Después de unos miniciclos de “amena” charla, parecía ya haber una leve confianza entre Trenxiano y robot. –Leini, por favor, mira el tablero que se encuentra encima de ti, allí hay un pequeño tablero que tiene tres colores; verde, amarillo y rojo, dentro de este hay una aguja que nos indica la temperatura del motor, dime dónde está marcando en estos momentos-
-Pues haber, se encuentra apuntando en el color verde- -Bien, eso quiere decir que podremos mantener la ultrarchimegavelocidad por otros miniciclos más, por favor avísame cuando marque el color amarillo- - pues, pareces un adivino porque en estos precisos momentos se encuentra allí- -bien, no te preocupes todo eso es normal hasta el momento, ahora por favor, no le quites la vista de encima y dime cuando se ponga roja- -Oye, ¿de verdad no eres adivino? Porque en estos momentos se acaba de poner en el rojo- -Dime por favor cuando esté a punto de acabar el color rojo- -ya- -¡¿Ya?!-
Cuando Leini le dijo eso a Cerebrónico, la nave se detuvo de manera salvaje haciendo que el muchacho quedara estampado contra el parabrisas espacial -Oye, oye, por lo menos avisa que vas a parar así, casi devuelvo mi sándwich- -Lo siento, pero es que si no lo hubiera hecho habríamos explotado- -Bueno- -Lo que pasa es que con tu ayuda puedo hacer que la velocidad dure un miniciclo más- -Oye, y a propósito ¿falta mucho para llegar a ese atajo?-
-A este ritmo, tardaremos tres megaciclos- -¡Tres megaciclos! Vaya, vaya eso sí que es una sorpresa- -más bien una fortuna, porque el satélite tardó dos teraciclos en llegar hasta el sistema Bisolar- - ¡Dos teraciclos!, vaya, eso sí que es una sorpresa- Mientras decía eso, una luz roja comenzó a parpadear dentro de la nave- ¿Pero qué es eso? - preguntó Leini -creo que hemos llegado a la zona de asteroides- - ¿aste qué?- - Asteroides. Rápido, toma el timón mientras que yo les disparo- y sin decirle más, Cerebrónico salió corriendo de la cabina hacia la parte trasera de la nave. -¿Y yo qué hago mientras que te vas?- -sólo sigue mis instrucciones- -¿tus qué?-
En ese preciso momento, Leini vio por el parabrisas espacial centenares de rocas que se dirigían directamente hacia ellos - ¿Pero, pero qué es eso? - dijo con asombro -¡Cerebrooooo!- grito con angustia, entonces, saltó hacia el volante de inmediato y comenzó a maniobrar la nave esquivando lo mejor que podía todos esos asteroides. Lograba hacerlo de manera increíble, pues recordó los videojuegos que jugaba en Trenx Box, especialmente “La Guerra Interplanetaria” ya que, lo que le sucedía en esos momentos era muy similar a lo que pasaba en ese videojuego, sin embargo, entre más se adentraba en las rocas sentía que estas se acercaban cada vez más y que su velocidad aumentaba también cada vez más. Venían tan emparejadas que sabía que en algún momento sería prácticamente imposible evadirlas - ¡Cerebroooo!- exclamó de nuevo con angustia.
El niño evadía todas las rocas con gran pericia hasta que vio una de un tamaño gigantesco, mucho más grande que la nave y viendo que era imposible evadirla, decidió taparse los ojos con las manos esperando con angustia la inminente colisión, pero de repente, una luz blanca brilló en el espacio y un estadillo se escuchó fuera de la nave, Leini, destapó sus ojos y vio como una serie de rayos que provenían desde la parte superior de la nave disparaban contra los asteroideos destruyéndolos de uno en uno -Oye, pero no me dejes todo el trabajo a mí solo, sigue piloteando como lo estabas haciendo- Dijo una voz como salida de la radio. Leini la reconoció de inmediato, era Cerebrónico pero ignoraba de dónde provenía aquella frecuencia- ¿Leini, me oyes?- repitió la voz -Leini, oprime el botón que se encuentra a la derecha de tu traje para que te puedas comunicar conmigo- Leini, observó su traje y vio que efectivamente en la parte derecha de este, se encontraba un botón de color verde, el cual oprimió al instante -¿Me oyes?- dijo de nuevo el robot – -Gracias a Trenxdios que te oigo fuerte y muy claro- dijo el muchacho con alivio -Bueno, entonces, no te distraigas por favor pues no puedo destruir todos los asteroideos yo solo, así que concéntrate- -Como ordene mi comandante- dijo Leini haciendo un saludo militar e inmediatamente, tomó de nuevo el timón y comenzó a evadir los asteroides con gran agilidad -¡Yupi! Esto sí que es emocionante-
Mientras Leini esquivaba los asteroides, Cerebrónico destruía aquellos que ya estaban casi encima de la nave -En realidad esto se parece a “La Guerra Interplanetaria”- pensó Leini en voz alta - ¿Cómo?- Preguntó el robot – ¡Nada!, tan sólo quería felicitarte por tu gran puntería– dijo el niño por aparentar –Gracias- dijo el robot –pero no te distraigas por favor-. Sin embargo, lo que Leini sentía era una diversión extrema ni siquiera sentida en el mismo video juego.
Después de unos miniciclos de gran acción, comenzó a disminuir lentamente la cantidad de asteroides hasta que desaparecieron por completo - ¡Ah, qué lástima, me estaba divirtiendo tanto! -dijo el muchacho -¡Pues yo no!- le dijo una voz familiar que ya no venía de la radio.
Era Cerebrónico que ya se encontraba con Leini en la cabina de la nave –Oye, en verdad eres un gran piloto, de razón que el profesor te eligió para esta misión- -Ahora entiendo porque el profesor me puso a jugar tantas veces el mismo video juego, y yo que creía que era por diversión. ¿Qué te pasó? Tienes una abolladura- dijo el niño mirando al robot –Bueno, lo que pasa es que un pedazo de asteroide me golpeó en la cabeza, pero eso ya no importa, ya que hemos pasado esa zona de peligro, lo cual quiere decir que cada vez nos acercamos más al atajo. –Ahhh- dijo Leini estirando sus brazos y soltando el timón.