Las cosas comenzaron a empeorar para Lan Yang. Xiao XingChen no sólo abusaba de él, sino que Song Lan también era partícipe de eso.
UNA SEMANA ANTES
Song Zichen se dirigía furioso hacia Gusu Lan con la intención de, ahora sí, matar a Xue Yang. Sin embargo, al llegar se llevó una gran sorpresa, que le provocó un extraño sentimiento en su interior.
Xiao XingChen venía caminando frente a él, con un Xue Yang inconsciente, y amordazado. Una parte enfermiza dentro suyo, sintió una fascinación escalofriante recorrerle el cuerpo; sin embargo, su raciocinio lo hizo cuestionarse sobre ese sentimiento.
Se acercó a XingChen con cuidado, intentando no asustarlo. Aunque lo único que quería hacer era blandir su espada hacia Xue Yang, y así poder terminar con él de una vez por todas.
Cuando XingChen notó su presencia se detuvo de manera abrupta, y observó a su viejo amigo con indiferencia. Song Lan intentó ignorar esa mirada que le perforaba el alma, pero no logró hacerlo.
—XingChen —saludó con esa voz grave suya, que en algún tiempo hizo temblar al hombre de blanco.
—Zichen —respondió el taoísta, serio.
Song Lan se mordió la lengua con disgusto mal disimulado, pero se contuvo de soltar algún comentario inapropiado.
—¿Qué haces con el bastardo de Xue Yang?
—No es algo que deba importarte, Zichen, pero me lo estoy llevando conmigo a Ciudad Yi.
—¿Por qué?
—Porque fue un error alejarlo de mi vida, y ahora vuelve a ser mío.
La confesión de XingChen sorprendió a Song Lan, y las ganas de asesinar a Xue Yang se habían desvanecido por completo. Observó como su amigo trataba al menor, y una extraña idea se apoderó de su mente.
—Iré contigo —dijo con una decisión que no dejaba entrada a un no. XingChen lo miró con asombro, buscando algo en su cara que le hiciera negarse a la petición, pero no encontró nada.
—Está bien —espetó el taoísta, soltando un suspiro—, pero no lo asesinarás.
—No lo haré, pero podemos hacer algo con él.
Eso generó un sentimiento de curiosidad en XingChen, pero prefirió ignorarlo y comenzó a avanzar siendo seguido por Song Lan. El viaje a Ciudad Yi fue bastante cortó para los tres, y sólo paraban en algún lugar para comer.
Cuando llegaron, pusieron a Xue Yang en un ataúd, lo desnudaron y lo ataron. El plan con él era sencillo, iban a demostrarle todo el amor que se merecía.
Tanto Song Lan, como XingChen, le habían pedido a A-Qing que no entrara a la habitación donde se encontraba Xue Yang por ningún motivo. Para A-Qing no fue difícil obedecer esa orden, por lo que ambos cultivadores se quedaron aliviados.
El primer día, después del secuestro, Song Lan y XingChen, se habían encargado de limpiar y cuidar de Xue Yang. Sin embargo, al séptimo día, los cuidados pasaron a ser otras cosas.
El primero en probar el cuerpo de Xue Yang fue Song Lan, quién abusó del menor con furia, dejando que todo el odio que sentía se notara en cada embestida y marca que dejaba en ese maldito asesino.
Cuando XingChen probó a Xue Yang, podía jurar que tocaba el cielo con las manos. Había entrado en él despacio, con miedo a perder el control, pero con el paso de los minutos, no pudo ser capaz de contenerse.
Usó y profanó a Xue Yang de todas las maneras que había imaginado, se corrió dentro del menor más veces de las que podía contar, y manipuló la pequeña boca de Yang a su antojo, dejándose llevar por la exquisita sensación que había experimentado.
Un día, mientras Song Lan penetraba a Xue Yang, él despertó.
Chilló, lloró y gritó, pero el hombre entre sus piernas en ningún momento se detuvo, simplemente se burló de él. Cuando Song Lan dejó su cuerpo, fue el turno de XingChen, y para ese punto, Xue Yang ya no podía soportar más esta situación.
ACTUALIDAD
GUSULAN
Desde el secuestro de Xue Yang, las cosas en Receso de la nube estaban tensas e incómodas, sobre todo entre Wei WuXian y su esposo.
—¡Quiero encontrarlo, Lan WangJi! —Fue el grito que se escuchó por todo el lugar.
—Lo sé, pero no lo lograrás si estás tan alterado.
—¿¡Y qué quieres que haga!? ¿¡Quedarme quieto como tú!?
—¡No se trata de eso!
Para ese punto la discusión de ambos podía escucharse desde la entrada, y era comprensible, porque se trataba del hijo que ambos decidieron adoptar, y por el cual quemarían todo el mundo del cultivo.
—Sí no vas a ayudarme, no te metas en mi camino. —Con esa amenaza, Wei WuXian se fue de ahí, dejando solo y herido a WangJi.
El segundo jade soltó un suspiro tembloroso, se sentía un maldito inútil. Su esposo sufría, y él no podía ser capaz de consolarlo de alguna forma.
Giró sobre sus talones y se encontró con la mirada preocupada de su hermano.
—WangJi…
—Ahora no, hermano —lo interrumpió, pasando por su lado. Necesitaba pensar, y lo necesitaba ahora.
Xichen se quedó mirando la espalda de su hermano, apretó los puños a su costado, y suspiró. Todo este asunto estaba siendo demasiado complejo, y abrumador, pero esperaba poder encontrar a su sobrino bien y salvo.
Los días empezaron a pasar, y terminaron convirtiéndose en meses. De Xue Yang ya no se sabía más nada, como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra.
Las primeras semanas recorriendo Ciudad Yi y Yiling, buscando alguna señal de que A-Yang pudiera estar ahí, pero no tuvieron éxito. Para ese entonces, la relación entre Wei WuXian y Lan WangJi pendía de un hilo.
Las discusiones eran tan fuertes que llegaron a enfrentarse entre sí, terminando ambos lastimados. La última que tuvieron, WuXian terminó en la enfermería debido a una puñalada.
WangJi se sintió culpable por haberlo herido, por lo que decidió alejarse de su esposo hasta que las cosas volvieran a ser como antes. Sin embargo, mientras más veía pasar los días, más se preguntaba si alguna vez podían volver a confiar el uno del otro sin llegar a lastimarse.