Las Alas Del Crepúsculo

El Rubí Del Crepúsculo

En las afueras de la ciudad, más allá de los límites conocidos, se encontraba una caverna oculta en las profundidades de una colina solitaria. La entrada, rodeada de espesas enredaderas y árboles retorcidos, parecía un portal hacia otro mundo. Erebos, con su presencia oscura y majestuosa, avanzaba sin titubear hacia el interior de la caverna.

La oscuridad dentro de la caverna era densa y palpable, como una niebla negra que se aferraba a cada superficie. Las paredes estaban cubiertas de musgo y líquenes que brillaban con una luz tenue y siniestra. El aire estaba cargado con una energía antigua y poderosa, una mezcla de luz y sombra que parecía pulsar con vida propia.

Erebos avanzaba con paso firme, su belleza física contrastando con la oscuridad que lo rodeaba. Su cabello plateado brillaba débilmente bajo la luz de las antorchas que adornaban las paredes, y sus ojos azules resplandecían con una intensidad fría.

La caverna se retorcía y giraba, como si fuera un laberinto diseñado para confundir a cualquiera que se atreviera a entrar.

-Este lugar es una prueba de mi determinación y poder -murmuró Erebos, su voz resonando en la oscuridad.

A medida que avanzaba, la oscuridad se volvía más opresiva, y el silencio era roto solo por el eco de sus pasos. Finalmente, llegó a una cámara central, un espacio vasto y cavernoso iluminado por un resplandor rojo. En el centro de la cámara, sobre un pedestal de piedra negra, reposaba un rubí del tamaño de una pelota de tenis.

El rubí brillaba con una luz interna, una mezcla de rojos profundos y oscuros matices que parecían bailar dentro de la gema. Erebos se acercó con reverencia, extendiendo una mano hacia el rubí. En el momento en que sus dedos rozaron la superficie lisa y fría de la joya, sintió una oleada de energía recorrer su cuerpo.

- Este es el poder que necesito -susurró Erebos, su voz llena de anhelo.

Metafóricamente, el rubí era un corazón palpitante, una unión de luz y oscuridad que vibraba con una intensidad que casi parecía tener vida propia. Al sostenerlo, Erebos sintió cómo la luz y la oscuridad se entrelazaban en su interior, creando una sinfonía de poder que resonaba en lo más profundo de su ser.

Erebos cerró los ojos, dejándose llevar por la energía del rubí. De repente, una de las habilidades de la joya se manifestó con claridad en su mente. Podía sentir la capacidad de bloquear y manipular las energías celestiales, una herramienta perfecta para doblegar a sus enemigos.

Una sonrisa cruel se dibujó en su rostro, sus labios curvándose con satisfacción.

-Este es el poder que necesito para destruir a Aiden y romper el equilibrio -dijo Erebos, su voz un susurro venenoso.

Utilizando la habilidad del rubí, Erebos canalizó una onda de energía oscura hacia Aiden, quien estaba en su habitación en la universidad.

Aiden sintió un dolor agudo en su interior, como si una garra oscura se aferrara a su corazón, bloqueando sus habilidades angelicales y de luz. Cayó de rodillas, su rostro contorsionado por el dolor.

-¿Qué es esto...? -murmuró Aiden, su voz temblando mientras el dolor lo consumía.

La energía del rubí lo estaba enloqueciendo, su mente y cuerpo incapaces de resistir el asalto. Su luz interior se desvanecía, dejándolo vulnerable y desesperado.

Con la sonrisa aún en su rostro, Erebos convocó a dos miembros de la Orden del Crepúsculo, figuras envueltas en sombras que se arrodillaron ante él.

-Aiden está debilitado. Vayan y acaben con él. No debe sobrevivir -ordenó Erebos, su voz resonando con autoridad y malicia.

Los dos miembros de la Orden asintieron y desaparecieron en las sombras, listos para cumplir con la voluntad de su maestro.

Aiden, arrodillado y atormentado por el poder del rubí, siente cómo la luz lo abandona poco a poco mientras dos asesinos oscuros se acercaban para acabar con él.

La sombra de Erebos se cernía sobre el destino de Aiden, y el equilibrio del universo estaba en grave peligro.

El equilibrio del universo está en peligro, y la ambición de Erebos amenaza con desatar un caos sin precedentes. Con el Rubí del Crepúsculo en su poder y un plan despiadado en marcha, la Orden del Crepúsculo se prepara para una batalla épica. 
 




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