El COMIENZO DE UN VIAJE FANTÁSTICO.

-Todo listo Trenxeador Uno- Todo listo Quoston- -Empieza el conteo. -Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno, cero, despegue- ¡Buuum! A las 12:55 de la tarde, partió la nave de Leini hacia el espacio exterior mientras era observado con esperanza por millones de Trenxianos quienes lo veían desde la plataforma de lanzamiento y a través de las proyecciones de hologramavisión. Entre tanto, dentro del transbordador, el pequeño recordaba con alegría los numerosos viajes que había realizado alguna vez en automóvil solar, en tren bala hidro impulsado y en avión superarchimegasónico pero, sabía que ninguno se parecía siquiera un poco al que acababa de iniciar pues, era el primero que realizaba en una nave espacial.

Y mientras recordaba todas esas cosas, miraba con emoción a través de la ventana como la ciudad y la gente se volvían más pequeños a medida que subía la nave y como el firmamento se tornaba de azul a oscuro para luego ser iluminado por pequeñas estrellas de colores parecidas a las que iluminan los árboles de navidad. -¡Guauuu!, que maravilloso se ve el mundo desde arriba- dijo con un gran suspiro –En verdad se ve maravilloso- Leini saltó estupefacto al escuchar esas palabras- ¿Pero quién puede ser?-dijo con incertidumbre-No te preocupes, soy yo, Cerebrónico- -¿Cere qué?- -¡Cerebrónico!- -¿Qué eres? o mejor ¿Quién eres?- Soy tu acompañante –Leini permaneció inmóvil y asombrado por un instante mirando al extraño ser que tenía en frente suyo y se alegró mucho al ver que no viajaría solo.

El ser que le acababa de hablar era Cerebrónico, un androide frívolo, extremadamente inteligente y sagaz fabricado en Trenx hacía varios megaciclos atrás, el más avanzado de todos los robots, forjado con una aleación especial del material más resistente hasta ese entonces hallado en el planeta. -Pero si me lo hubieran dicho antes, hubiera traído más píldoras alimentadoras- -Ja, muy gracioso- le dijo el robot, -como puedes ver, soy un androide, el más desarrollado de todo Trenx y para tu información, no necesito de tus pastillas pues, lo único que me alimenta es el conocimiento y una batería de un mega watt, así que las pastillitas las puedes guardar para ti- Leini lo miró de nuevo pero esta vez con rareza de arriba hacia abajo  -¿En verdad no quieres una? porque pensaba invitarte un delicioso sándwich de pollo acaramelado – -Ya te dije que no, sin embargo, gracias- -Está bien, tú te lo pierdes- le dijo antes de tomar una píldora de color rojo y engullírsela de una sola vez. Y mientras se sobaba su estómago de placer dijo -Ahora sí, que empiece la travesía, ¡Yupi!-.

Lejos de la atmosfera trenxiana, el niño continuaba contemplando el espacio exterior, admirando como las estrellas iluminaban cada vez más con mayor intensidad la oscuridad del universo, sin embargo, también miraba con tristeza a su planeta cuando recordaba lo hermoso que fue hace unos teraciclos atrás. No obstante, e irónicamente, cuando lo analizaba bien, caía en cuenta que nunca lo había visto hermoso, bueno, no con sus propios ojos ya que, lo que sabía del pasado de Trenx era lo que le había contado alguna vez su abuela materna más lo que había visto en uno de los tantos programas que transmitían en el Trenxscovery Channel sobre cómo era el planeta antes de la contaminación.

Entonces, recordando las palabras de su abuela y ayudado con las imágenes que había visto en hologramavisión, comenzó a imaginar el hermoso color azul de su mundo reflejado en los océanos y empezó a combinarlo con el verde de sus bosques, el marrón de sus montañas y el blanco de sus puntas como los copos de helado –Ahhhhh- un leve suspiro salió de nuevo de su boca –y pensar que ahora parece una vieja esfera oxidada- -¿A qué te refieres?- Preguntó Cerebrónico- -al planeta- respondió Leini- - ¿A cuál planeta? – preguntó de nuevo el ser mecatrónico- pues a Trenx- respondió con ironía Leini- -ah, eso, si, pues, mis archivos datan que hace como cien teraciclos fue un planeta hermoso y lleno de vida pero que por descuido de tu raza, ahora es tan sólo un montón de tierra árida y rojiza- - Si, lo mismo dijo mi abuela.

Ella me contó alguna vez que, nuestras generaciones pasadas abusaron de los recursos naturales de Trenx y lo exprimieron como a una uva pasa, y no conformes con eso, talaron sus bosques y contaminaron el medio ambiente de manera cruel con combustibles fósiles y nucleares, desperdicios tóxicos y basura por doquier creando un calentamiento global que fue fatal para el planeta, y lo más triste fue que, aunque lo advirtieron a tiempo, nunca le prestaron atención a la situación tan grave que estaba ocurriendo y ahora, las generaciones presentes que ya no podemos hacer nada al respecto, tenemos que buscar un nuevo lugar en donde habitar para asegurar la supervivencia de las generaciones futuras-

-¡Tal vez, se merezcan ese castigo, es más, que sacan ustedes los Trenxianos con hallar otro planeta en donde habitar si van a volver a hacer lo mismo!- dijo Cerebrónico con furor- ¡pero qué dices, se nota que eres una máquina sin corazón!- respondió Leini con igual furor- bueno- dijo el robot- para tu información, mis datos afirman que ustedes volverán a hacer lo mismo pues, su comportamiento no ha cambiado en miles de teraciclos y las estadísticas aseveran que no tendrían por qué hacerlo ahora-

-Pues, por más cálculos y datos que tengas, te puedes equivocar ya que, a diferencia de los androides, los Trenxianos tenemos alma, corazón y, sobre todo, consciencia y creo que esta vez ya aprendimos la lección- -Bah, pues yo creo que no son más que puros disparates, la verdad, no creo que hayan aprendido nada de nada, pero, en fin, ese no es mi trabajo, mi misión es acompañarte y ayudarte en tu “épica” búsqueda-.