Las aventuras de A-Yang, y los celosos juniors

Capítulo 2

Las palabras de sus niños seguían rondando en su cabeza, aunque las palabras que más lo estaban atormentando eran las de su pequeño A-Yuan.

¿Qué no lo crió?
¿Qué fue Hanguang-Jun el único padre en su vida?
Entonces si él no lo crió, ¿Qué hizo mientras estaban en los Túmulos Funerarios?

Le dió un hogar a Wen Yuan después de que las sectas querían acabar con todos los Wen. ¿Era con esas palabras como le pagaba?
A-Yuan era su pequeño hijo, ¿Por qué había actuado de esa manera con él?
Mientras más vueltas le daba a la situación, más se iba lastimando y su corazón, se iba rompiendo.

La sonrisa que tenía en su rostro ocultaba algo que era imposible de ocultar. El nudo en su garganta y las lágrimas en sus ojos lo delataban.
Quería que esto fuera una horrible pesadilla. Quería despertar. Quería que alguien lo sacara de este lugar pero, sabía que no sería posible. 
Esto era real y dolía como el maldito infierno.

Shijie, ¿Es por tu muerte?
¿Es por la tuya, Pavo Real?
¿Es por la de ustedes, tío Jiang, Señora Yu?
¿Es por qué yo estoy vivo? Porque sí es así, yo no pedí volver a la vida. Yo no lo pedí.

El camino hasta llegar a su Gusu se le hacía eterno al ex Patriarca Yiling, en momentos como estos estaría hablando pero, no sentía las ganas para hacer tal cosa. El nudo en su garganta se lo impedía.
Los juniors también iban en su mundo, ellos empezaban a sentir como la culpa los envolvía. Sabía que quizás se pasaron un poco con sus palabras pero, tenían que entenderlos.

¡Ellos no soportaban a Wei Wuxian! 
¿Era difícil entenderlo? No, no lo era.

Para Jin Ling Wei Wuxian era el causante de la muerte de sus padres —a pesar de saber que Jin Guangyao tuvo mucha más responsabilidad que el mismísimo ex Patriarca—.
Para Ouyang Zizhen era un cultivador demoníaco que en cualquier momento podría matarlos a todos.
Para JingYi era alguien que no se merecía formar parte de la secta GusuLan.
Y para Lan Sizhui, Wei Wuxian era un intruso, la persona que había provocado la muerte de su familia cuando estaba bajo la protección del Yiling Laozu.

Deseaban que volviera a estar muerto.

Pequeños polluelos, deberían empezar a arrepentirse antes de que sea tarde.

Con Jiang Cheng

Bien. Su sobrino se había vuelto a escapar y el líder de Yunmeng estaba furioso. Había sido completamente claro al decirle que no se alejara pero, ¿Hizo caso ese mocoso? Claro que no.
Zidian soltaba chispas a su lado como evidencia del enojo de su portador.

Por alguna razón —y bastante extraña—, Jiang Cheng sentía que algo malo estaba ocurriendo. Pero no sabía que podría ser.

Él se dirigía a Gusu por dos razones:
Una era su esposo y la otra... Wei Wuxian.
Las cosas entre ellos todavía no estaban claras y, detestaba la incomodidad que se formaba cada vez que entablaba una conversación con el ex Patriarca Yiling. Quizás su relación no sería la misma de antes pero no perdía nada intentando.

No muy lejos de ahí Wei Wuxian y los juniors venían caminando. El mayor intentaba no tener ningún tipo de contacto con ellos, no quería verlos, no quería oírlos y quería permanecer lo más lejos posible. 
Los juniors tenían una batalla interna, el arrepentimiento y la culpa peleaban con la razón. Aún querían seguir diciéndoles un par de cosas a Wei Wuxian, cosas que tenían guardadas en su interior.

Jin Ling abrió la boca para volver a despreciar a su tío pero un grito que él conocía muy bien lo calló.

—¡Jin RuLan! —exclamó un Jiang Cheng furioso—. ¡Te he dicho que no te vuelvas a alejar de mí!

Wei Wuxian se había encogido en su lugar, las cosas entre él y Jiang Cheng todavía no estaban del todo apaciguadas.

—Tío —susurró Jin Ling con miedo.

—Voy a romperte las piernas si vuelves a irte, ¿Entiendes?

El joven Jin asintió en respuesta mientras que el líder Jiang miraba a quien en algún momento fue su hermano.
Wei Wuxian sentía la mirada de Jiang Cheng en su persona.

Jiang Cheng, no me mires tanto.

El portador de Zidian sentía que algo había pasado entre esos mocosos y Wei Wuxian. Con decisión se acercó al Patriarca.

—¿Qué sucedió? —preguntó directo mirando fijamente a Wei Ying. El nombrado esquivó la mirada y se mordió el labio.
El portador de Zidian empezaba a perder la poca paciencia que le quedaba.

—Le dijimos sus verdades al maestro Wei —respondió Zizhen, aunque luego se escondió detrás de Sizhui al ver la mirada de Jiang Cheng.

—Wei Wuxian.

El ex Patriarca Yiling lo miró y a Jiang Cheng no le gustó lo que estaba observando.

¿Qué pasó?
¿Qué te hicieron?
¿Qué fue lo que te dijeron?
Wei Wuxian, ¿Jin Ling tuvo algo que ver?

—Y-yo... —Wei Wuxian no podía encontrar las palabras para responderle. El nudo en su garganta no lo dejaba.

Jiang Cheng al ver esto lo abrazó sorprendiendo a los juniors y la propio Patriarca Yiling quien no sabía que necesitaba tanto esto.
Wei Wuxian ocultó su rostro en el cuerpo de su hermano abrazándolo de manera desesperada. Necesitaba menguar el dolor, necesitaba saber que todo iba a estar bien. Lo necesitaba.

—¿Qué sucedió, A-Xian? —preguntó suavemente.

—Jiang Cheng, haz que pare —respondió soltando las lágrimas que se esforzó en no soltar—. ¿Soy el culpable de la muerte de Shijie?, ¿Soy el culpable de la muerte del pavo real?, ¿Soy el culpable de que A-Ling crezca sin sus padres?

El portador de Zidian entendió lo que ese mocoso quiso decir y, quiso romperles las piernas a esos cuatros.
Sabía que Wei Wuxian se culpaba de todo eso, sabía que por más que le digan que nada era su culpa él, no lo entendería.

Maldito Jin Guangyao. Ojalá te estés pudriendo en el maldito infierno.




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