Cuando recuperé la conciencia me dí cuenta que estaba en una cama de hospital, tenía una intravenosa en mi brazo derecho y un respirador. A mi lado estaba una enfermera colocando unas botellas con medicamentos y botellas extrañas. Cuando se percató de que había despertado comenzó a buscar algo entre todo lo que traía consigo hasta que sacó una pequeña botella que estaba dentro de su bolsa del uniforme y comenzó con una inyección a tomar el líquido que estaba dentro de ella.
-No te preocupes, después de todo esto volverás a ser feliz- dijo casi terminando de llenar la inyección con el líquido mientras me sonreía.
¿Después de todo esto?¿A qué se refería con eso? Esas preguntas daban vueltas en mi cabeza.
-Eres demasiado fuerte, más de lo que era tu madre; ahora entiendo porqué te abandonó-dijo mientras ponía la inyección en la mesa junto con otras botellas un poco más grandes- creo que esto funcionará contigo.
-¿Usted conoció a mi madre? ¿Cómo es que...conoció a mi madre?- en ese momento un vago recuerdo de las palabras de mi madre vino a mi "No confíes en nadie"
-Eso no tienes por qué saberlo, además después de hoy no recordarás ni tu nombre- dijo mientras tomaba la inyección y colocaba todo el líquido en la bolsa de suero que estaba conectada con la intravenosa- ya estás sintiendo el poder de mi tranquilizante,¿cierto?. ¡Es tan poderoso que en menos de 2 minutos comenzarás a quedar profundamente dormida y cuando despiertes no recordarás nada!
Mientras ella me observaba comencé a cerrar lentamente mis ojos, ya tenía todo planeado. Después de 5 minutos escuché que la puerta se cerró y ya no se escuchaba ningún ruido, decidí quedarme así por otros 2 minutos por si ella se quedaba observando por afuera.
Luego de eso, mi plan de escape comenzó a marchar. Me levanté de la cama y comencé a buscar mi ropa, me dí cuenta de que detras de un mueble con medicamentos había una puerta. Tomé todo lo que me podía servir del mueble y moviéndolo pude ingresar a la habitación desconocida. Coloqué el mueble como antes estaba y me adentré observando todo a mi alrededor. Dentro de aquella habitación había un gran ropero el cual cuando lo abrí tenía ropa de diferentes tallas y para ambos sexos, además de eso, había también varios zapatos.
Para mi suerte, en un cajón del ropero encontré un tipo conjunto de una blusa de manga larga negra y un pants negro además de eso habían batas blancas. Me quedaba un poco grande pero a comparación de la demás ropa este era el más decente. Tomé unos tennis blancos muy sucios que estaban en la orilla del tocador. En frente del ropero había otra puerta, la abrí muy lentamente y me dí cuenta de que estaba en una habitación del hospital vacía. Lo que de un lado era la puerta, del lado de la habitación era la pared blanca. Cuando cerré la puerta esta no se notaba, es como si la puerta no existiese.
Rápidamente me puse détras de la puerta de entrada y poniéndome un cubrebocas que había encontrado y una de las batas que estaban en el ropero. Caminé por el largo pasillo del hospital hasta llegar a la salida de emergencia, bajé corriendo las escaleras ya que era cuestión de tiempo para que se dieran cuenta de que no estaba en mi habitación. Cuando llegué a la planta baja escuché las alarmas que indicaban que eran concientes de mi fuga. Corrí y salté la reja que estaba en la puerta trasera y corrí lo más lejos que pude. Después de 5 cuadras super larguísimas tomé un taxi. Me dirigí a mi casa con la esperanza de que no me estuvieran esperando ahí. Subí las escaleras y tomé la llave de repuesto que estaba escondida en una de las macetas del jardín. Abrí la puerta y comencé a recoger lo más importante y necesario para poder escapar lo antes posible. Cuando ya iba de salida por la puerta trasera sentí un golpe en la nuca y todo comenzó a dar vueltas y antes de desmayarme vi la cara de alguien demasiado conocido mi....