció que Leila se hubiera olvidado de los problemas que estaban pasando, de una forma u otra ambos encontrábamos un gran apoyo, amistad y compañerismo; algo curioso es que durante los recesos yo me ponía a jugar básquet bol con mis amigos y al momento de regresar a clases y sentarme al lado de Leila, otra vez, yo siempre regresaba bañado en sudor por jugar bajo el sol, lo cual por mucho tiempo creí que a Leila le disgustaba estar ahí mientras yo sudaba, pero ella jamás menciono nada, más bien a ella no parecía importarle nada en lo absoluto, pues siempre seguía mostrando agrado al momento de platicar.
De cualquier manera, yo no me sentía bien de como ver como dos de mis grandes amistades no se dirigieran la palabra por lo que estuve pensando mucho en como poder arreglar las cosas, aunque en realidad nunca hice nada.
No recuerdo como pero de una forma u otra Leila y Pilar hicieron las paces y volvieron a ser amigas tiempo después, pero yo ya me había distanciado de ellas, casi como si de un día a otro ambas ignorasen por completo mi existencia, por alguna razón no me molestaba tanto el distanciamiento con Pilar, pero con Leila sentía que faltaba una parte de mí, por lo que intente hacer conversación con ella debes en cuando pero sin resultado alguno, como si estuviese molesta o algo parecido, así que me mantuve un poco a distancia de ella ya que no entendía nada de lo que estaba pasando.