Las aventuras de A-Yang, y los celosos juniors

Extra: Song Lan

Song Lan, un gran cultivador que murió por la espada de su amigo por culpa de un maldito asesino.
Su secta fue aniquilada por Xue Yang.
¿Sabía el motivo por el cual ese asesinaría a todos? No, en ese momento nunca lo supo.
 


 

Luego de la aniquilación de su secta llegó la perdida de sus ojos, el causante también fue Xue Yang pero ésta vez, las cosas habían salido de manera diferente. La rabia y el odio lo habían cegado tanto que terminó lastimando a su mejor amigo cuando este le había dado sus ojos.
Xiao Xingchen no se tuvo que haber merecido ese trato de su parte y tampoco tuvo que haberle entregado sus ojos.
Fue ese mismo día la última que los dos estuvieron juntos.
 


 

Él se había ido por su lado mientras que Xiao Xingchen se iba por el suyo.
Lo buscó por mucho tiempo hasta que lo encontró en la Ciudad Yi. No estaba viviendo solo y, le alegró saber que alguien más lo cuidaba. 
A-Qing era una niña muy agradable y amablemente le había dicho donde se encontraba Xingchen.
Sinceramente, no esperaba encontrarse con Xue Yang y saber que este lo había estado engañando por años.
 


 

¿Qué tan cruel podía ser Xue Yang?
¿Por qué Xiao Xingchen?
Era difícil poder entenderlo. Sabía que Xue Yang sería capaz de matar a Xiao Xingchen y a A-Qing. Conocía a Xue Yang y sabía de lo que era capaz de hacer.
 


 

La vez que arrestaron a Xue Yang pudo confirmar algo. Ese maldito había agarrado algún tipo de obsesión hacía Xiao Xingchen y eso lo irritaba completamente.
Ese día cuando se despidieron de Wei Wuxian y de sus amigos, notó la maldita mirada de ese. Él, había entendido el significado de sus palabras, algo que quizás Xingchen no había hecho y en el fondo lo agradeció.
 


 

En la casa de los ataúdes ambos tuvieron una pelea, pelea que desde hace tiempo parecían querer. Sin embargo, Xue Yang era un tramposo.
Había arrojado ese maldito polvo y le había cortado la lengua. En el momento que Xingchen apareció y le preguntó a Xue Yang que pasaba, este maldito le había dicho que había un cadáver feroz.
 


 

Manipulado y engañado, Xiao Xingchen lo apuñaló en el pecho. La burla en el rostro de Xue Yang era algo que aún seguía presente en él.
Fue en el momento en que Xue Yang empezó a burlarse de Xingchen que ese último lo reconoció al tocar su espada, en ese momento él no era consciente.
 


 

Ese día Xingchen se suicidó, Xue Yang se arrepintió y él terminó convertido en un cadáver feroz que era controlado por un maldito asesino.
 


 

¿Se arrepintió de matar a Xue Yang? No, no lo hizo.
Xue Yang tenía que pagar por lo que había hecho, él tenía que pagar por las muertes de Xiao Xingchen y esa pequeña niña A-Qing.
 


 

Cuando Wei Wuxian le preguntó que haría, él solo respondió que recorrería el mundo con Xingchen y así lo hizo.
 


 

Por un tiempo estuvo recorriendo el mundo con el alma fragmentada de Xiao Xingchen y con el alma de A-Qing. No era igual estando él solo.
La presencia de Xingchen jamás estaría con él y maldecía a Xue Yang por eso.
 


 

Xue Yang había sido una amenaza desde el inicio, él dejó que se metiera en la vida de Xingchen. 
Sabía lo mucho que Xingchen había sufrido al enterarse que lo había apuñalado.
Sabía el sufrimiento que Xue Yang le hizo sentir.
 


 

¡Ojalá jamás reencarnes, Xue Yang!
 


 

Aún muerto, Xue Yang seguía provocándole un odio inmenso.
Quería estar en paz y no pensar en él pero los recuerdos venían a su mente haciéndole el trabajo más difícil.
A veces deseaba que Xue Yang estubiera vivo para volver a matarlo.
 


 

Cuando esa mujer había pedido las almas de Xingchen y A-Qing sentía que algo andaba mal.
Se había negado a dárselas pero entre más pasaba los días, más seguía insistiendo.
 


 

Puedo darles una segunda oportunidad, Song Zichen.
 


 

Fueron sus palabras.
Estaba indeciso, no sabía que pasaría.
Quería que Xingchen y A-Qing tuvieran una nueva oportunidad de vida pero a la vez no.
 


 

Fue tan difícil para él eso.
No se arrepintió cuando les entregó las alma a Yu Mei. Si ella sería capaz de traerlos de vuelta, él los esperaría.
En un principio le había sorprendido no poder estar presente en el momento que Xingchen y A-Qing revivan.
 


 

La persona que hará esto no quiere que vengas.
 


 

Podía sentir la mentira en esas palabras pero no replicó.
 


 

Había pasado tiempo desde ese día, había sido tan estúpido de dejarse engañar por esa mujer.
Espero a Xingchen y a A-Qing pero ellos jamás hicieron acto de presencia.
 


 

¿Primero había sido Xue Yang y ahora esta mujer? No podía ser más patético.
 


 

Decidido agarró su espada y la de Xingchen. Él se encargaría de encontrarlo a ambos.
 


 

—Esperen un poco más, los encontraré.
 


 

Las palabras susurradas al viento tenían un promesa que Song Lan haría cumplir.
Xingchen y A-Qing estarían con él, ellos formarían una familia. Nada iba a detenerlo.
 


 

Pequeño Song Lan, tú no la persona a la que Xingchen y A-Qing anhelan en este momento.
 


 

Aún muerto, Xue Yang seguía llevándose la atención de Xingchen, no importaba lo que el primero haya hecho en el pasado.
 


 




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