Tras el escándalo, la empresa vivió días de caos. Medios de comunicación se hicieron eco de la noticia, y aunque Xavi Guerra logró mantener la reputación de la compañía intacta, el ambiente laboral cambió drásticamente. Muchos empleados fueron despedidos, otros renunciaron voluntariamente y nuevos rostros comenzaron a aparecer en la empresa.
Laura, Ivet e Irina pasaron de ser simples becarias a convertirse en piezas clave dentro de la organización. Sin embargo, la euforia del triunfo se vio ensombrecida por una nueva inquietud: ¿qué pasaría con ellas ahora? ¿Seguirían en la empresa o sus contratos terminarían una vez finalizada la beca?
Xavi Guerra, en un gesto inesperado, las convocó a su oficina. "Lo que hicieron fue valiente, y aunque me hicieron la vida imposible durante semanas, salvaron la empresa de un desastre irreparable", dijo con una sonrisa ladeada. "Pero no todo termina aquí. Hay cosas que deben saber".
Editado: 25.03.2025