Las aventuras de A-Yang, y los celosos juniors

Capítulo 11

Castigo / Wei Wuxian

El esperado día ya había llegado, hoy Wei Wuxian sería quien le de su castigo a Lan SiZhui. El ex Patriarca seguía sin convencerse de esto.
Las preguntas en su mente lo atormentaban.

¿Y si me odia?
¿Y si vuelve a decirme que no me acerque jamás?
¿Y si veo desprecio en sus ojos?
¿Y sí... ¡No! Wei Wuxian, ¡Cálmate!
Nada de eso va a pasar. Nada.

Los nervios lo estaban matando, quería correr y encerrarse en el Jingshi. No quería lastimar a su rabanito.

Wei Wuxian había empezado a caminar de izquierda a derecha frustrando a Jiang Cheng por eso. Se pasaba las manos por el rostro y el cabello, en momentos jugaba con sus dedos o intentaba comerse las uñas. Era la primera vez que los discípulos lo veían así, nervioso y asustado como un niño pequeño.

Jiang Cheng decidió acercarse. Cuando estuvo lo suficientemente cerca le dió un golpe en la cabeza sacándole una queja el temido Patriarca Yiling.
Sandu Shengshuo no se inmutó ante la mirada que su Shixiong le dirigía. Al verse ignorado, el Patriarca Yiling decidió devolverle el golpe.

—¡Oye! —exclamó Jiang Cheng con molestia.

—Tú empezaste primero —habló Wei Wuxian en defensa. 
Algunos discípulos querían reírse, pero no querían tener la furia del líder Jiang sobre ellos. 
El portador de Zidian soltó un suspiro, entendía los nervios que su hermano tenía, él —a pesar de las amenazas dirigidas a su sobrino— tampoco sería capaz de castigar a Jin Ling de esa manera.

Ambos pudieron observar como los discípulos traían a los juniors, Wei Wuxian no quiso mirar a ninguno. Tenía suficiente con el castigo que él le daría a su A-Yuan.
Los ancianos Lan, Qiren, Xichen y Wangji se pusieron a un costado. Jiang Cheng fue al lado de su esposo, pero antes le apretó el hombro a Wei Wuxian. Los discípulos Lan acercaron a SiZhui lo suficiente, hicieron que este se arrodillaran y le entregaron el látigo a Wei Wuxian.
El ex Patriarca lo agarró con duda, algunos podían notar cierto temblor en su cuerpo, no quería hacer esto.

—¡Lan Qiren! —exclamó el líder Ouyang—. ¿¡Qué significa esto!?

El mencionado estuvo tentado a rodar los ojos, pero no lo hizo. Wangji y Xichen miraron al hombre con una fría advertencia; sin embargo este lo ignoró.

—Es lo mismo que yo le dije, líder Ouyang —habló el líder Yao para molestia de los Lan.

Qiren se acarició su barba de chivo, quería acabar con esto rápido para irse y mandar a Wei Wuxian por ahí con su sobrino.
Zidian soltó chispas, dando a entender que su portador estaba más que furioso.

—Líderes, recuerden que están el la secta GusuLan —habló Sandu Shengshuo—. Además, agradezcan que están aquí y no en Lotus Pier, porque no habría dudado en azotarlos con Zidian hasta el cansancio.

Los mencionados decidieron ya no abrir más la boca, conocían el temperamento del esposo de Zewu-Jun, y como él decía, los habría azotado con Zidian. 
Wei Wuxian soltó una leve risa, eso logró hacerlo olvidar del castigo que tenía que implantar. Su mirada nunca se alejó de SiZhui, se quedaron mirando por varios minutos hasta que Yiling Laozu bajó la mirada, caminó hasta quedar a un costado de A-Yuan y dió el primer latigazo.

Mientras lo hacía las lágrimas bajaban sin control de sus ojos, Wangji y Jiang Cheng querían alejarlo de ahí, pero la mirada que Lan Qiren les envío los detuvo. 
100 latigazos merecía SiZhui y Wei Wuxian no podía completar la primera mitad; sus ojos estaban borrosos por las lágrimas, su cuerpo temblaba de manera violenta, su pequeño A-Yuan... No podía, no quería.

Dejó caer el látigo como si quemara y salió corriendo siendo seguido por su Shidi y esposo. Xichen y Qiren suspiraron ante eso e hicieron que se llevaran a SiZhui para poder curar sus heridas. El día de hoy, los juniors no copiarian las reglas.

Jingshi / Wei Wuxian

El ex discípulo de Yunmeng entró de manera rápida y empezó a caminar en el lugar mientras tenía un ataque de ansiedad. No podía creer que se había atrevido a lastimar a su pequeño A-Yuan, sabía que Lan Zhan tenía razón.

Perdóname, A-Yuan.

Sandu Shengshuo y Hanguang-Jun veían desde la puerta del Jingshi lo destrozado que se encontraba Wei Wuxian. El segundo jade Lan observó a su cuñado y ambos asintieron.
Jiang se giró a ver una vez más a su Shixiong y corrió a los brazos de su esposo.

—Ese maldito idiota —hizo una pausa y dejó que Xichen lo apretara más en el abrazo—, aún se sigue preocupando por esos mocosos.

Xichen soltó una suave risa, miró a su hermano y se llevó a Jiang Cheng de ahí.
Wangji apretó a Bichen con fuerza, soltó un pequeño suspiro y entró al Jingshi cerrando la puerta detrás suyo. Su mirada nunca se apartó de su pequeño esposo.

—Lan Zhan, ¿Hice mal? —preguntó el Patriarca Yiling mirando a su esposo. Este negó, se acercó a Wei Ying y lo atrajo a su cuerpo apretándolo con fuerza.

—Wei Ying no hizo nada mal —respondió con suavidad en el oído del ex discípulo de Yunmeng.

Lan Wangji los llevó hasta la cama, se acostó el primero y después volvió a atraer a Wei Wuxian. Lo abrazó con fuerza, le dijo palabras suaves al oído, y con eso, el ex Patriarca Yiling se durmió. Hanguang-Jun se quedó a su lado velando su sueño, mañana o después hablaría con su tío para llevarse a Wei Ying de cacería.

Cerca de Yiling / Xue Yang

Xue Yang había vuelto a escapar de otro vendedor molesto, aunque ésta vez si se había llevado un buen golpe.
Se había escondido en una pequeña cueva para poder perderlo; encontró una no tan lejos. Con rapidez se metió y se escondió detrás de unas rocas, salió cuando la voz del enojado vendedor dejaron de escucharse.
Su pequeño cuerpecito le dolía, ¿Por qué había recibido un golpe? Él solo quería un poco de comida. 
Con pequeñas lágrimas brotando de sus ojos se pegó a la roca y quedó dormido.




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