Las Armas de Griáldia: El Viaje de Zeo Vol. 1

Ep V, Capítulo IV: La Marca de una Clase

Cuando el hechizo de Teletransportación termina, nuevamente estamos en el jardín. Aparecimos justo al lado de la fuente.

Los muchachos, Titania, Rubiria y Zafyrion, nos esperan con un ligeramente visible toque de angustia, principalmente Titania, a quien se le nota la preocupación con solo prestarle atención a su persona.

Ellos se encuentran sentados en las rocas cercanas a la fuente. Están de espaldas; pero el destello y el sonido del hechizo los ha hecho reaccionar.

Titania es la primera en voltear a mirar sobre su hombro. Su rostro se ilumina con una preciosa sonrisa de mejilla a mejilla.

― ¡Miren! ¡Rubiria, Zafyrion, son Zeo y Faryanna! —Exclamó mientras revoloteaba felizmente a nuestro alrededor— ¡Estáis bien los dos, qué alegría! ¡Qué alegría!

Rubiria y Zafyrion se levantan de sus rocas. Ambas miradas se fijan en mí, luego en el arma que empuño en mi mano derecha. Sus sonrisas son de completo alivio.

Con calma caminan hasta detenerse frente nuestro.

―Es un alivio que estés sano y salvo ―dice Rubiria, con su postura firme y orgullosa―. Felicidades, Zeo ―su mano cae sobre mi hombro con más fuerza de la que me gustaría admitir―. Lo has hecho muy bien. No sabes lo orgullosa que me siento por ti.

―Quién lo diría ―con su actitud relajada y brazos cruzados, Zafyrion palmea mi espalda―. Un zoquete como tú siendo el Omniguerrero. Son tiempos muy confusos estos días.

No me molesta su comentario, se plenamente que lo dice a broma. O eso creo.

―Hmph. Créeme, también estoy muy orgulloso de ti, todos lo estamos ―añadió él.

Después de alegres piruetas aéreas, Titania cae pesadamente sobre mi cabeza.

― ¡No sabes lo preocupada que estaba! Cuando todo el templo retumbó, pensé que había ocurrido algo malo. ¡Fue terrible! Pero estás aquí. ¡Estoy tan, tan feliz~! ¡Lo lograste! ¡Eres el nuevo Omniguerrero!

No estoy acostumbrado a ser el centro de atención, soy penoso y tímido por naturaleza. Rayos, si esto continúa así, me voy a sonrojar.

―M-muchas gracias, amigos ―dije, ligeramente apenado―. Tampoco puedo creer que lo lograra. Y no lo habría hecho de no ser por todos; ustedes que me protegieron, y Hakiro y Faryanna que me ayudaron a tomar una correcta decisión. De verdad, muchas gracias a todos.

Un cómodo silencio aparece al terminar de hablar. Las miradas de todos sobre mí, sonrientes cada uno de nosotros. Tengo una sensación agradable en mi corazón, muy cálida gentil. El aprecio que tienen por mí me llena de gozo. Soy feliz ahora mismo, debo decirlo.

Sonará cursi, pero creo que estoy empezando a quererlos.

Es esto entonces lo que yo debo proteger.

Sí. Lo haré.

― ¡Bien! ―Titania da un pequeño saltito― ¡Es mi turno ahora!

Ágilmente ella alza vuelo y se pone frente a mí; sus alas prístinas destellando colorcitos llamativos con su aleteo constante.

― ¡Denme algo de espacio, chicos! ―soltó alegre.

Rubiria y Zafyrion dan unos pasos atrás, igual que Hakiro. Sin entender lo que pasa, Faryanna también los imita.

Supongo que debo hacerlo también.

― ¡Ey, no te muevas! ―Reclamó señalándome― ¡Tú debes quedarte quieto, tonto!

― ¿Qué…? ¿Por qué?

― ¡Porque sí!

Qué mandona. No sé qué le cuesta explicarme qué rayos hará.

Afortunadamente, sintiendo mis pensamientos, Hakiro se dispone a dar resoluciones.

―Titania se sincronizará contigo ―dijo el sabio.

― ¿Ah? ¿Igual que lo hizo Haztaroth?

―Más o menos ―dijo―. Es algo que es necesario. Titania es tú Hada Guardián. La Sincronización le permite estar más unida a ti en más de una forma. No te preocupes, nada malo ocurrirá.

―Así que sí vamos a hacer un pacto, después de todo.

Mi comentario no pasa inadvertido por la pequeña hada.

―Ten cuidado con lo que dices.

Por lo visto todavía no olvida mi pequeña falta.

―Calma, calma. No lo digo a mal. Prometo no ofenderte de nuevo.

―Hmm… Eso espero ―finalizó con recelo.

― ¿Acaso me perdí de algo? ―pregunta Hakiro.

―Eh… es algo que le contaré luego, jeje… ―contestó Rubiria.

― ¡Guarden silencio! ―exigió Titania―. ¡Necesito concentrarme!

No puedo creer que en verdad nos hiciera callar a todos con eso. Titania puede ser muy… persuasiva cuando quiere.

Otro añadido a la lista de todo a lo que me debo acostumbrar.

―Quítate la camisa ―ordenó.

¿De verdad dijo lo que creo que dijo?

Observo a Titania. Brazos cruzados, expresión impaciente, zapatea el aire como si estuviese parada sobre el suelo.



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En el texto hay: magia y fantasia, vida estudiantil, aventura y accion

Editado: 14.12.2021

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