Las armaduras plateadas - Máleran 4 | libro 4

Capítulo 13

Tiempo:

4:13 pm, 3 de julio de 1987

Lugar:

Cuartel de los Serotianos, Quinto Nivel, Condado de Tyrkub, Continente Ranmer.

 

Veloces estocadas cruzaron por la espalda del Subcomandante Madir, tuvo que pegar un salto hacia atrás para ganar un poco más de terreno, cuando volvió a girarse, la Novata Marci estaba cargando con su espada de pájaro rosa para insertarla en el pecho de Madir (ambos sabían que lo esquivaría) por más rápida que fuera Marci, jamás lograría atravesar a Madir, el Subcomandante llevaba la espada de su hermano, la león dorado, Madir levantó una de sus piernas poniendo la rodilla a la altura de su vista, su pierna era tres veces más grande que la pierna de Marci. La Serotiana Novata vió que Madir no se movía y a ese rápido ritmo al que Marci iba lo estaría atravesando en el siguiente segundo. No tiene tiempo de esquivar, pensó la Serotiana en la fracción de segundo que le quedaba, deteniéndose en el acto y gracias a la fuerza de sus piernas ese no fue problema alguno. La hoja de la espada rosa quedó a pocos milímetros del estómago del Subcomandante.

—¿Por qué te detienes por mil y un espíritus? —preguntó Madir soltando un bufido. 

—¿Cómo que por que me detengo? —contestó Marci con enfado—, casi estaba a punto de rebanarlo, estaba claro que no iba a poder hacer nada, ¿Qué estaba intentando hacer?

—Saber si eras capaz de completar tu ataque —contestó Madir.

—¿De completar mi ataque? 

—Exactamente. Nunca dudes de terminar tu ataque aunque sea una persona a la que aprecias mucho, jamás dudes de tus actos. Si es lo que necesitas para alcanzar tú objetivo, entonces necesitas ser fuerte y se requiere de mucha fuerza para derrotar a tus enemigos a pesar de que puedan ser tus amigos o familiares —Marci se quedó pensando durante unos segundos y asintió al comprender—, lo intentaremos otra vez. 

Marci y Madir tomaron distancia, se colocaron en posición de ataque y cargaron el uno contra el otro. A poco menos de un metro se oyó un silbido que hizo que tanto el Subcomandante como la Serotiana parasen. Era la Subcomandante Airlath Futtso, junto con Duelder y Kasenmu. 

—Marci tenemos que ir a la audiencia de la Emperatriz Meyen —dijo Airlath, Madir y Marci se saludaron. Cuando ya estaban afuera del campo de pruebas Marci le pidió un par de minutos a la Subcomandante, Airlath continuó hacia el patio prometiendo que la esperaban afuera. 

Marci volvió con Madir quien estaba acomodando el campo de batalla. 

—Señor Madir —expresó la Novata de pelo negro—, necesito un favor. 

—¿Qué es lo que quieres, niña? —preguntó Madir—, veré que puedo hacer.

—Necesito otra espada —dijo Marci Amolie.

—¿Otra espada? —preguntó Madir—, ¿Para qué quieres otra espada?

—Por favor, se la pagaré cuando esté lista. Solamente quiero otra espada igual a esta —Marci desenfundó su arma que estaba guardada en su funda al costado de su cintura, la espada rosa del pájaro salió—. Solamente quiero un leve cambio, su color, quiero que sea plateada. 

—¿Plateada? —preguntó Madir alzando un ceja. 

—Si, la necesito en plateada por favor —expresó Marci enfundando nuevamente su arma y marchándose rápidamente—, ¿Podría pedirle eso a la diseñadora por mí? —vociferó ya en la puerta. Madir asintió con una sonrisa.

 

El viaje hacia el palacio de Meyen duró poco, su reporte debía darse con la Emperatriz en privado, y así fue. La comandante Niv no se presentó y una vez, Airlath, Duelder, Kasenmu y Marci estuvieron en la oficina de Meyen Bogur, sus cuatro Galboreales se retiraron dejando la mesa aún más vacía. 

Los cuatro Serotianos ocuparon lugares vacíos.

—¿Cómo les fue con la información de este mes? —preguntó Meyen con cierta curiosidad. 

—Bastante bien Emperatriz —expresó Airlath—. Hemos averiguado muchas cosas acerca Ripper Gravana, gracias a cosas que no podemos desvelar por tratados con otro Condado que no mencionaré con todo el respeto a usted. 

—Es entendible —expresó Meyen—, hay algunos Condados que tienen sus propios secretos. Me alegro de que hayan hallado información. ¿Ya saben más o menos a que se enfrentan?

—Creemos que sí —contestó Airlath—, también hemos podido ver que Ripper ha hecho buenas acciones. No entiendo, ni entendemos ¿Por qué quiere capturarlo? Pero, usted es la Emperatriz, nosotros haremos lo que usted nos diga. En el reporte hicimos algunas anotaciones que nos dejaron escribir de donde extrajimos la información, así como el fin de la falta de plantas en la Nación de Acekrop. La lucha contra el credo de los inquisidores en la Nación de Órohme. Y su último gran altercado fue hace diecinueve años contra mi padre. 

—Así es, lo recuerdo bastante bien —dijo Meyen Bogur—. ¿Tú que crees Airlath Futtso?

—¿Que que creo? —preguntó la Subcomandante con tono de sorpresa por aquella pregunta.

—¿Crees que Ripper Gravana es culpable o no?

—Hasta ahora creo que no, todo lo que hemos averiguado han sido buenas cosas que ha hecho —dijo Airlath—. No sé cuál fue la razón por la que pelearon  el Emperador Futtso y Ripper Gravana. Tampoco me importa en el lío que se metió mi padre, pero si usted quiere que lo averigue, lo haré.




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