SERTORESTERS

Con ayuda de la ultrarchimegavelocidad y del GPS espacial pronto apuntaron rumbo hacia el siguiente planeta –No te preocupes Leini, aún quedan esperanzas- le dijo Cerebro –Sí, lo sé Cere, pero estoy un poco cansado, creo que iré a dormir un rato- dijo el muchacho con tono triste- -Vaya- dijo Cerebrónico con tono triste también –Trenxiano tenías que ser.-

Después de unos ciclos, Cerebrónico divisó el siguiente planeta. –Leini, Leini, cambio- El niño medio dormido escuchaba la voz del robot que lo llamaba a través del radio- - ¿Qué pasa Cere?- -Estamos llegando al próximo planeta- Al escuchar esas palabras, Leini se paró de inmediato y salió corriendo a la cabina de mando. –¡Oye Cere, pero ¡cómo es que no me avisaste antes! - -Ah, Trenxiano tenías que ser, sin embargo, me alegra verte de mejor ánimo- -Ah, pues vaya Cere, si nunca lo he perdido- -Por eso digo que Trenxiano tenías que ser. ¡Mira, allí está! –

Lo primero que vieron fue el color verde de este nuevo mundo, cosa que maravilló de nuevo a Leini pues, continuaba descubriendo una infinita variedad de colores en ese sistema Bisolar - ¡Mira Cere- dijo con emoción renovada -este es sí que luce hermoso! - El tamaño de este planeta era similar al de Nepturno, esto llenó el corazón del muchacho con un poco de esperanza a pesar de que sabía que el tiempo seguía transcurriendo y que cada vez, quedaba menos para su mundo. 

Sin perder tiempo, iniciaron el trenxenizaje, bueno, así se llamaría si estuvieran en Trenx, a toda velocidad e inmediatamente captaron que ese planeta parecía no tener atmosfera ya que, a diferencia de los demás mundos que habían visitado, la nave no sufrió ninguna clase de trastorno en su arribo. Eso los hizo dudar un poco sobre su visita, sin embargo, decidieron volar a una distancia prudente de la superficie para comenzar a investigar sobre alguna posibilidad de vida.

No obstante, después de unos miniciclos de investigación, lo único que apreciaron fue un paisaje verde intenso similar al de Trenx el cual parecía teñir a todo el planeta -¡parece que este planeta está vacío!- dijo Leini mientras sacudía con alegría a Cerebrónico- -sí, eso parece- le respondió el robot  -Y mira, la vegetación se parece mucho a la de Trenx- -sin embargo, no te alegres demasiado pues, según los datos enviados por la nave, este planeta parece no tener atmosfera- -vaya, eso sí que es una mala noticia-pronunció el muchacho -entonces, vámonos de aquí- -no, espera, deja la ansiedad, como te dije, eso parece, sin embargo, eso no significa que no se pueda vivir aquí pues, aunque la atmosfera es necesaria para producir el oxígeno que tanto necesitan los Trenxianos, tampoco significa que este sea el único elemento que permite la supervivencia, no olvides que en Trenx hay bacterias que respiran otro tipo de ambiente, quizás en este lugar, exista carbono o algún elemento similar que permita la creación de oxígeno y por ende, una respiración artificial, además, no sé si notaste que cuando estábamos recorriendo el planeta se alcanzaba a divisar unos especies de ríos purpuras en medio de las montañas- -tienes razón Cere, lo noté- -y no sólo eso, además, también alcancé a detectar una especie de aldea pequeña en medio de una de las montañas por las que pasamos- -¡Qué esperamos, vamos hacia allá!- -Muy bien,  estacionemos la nave lo más cerca posible de ese lugar y dirijámonos hacia allá en los airopodos- -¿En los qué?- preguntó Leini- -en los airopodos- dijo el robot y como en las ocasiones anteriores, estacionaron la nave tras unas montañas y de nuevo, de la parte trasera de la embarcación, Cerebrónico sacó dos artefactos con alas muy similares a las cometas planeadoras de Trenx , y las cuales, tenían dos propulsores en su parte trasera -Guau, lucen maravillosos- -verdad que si- y luego de oprimir unos botones, se elevaron por el aire impulsado por dos pequeños cohetes.

La velocidad de los airopodos era sorprendente y Leini como siempre se encontraba emocionado con esa nueva experiencia. Después de unos miniciclos de recorrido pudieron confirmar que efectivamente una pequeña aldea se encontraba casi oculta tras una de las tantas montañas que conformaban el planeta.

Rápidamente, se dirigieron con precaución hacia el lugar señalado y divisaron tras una montaña un lugar perfecto para descender. Leini se encontraba como siempre, tan emocionado que se iba a quitar el casco sin ninguna precaución cuando de repente, Cerebrónico le grito -¡alto muchacho, que estás haciendo!- -pues como ves, me voy a quitar el casco porque me está incomodando- -pero que tonto eres, ya te dije que este planeta no tiene atmosfera y por ende, posiblemente tampoco tenga aire- -si pero también dijiste que había ríos y que además, no sólo la atmosfera puede producir oxigeno- y fue así que Leini se quitó el casco antes de que el robot pudiera detenerlo y luego -ahhhh, pero si aquí el aire es más puro que en el mismo Trenx- -¡Muchacho eres un imprudente!- le gritó Cerebrónico con angustia -pudiste haber muerto, Trenxiano tenías que ser- -tranquilo Cere, tranquilo, yo confío plenamente en ti- -si confiaras en mí no te hubieras quitado el casco- -sí, tienes razón, pero tú mismo has afirmado que eres el ser más inteligente del universo y veo que tenías toda la razón, tus palabras eran ciertas al afirmar que no sólo se necesita de una atmosfera similar a la de Trenx para obtener oxígeno y ya lo ves, tenías toda la razón, toda la razón- -bueno, bueno, debo reconocer que aunque eres un Trenxiano imprudente, como casi todos, también eres muy osado y además, no sé por qué, pero por alguna extraña razón tú también estás en lo cierto cuando afirmas que el aire de este planeta es más puro que el de Trenx, eso me produce unas ganas inaguantables de investigar más a fondo este extraño mundo verde- -si Cere, creo que ya estoy comprendiendo tu propósito- -¿De veras? – sí, de veras- -Pues ahora que lo dices, uno de los mensajes que me dio el profesor fue que por si alguna extraña razón no lográramos encontrar un planeta para habitar, lo mejor sería llegar quizás a tiempo con algún conocimiento que permita salvar a Trenx-  -pero, desafortunadamente, el tiempo que tenemos es cada vez más escaso- -buen punto, entonces, movámonos rápido- Sin perder más tiempo, se dirigieron hacia la aldea que habían divisado.