Cara a cara, Hakíro se encuentra frente a Tormag, manteniendo sus distancias. Ambos permanecen inmóviles, solo observándose en silencio. Hay una terrible atmosfera de tensión en el ambiente, como si una bomba fuera a explotar y nadie sabe cuándo lo hará.
El silencio se ve quebrado cuando uno de los dos toma la palabra.
―Dime, Hakíro, ¿tanto valen estos chicos para ti, que arriesgas tu vida por ellos? ―Preguntó Tormag arrogantemente.
―Ellos valen para mí lo mismo que tú alguna vez llagaste a valer, Tormag ―Respondió Hakíro, con voz seria―. Y sí, estoy dispuesto a dar mi vida por ellos.
Una sonrisa crédula se inclina en los labios de Tormag.
― ¡Já! ¡Vamos, este esfuerzo es inútil, lo sabes perfectamente! Todo terminó cuando Asthynax y Claire murieron. Traer a un nuevo portador será inútil. Tarde o temprano caerán ante Lord Darkhorn, y sinceramente, prefiero que sea temprano.
Con pasos tranquilos, Tormag avanza.
― ¡No pongas a prueba tu osadía al intentar desafiarme, Tormag! ―soltó Hakiro, con severidad― Ambos sabemos que no eres rival para mí ―añadió.
Tormag se detiene, baja su cabeza.
De la nada, una risa débil adorna el ambiente, cobrando fuerza hasta convertirse en una sonora carcajada burlona, alzando su cabeza en el acto; algo que no le agrada en lo más mínimo a Hakíro.
― ¿Qué te hace tanta gracia? ―Objetó enojado.
Transcurren varios segundos hasta que Tormag se calma lo suficiente para hablar sin problemas luego de un buen suspiro.
―Es que, se me hace de mucha gracia los desvaríos de un anciano inútil como tú ―contestó con soberbia―. ¿Acaso piensas hacerme frente así, Hakíro? ¿En ese estado? ¡Solo obsérvate! ¡Alguna vez fuiste el legendario Archisabio, aquel quien se enfrentó a Lord Darkhorn en más de una ocasión! ¡Héroe de mil batallas y el ser más poderoso de toda Xenathria! Pero ahora… ―Tormag lo contempla de arriba abajo con un toque de decepción y hasta asco―. Mírate… Solo eres un vejestorio que no es siquiera la sombra de lo que alguna vez fue. ¡No posees ni un quinto del poder que tenías antes! ―él hace una pequeña pausa con un suspiro― Yo, por otro lado…
Lentamente con su mano derecha, Tormag toma por la capucha el ropaje que le cubre y lo retira de golpe, haciéndolo a un lado y mostrándose finalmente.
Hakíro queda totalmente perplejo, atónito, no puede creer lo que sus ojos ven. Pero su asombro transmuta a una mueca de enojo en un pestañeo.
― ¡¿Qué clase de pacto diabólico has hecho?! ¡¿Cómo es posible que aun sigas tan joven como en aquel entonces?!
¿En aquél entonces?
Al quitarse el manto que le cubría, se muestra un joven hombre que no aparenta tener más de veintisiete años. Su pelo es corto, de color azabache, con un peinado natural y un delgado flequillo que baja por su rostro. Lleva puesta una armadura completa, con excepción del casco, del mismo color de su pelo, adornada con bordeados fluidos.
Ahora lo entiendo. Si ese hombre era amigo de Hakiro, significa que debería tener al menos una edad similar a la de él. Pero se ve tan joven como Zafyrion.
―Gracias a la bondad de Lord Darkhorn, poseo y poseeré siempre mi juventud, mi vida y mi poder. ―Dijo Tormag mirando detenidamente a Hakíro―. Tú, por otro lado, has envejecido.
Ahora la mirada de asco y decepción la usa Hakiro con desprecio hacia su antiguo camarada. Niega con la cabeza.
―Qué decepción ―dijo―. Una juventud falsa, una vida falsa. Dime, Tormag, ¡¿ES ESE EL PRECIO DE TUS CAMARADAS?! ¡DIMELO! ―Gritó con rabia.
La respuesta de su rival es una risa completamente cínica.
― ¡Por supuesto que sí! ―Respondió con satisfacción―. ¡Este es el precio de mis camaradas! ¡Un precio justo y razonable, diría yo! Aunque, ¿sabes? es irónico. Si mi memoria no me falla, tú los dejaste a su suerte, ¿lo recuerdas? O… ¿es que acaso tú no los traicionaste al abandonarlos?
― ¡¿CÓMO OSAS MIRARME A LOS OJOS Y HABLARME DE TRAICIÓN CUANDO FUISTE EL RESPONSABLE DE SUS MUERTES?! ―Gritó lleno odio― ¡Confiamos en ti! Dejamos nuestras vidas en tus manos, y tú… ¡Y tú…! ¡Nos vendiste!
Pero Tormag solo ríe.
― ¿Venta, dices? Yo no lo llamaría de esa forma, sino más bien un trato. Y si te soy sincero, el mejor que he hecho. ¿Tú qué opinas?
Esa fue la gota que derramó el vaso.
―Infeliz… ―cruje los dientes― ¡Maldito traidor!
Llevado por la ira, Hakiro tira su báculo a un lado. Extiende sus brazos hacia adelante y abre sus palmas. Un poder inmenso se concentra en sus manos en menos de un par de segundos y un destello una masiva descarga de energía avanza a una velocidad increíble. Al ver el ataque de Hakíro, Tormag extiende su brazo y mano izquierda, y al abrir su palma hace exactamente lo mismo.
Ambas descargas chocan en un estruendoso estallido, una explosión turbulenta en azul celeste y morado obscuro. Toda el área retumba con una onda de choque inmensa. La tierra alrededor se destruye y crea un cráter amplio donde ahora las dos descargas luchan por ver cuál es superior; ambos, Hakiro y Tormag, emanando su poder para ver quién supera a quién; una enorme masa de energía creándose donde las dos descargas se vuelven una sola, destellando relámpagos y rayos de poder puro. Es lógico suponer que aquél que ceda primero recibirá todo ese inmenso poder, lo cual seguramente será desastroso. Pensarlo de esa manera hace que me preocupe.