Cuando despertó Leini, se encontraba acostado en una cama con una gran sonrisa en su rostro ya que estaba soñando un hermoso sueño en el que se imaginaba a él mismo jugando con su perro Roy en un gran campo verde rodeado por un bello lago azul, miró a su alrededor y vio como los Trenxianos que vivían junto a él jugaban con sus mascotas y como todo Trenx jugaba sobre aquel hermoso campo verde pero de repente, todo comenzó a tornarse blanco y más blanco y más blanco hasta que salió del hermoso sueño que tenía y fue devuelto a la realidad. Aturdido, despertó y luego, poco a poco, comenzó a recordar lo que les había sucedido - ¡Cere!- gritó cuando recordó que antes del impacto se encontraba con su amigo electrónico. Restregó sus ojos para ver mejor la realidad y quedó sorprendido con el lugar en donde se encontraba. Cuando miró a su alrededor divisó una gran cantidad edificios. Podía ver todos sus alrededores con claridad, miró hacia arriba, hacia abajo, a la izquierda, a la derecha, en otras palabras, se encontraba en una habitación de cristal, la cama era de cristal, las mesitas eran de cristal, las sillas eran de cristal y no eran como cualquier cristal, sino que se trataba de un cristal totalmente transparente y limpio, tanto que, se alcanzaba a divisar incluso las habitaciones de todos los edificios que tenía a su alrededor, el lugar eran tan increíble que Leini alcanzaba a contar cuántas habitaciones se encontraban debajo o encima de él, sin embargo, a pesar de la transparencia del lugar no podía ver a Cerebrónico por ningún lado, es más, ni siquiera veía a ninguna clase de habitante o ser por algún lugar -¿Dónde estás Cere?- preguntó para ver si le respondía – tú amigo no está aquí- una voz salida desde ninguna parte pareció contestarle. Leini pensó por un momento que era el eco del lugar quien le había respondido, sin embargo, - ¿Qué lugar tan raro? - preguntó de nuevo- - ¿Raro?- bah, pero si el raro eres tú- de nuevo la misma voz le contestó de algún lugar en la habitación-Leini observó inmediatamente a su lado izquierdo ya que de allí parecía provenir la voz y fue en ese momento cuando quedó totalmente asombrado con lo que vio.
Un ser de cristal muy similar a Cerebrónico salió de uno de los rincones de la pared, su transparencia hacía que se camuflara de manera perfecta con las paredes de la habitación en donde se encontraba, era verdaderamente increíble –Te repito que el raro eres tú- Cada vez que Leini escuchaba esa voz no dejaba de sorprenderse y cuando observaba al ser que le hablaba se sorprendía aún más- -Pe, pe, pero ¿quién eres tú?- preguntó el muchacho con incertidumbre- -Mi nombre es siete millones cuatrocientos cuarenta y tres mil ochocientos setenta y dos- -¡¿Siete qué?!- - siete millones cuatrocientos cuarenta y tres mil ochocientos setenta y dos- -que nombre tan largo- -de hecho, no es un nombre, es mi serie- -¿Tú serie? - -sí, esa es mi serie, es decir, yo soy el ensamble número siete millones cuatrocientos cuarenta y tres mil ochocientos setenta y dos de Barcorian- -¿Bar qué?- -Barcorian, ese el nombre de este planeta, por lo tanto yo soy un Barcoriano- -Vaya, que increíble y ¿dónde está mi amigo Cere?- -¿Cere? Ah, quizás te refieres al número dos millones quinientos veintiún mil doscientos treinta y dos- -No, yo hablo de Cerebrónico, el robot de tamaño similar al tuyo, con la cara similar a la tuya y el cuerpo similar al tuyo, oye mirándote bien, te pareces mucho a él- -Por eso digo que, te refieres al número dos millones quinientos veintiún mil doscientos treinta y dos, él es quien venía contigo- -No, no, espera, por qué llamas a Cere así- -Pues ya te dije que ese es su serie- -Sí, sí, pero me podrías explicar qué no entiendo- -Con mucho gusto. Nosotros nos encontramos en el planeta Barcorian, como te puedes dar cuenta este es un mundo hecho de cristal, claro, según el número uno, todo aquí está hecho con el cristal más fuerte del universo- -espera, espera, qué no volví a entender ¿Quién es el número uno? - -Es el líder- -¿El líder de qué?- -De nosotros, los Barcorianos.
Nosotros nos llamamos por nuestro número de ensamble, es decir que yo fui el número siete millones cuatrocientos cuarenta y tres mil ochocientos setenta y dos en ser ensamblado, tu amigo fue el dos millones quinientos veintiún mil doscientos treinta y dos, el líder fue el número uno- -Espera, espera, ¿quieres decir que Cere, es decir, mi amigo, fue ensamblado en este planeta y no en Trenx?- -Es correcto- -¡Increíble!- -¿Qué es Trenx?, vamos, cuéntame sobre eso- -Bien, te lo contaré pero primero cuéntame esa historia de Cere, digo del número dos millones quinientos veintiún mil doscientos treinta y dos- -No sé por qué te la tengo que contar, sin embargo, te la voy a contar.
Como ya dije, nosotros somos ensamblados aquí y de acuerdo con el número de ensamblaje, así posteriormente nos llamamos y nos diferenciamos de los demás Barcorianos, tu amigo fue el número dos millones quinientos veintiún mil doscientos treinta y dos- -Bueno y ¿qué pasó con él? - -Oh es una historia un poco terrible- -pero vamos, cuéntamela- dijo Leini con incertidumbre pues, hasta el momento, eso era lo más increíble que le había sucedido.
-Todo comenzó cuando el número dos millones quinientos veintiún mil doscientos treinta y dos le estaba realizando un mantenimiento a una nave de trasportación espacial y repentinamente sin darse cuenta oprimió el botón de despegue y salió volando del planeta más rápido que un rayo sin rumbo fijo, lo buscamos por todo el sistema pero nunca pudimos localizarlo, hasta ayer que fue cuando ustedes fueron detectados por nuestros sistemas de alarma- -¿Y qué pasó con él?- -el número uno se puso muy feliz al ver el regreso de uno de sus ensambles, sin embargo, también se puso triste porque había cambiado radicalmente, primero, su interior y algunas partes de su exterior ya no eran las mismas y habían sido cambiadas por unas partes que nadie había visto hasta el momento en Barcorian y segundo, venía con un ser bien raro, tú- -¿yo?- -sí, tú. El número uno indagó por el motivo de su visita y quedó aterrado con lo que vio en los archivos del número dos millones quinientos veintiún mil doscientos treinta y dos, ahora te toca a ti, cuéntame de Trenx para saber qué fue eso que hizo aterrorizar al número uno.- -Trenx, bueno, es mi planeta natal- -Tu planeta y ¿Cómo es?- - Trenx es, o mejor, era un planeta muy hermoso rodeado por un cielo azul magnífico, cinco mares preciosos de aguas cristalinas, majestuosos valles verdes y montañas marrones con nieve blanca en sus puntas como conos de helado- -¿conos de qué?- -De helado, en fin, era el planeta más hermoso que jamás pudieras imaginar- -Imaginar ¿Qué es eso? y ¿por qué dices que era hermoso?- -Primero, imaginar, creo que es algo que no pueden hacer los Barcorianos y segundo, era, porque desafortunadamente, los Trenxianos fuimos muy descuidados, intoxicamos las aguas, talamos nuestros bosques, contaminamos la atmosfera y llegó un momento en que el planeta no resistió más tanto maltrato y comenzó a reclamar poco a poco todo lo que le habíamos quitado, comenzaron a ocurrir numerosos terremotos, los mares y los ríos se salieron de sus cauces y causaron grandes inundaciones, la mayoría de volcanes comenzaron a activarse y a hacer erupción de uno en uno, la lluvia se volvió acida y comenzó a quemar todo lo que tocaba, grandes tormentas eléctricas empezaron a ocurrir casi todos los días, incluso sin lluvia, en fin, todo esto hizo que el planeta se convirtiera en un lugar árido, demasiado caliente en el día y demasiado frío en las noches, ya nada más volvió a crecer en su suelo y tuvimos que comprimir los alimentos en pequeñas píldoras, con el tiempo tratamos de recuperarlo pero ya era demasiado tarde, pues en estos momentos, el planeta palpita como un corazón a punto de sufrir un infarto- -¡Todo eso que cuentas suena horrible!, cómo es posible que exista una raza que sea capaz de destruir su propio mundo, con razón la preocupación del número uno- -No, lo más terrible sucedió luego, llegó un momento en que el clima se hizo indomable y la única forma de sobrevivir fue construyendo grandes ciudades bajo la superficie, sin embargo, las condiciones eran terribles, entre más teraciclos pasaban más profundo vivíamos y llegó un instante en que el calor era insoportable.