Las aventuras de A-Yang, y los celosos juniors

Capítulo 23

Para un niño de tres años como Xue Yang era difícil vivir en las calles -a pesar de que en su vida pasada lo había hecho-. Intentó por todos los medios conseguir comida, aunque su única opción fue el robo.
No le importaba ser golpeado hasta sangrar con tal de tener algo en su estómago para no terminar muriendo de hambre. Desde que despertó en ese lugar -una cueva-, su vida se sentía más complicada. Por las noches soñaba con que algún día alguien vendría a buscarlo y lo sacaría de ahí, pero después terminaba despertando y se encontraba con la cruel realidad.
 


 

Por alguna extraña razón, la cueva en la que despertó era reconfortante, sin embargo, parecía como si alguien la hubiera destrozado con un fuerte odio.
Desde que abrió los ojos, los días eran algo repetitivos. Robaba algún pedazo de pan, era golpeado y luego volvía a la cueva con varios golpes pero feliz. 
Había momentos en los que se sentía vigilado, sobretodo por la noche. Podía sentir un par de ojos observando sus movimientos, pero jamás pudo encontrar a la persona. Y digamos que, Yu Mei aún no se quería dar a conocer con el pequeño A-Yang.
 


 

Ella lo miraba de lejos, gruñendo y apretando los puños cuando algún maldito imbécil se atrevía a lastimar al mocoso. Tomaba cartas en el asunto cuando Xue Yang se encontraba lo suficientemente lejos de todos.
Una de esas cartas, era un pedido que Xue Yang le había hecho antes de aceptar el trato.
 


 

“Por más que nunca me haya gustado, quiero que Song Lan vuelva a hablar.”
 


 

Decir que estaba sorprendida era poco. Jamás pensó que ese pequeño rufián sería capaz de hacer algo por su enemigo, pero entendió que el amor que Xue Yang tenía por Xiao Xingchen era más grande que cualquier cosa.
Había encontrado a Song Lan cerca de Qinghe, recuerda que él la había mirado con un desprecio bastante divertido. Parecía que aún no se olvidaba de su pequeño encuentro.
Lo único que le dijo fue:
 


 

“Disfruta de nuevo tu voz, Song Zichen.”
 


 

El cultivador la había mirada sorprendido. Pudo notar que quería saber el porqué, pero ella no se lo diría. Sin embargo, cuando se vuelva a reencontrar con su viejo amigo, quizás éste se lo contaría.
 


 

Qinghe Nie
 


 

Xiao Xingchen y A-Qing miraban a los dos hombres que estaban a una distancia un tanto prudente. 
Song Lan estaba sorprendido por verlos ahí, mientras que Nie Huaisang no lo estaba.
 


 

—Zichen —susurró el taoísta caminando lentamente hacía su amigo.
 


 

—Xingchen —respondió de la misma manera.
 


 

Huaisang intentó hacer todo lo posible para no rodar los ojos con fastidio y celos. Él sabía que su esposo llegó a tener sentimientos por el otro hombre, y ahora dicho hombre se presentaba en la puerta de su propia secta. 
 


 

—Song DaoZhang, ¿Es cierto que estás casado? —preguntó A-Qing dirigiendo su curiosa mirada al hombre de menor estatura que estaba al lado del amigo de su DaoZhang.
 


 

—Sí —respondió el mencionado con seguridad. 
 


 

Antes, cuando él y Huaisang empezaron una relación, hubieron varios problemas con el tema de los sentimientos que algunas llegó a tener por Xiao Xingchen. Estuvo a nada de perderlo por no saber tomar una decisión.
El menor de los Nie se sorprendió al notar la seguridad en la voz de su esposo, pero sonrió detrás de su abanico.
 


 

—Un gusto, Soy Nie Huaisang, actual líder de Qinghe Nie.
 


 

A-Qing y Xingchen hicieron una pequeña reverencia hacía el hombre.
 


 

—Será mejor que busquemos un lugar más cómodo —propuso Song Lan tomando la mano de Huaisang.
 


 

La acción no pasó desapercibida por los invitados. De manera inconsciente, Xiao Xingchen apretó los puños.
Aún no podía creer que su amigo se haya casado. Era algo que todavía no podía digerir.
A-Qing observaba asombrada, era la primera vez que estaba en una gran secta, cómo lo era Qinghe Nie. Ver a los discípulos hacer reverencias hacía su líder y consorte, fue interesante.
De reojo miraba a su DaoZhang quién tenía el ceño fruncido y las manos en forma de puños.
Ella siempre creyó que tanto su DaoZhang como Song DaoZhang, terminarían juntos; fue una gran sorpresa equivocarse.
 


 

—¿Qué los trae por aquí? —preguntó Huaisang curioso.
 


 

—Una mujer nos comentó sobre que Song Lan se casó con usted, líder Nie —respondió Xingchen.
 


 

—¿Fue la misma mujer que me pidió sus almas? —preguntó Song Lan con intriga.
 


 

—Creo que sí —contestó el taoísta.
 


 

Song Lan se pasó una mano por el pelo en signo de frustración, esa maldita mujer lo había engañado. 
Huaisang quiso reírse por la cara que su esposo tenía, pero una pequeña parte sentía celos, aún.
 


 

—Lo más extraño de todo, fue saber sobre la persona que nos revivió.
 


 

Eso prendió aún más la curiosidad de la pareja de casados.
 


 

—¿Quién era esa persona? —cuestionó el líder de Qinghe.
 


 

—Xue Yang —respondió Xiao Xingchen.
 


 

¿Xue Yang? ¿Habían escuchado bien?
Song Lan no podía imaginar a ese maldito bastardo haciendo algo como eso.
 


 

—¿En serio? —preguntó el menor de los Nie con asombro.
 


 

—Sí.
 


 

«Con que Xue Yang» pensó Huaisang con un toque de diversión.
 


 

—¿Cómo es posible que ese bastardo haya hecho algo como eso? —preguntó Song Lan dejándose llevar por la furia. La maldita mujer no le había querido decir quién iba a ser la persona que traería a Xingchen y a A-Qing, a la vida. 
 




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