Las Armas de Griáldia: El Viaje de Zeo Vol. 1

Episodio II: El Inicio de Un Viaje, Capítulo I: Un Nuevo Mundo

“Zeo… Zeo…”

¿Qué…? Otra vez esa voz.

“Zeo… Zeo…”

No.  Esta voz es diferente. Esta voz es de…

“Zeo… despierta”

Faryanna.

― ¡Zeo, DESPIERTA!

Diablos, qué grito.

Ah, ¿Qué querrá? Quiero dormir un rato más.

La voz de mi amiga continúa repitiendo mi nombre. Ya está empezando a ser un fastidio. Odio que me despierten con escándalo.

Mis parpados se abren lenta y perezosamente.

¿Qué ocurre ahora?

Puedo sentir la brisa fresca acariciando mi piel y la luz del sol tocando mi rostro. Es agradable. Pero hay algo distinto. Claro, no es solo lo diferente que se siente todo, sino que el cielo es distinto.

Me apoyo del suelo y me inclino hacia adelante. Desconcertado, mis ojos son los primeros en notar lo que está fuera de lugar.

― ¿Qué…? ¿Dónde…? ¿Dónde estoy…? ―incrédulo, observo en torno a mí― ¿Dónde estamos?

Este lugar no es la plaza central del instituto. Quizás me estoy volviendo loco, pero estamos en lo que parece ser un páramo algo boscoso, con mucha vegetación. Los sonidos de la vida salvaje adornan sutilmente el lugar. ¿Qué lugar es este? ¿Acaso había algo en el agua embotellada que compré? De ser así, Darío debe saberlo cuanto antes. Pero todo es tan real que…

Un rostro conocido me hará sentir confianza. Observo a quien me ha despertado.

¿Ah? ¿Faryanna?

― ¿Fa-Faryanna? ¿e-eres tú? ―confundido, froto mis ojos al menos dos veces.

La dama, claramente irritada, contesta casi al instante.

― ¡Claro que soy yo! ―replicó― Por Dios, qué pregunta, Hmph. Pero… ¿Por qué lo dices? —Inquirió, curiosa― ¿Tengo algo en la cara?

Contemplo a mi compañera de pies a cabeza. Imposible no notarlo, está diferente; es normal que dudara cuando la vi al despertar. Sinceramente, no sé cómo tomarme esto. ¿Cómo se lo digo?

― Fary, mírate. Te vez… diferente… —opiné, sin retirar la mirada de su cuerpo.

― ¿Qué tonterías dices? ¿Distinta? ¿En qué?

En todo. Es que ni siquiera el uniforme tienes puesto.

¿De dónde sacó esos harapos?

― Ehm… tu ropa es otra, y está algo maltrecha. Y te vez más… formada… —esto último lo solté con timidez, al borde de un rubor.

― ¿Más formada? ¿Qué quieres decir? —preguntó con todavía más intriga que antes.

¿Cuántas veces más quieres que te lo explique?

Lo diré sin rodeos: se ve más adulta, y más proporcionada.

Y a gusto de mi vista, la adultez le ha caído muy bien.

― Escucha ―decido darle todos los detalles― Tu pelo es más largo, tu cuerpo está más… desarrollado… —expresé casi embobado al recorrerla lentamente con la mirada; si sigo así, me la comeré con los ojos— No sé si sea la poca ropa, pero ¡mírate! ¡Hasta te crecieron los pechos! —afirmé al señalar su busto, que tiene a mis ojos hipnotizados. No son exagerados, pero sí que están bien tonificados y levantados; revelan mucho a través de esa camiseta tan gastada.

― ¿Que me crecieron los qué? —desconfiada de mis palabras, ella lleva sus manos a sus senos; se sorprende de inmediato— ¿Que-que-qué? ¿Pero qué…? ―atónita, ella incluso los presiona suavemente― Hmmm… sí me crecieron una talla o dos ―susurró― Y están más…

Rayos, ¿por qué tiene que presionarlos? ¿Acaso no considera que tiene a un chico frente a ella?

Lo acepto, esto es un asiento de primera fila. Pero mi rostro ya se empieza a colorar. Debería respetar su privacidad y apartar la vista.

Ella retira la atención a sí misma y la centra en mí. Parece ser que se ha dado cuenta.

¿Tan obvio soy?

Fary me enjuicia con una mirada severa y un ceño fruncido.

Esto va a terminar mal.

― ¡Oye! ¡Deja de mirarme así, con esos ojos! —Refunfuño algo enfadada, cruzando sus brazos; claro que esto no ayuda en lo absoluto, pues acentúa más su busto.

― ¡Lo siento, lo siento, perdón! —Respondí rápidamente, antes de que tomara acciones violentas en mi contra― Es que, es muy difícil no apreciar, sabes.

― ¡CALLATE! —prorrumpió enojada.

― Calma, calma. Además, ¿cómo es eso de que “deje de mirarte con estos ojos”? Si son los únicos que tengo, por si no lo notaste.

Ah, el don comedias me dicen.

― ¿Te crees muy gracioso? ¡No es momento para hacer bromas!

Creo que la enojé más de lo que estaba antes.

 ― ¡Y no me mires hasta que consiga una ropa más adecuada! ―exclamó avergonzada y sonrojada, tapándose un poco con sus brazos— Además, mírate tú.



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En el texto hay: magia y fantasia, vida estudiantil, aventura y accion

Editado: 14.12.2021

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