A veces me gusta pensar:
¿Cómo de distinta hubiese sido mi vida si no fuese una bruja?
¿Papá y mamá seguirían vivos?
Ellos eran muy jóvenes, ha pasado mucho tiempo y apenas puedo recordar sus rostros, pero estoy segura… que eran muy jóvenes cuando murieron.
Recuerdo… que me aferré con todas mis fuerzas a mi libro de cuentos mientras corría sola por el bosque. Ese libro me lo regaló mi padre, y mi madre solía leérmelo en las noches. Yo abracé ese libro como si fuesen ellos.
“Corre” me dijo mi padre, y corrí alejándome de las llamas que devoraban la casa, corrí hasta que me sangraron los pies porque las llamas no dejaban de perseguirme.
Una sola chispa puede quemarlo todo.
Un incendio en una temporada seca es una mala idea, si tan solo lo hubiesen sabido los aldeanos que quemaron mi casa. Y todo ese infierno fue provocado porque mamá era una Bruja.
¿Y qué tiene de malo serlo?
Mamá era buena, puede que no recuerde su rostro, pero recuerdo claramente lo amable que eran sus manos y sus besos, su voz era suave y arrulladora. Y mi padre, él también era bueno, él fue quién me regaló mi amado libro de cuentos y me enseñó a leer mis primeras palabras.
Es una lástima que ya no recuerde sus rostros.
En aquel seco y frío invierno perdí a mis padres, corrí y corrí por días hacía la gran montaña sin detenerme y sin mirar atrás, apenas tuve fuerzas para llorar; todas mis energías estaban en seguir avanzando con mis pies ensangrentados que me ardían como si el fuego los hubiese envuelto. En lo único que podía pensar era en seguir corriendo, y que quizás, me reencontraría con mis padres si estos lograban escapar por algún milagro. Fue por esa pequeña e ilusa esperanza que no me detuve y seguí persiguiendo las luces de los fantasmas que me guiaron todo el camino. Y al final, cuando ya no había más aliento en mí, caí frente a mi destino, la casa de mi maestra.
Ella siempre dijo y repitió hasta el cansancio:
-Eres un regalo no esperado, pero ya que llegaste, qué se puede hacer.
Hasta aquel día no la conocía, me acogió en su casa y curo mis heridas aún sin conocerme y cuando le entregué la carta que mi madre me había dado para ella, la estricta pero amable anciana desocupó una habitación para mí.
-Desde hoy vivirás conmigo, serás mi aprendiz. ¿Qué quieres aprender primero?
Recuerdo que en nuestros primeros días juntas yo le tenía mucho miedo, porque mi maestra parecía muy amargada, estricta y dura por el exterior, pero con el tiempo descubrí que era muy dulce, considerada y hasta amable. Aunque eso sí, muy mal hablada.
¿Y eso qué?
Era una mujer con mucha personalidad.
Con el tiempo la amé.
Ella me enseñó sus artes y técnicas de magia, incluso me enseñó a leer y escribir, era lo básico para aprender magia. Y lo mejor de todo, es que me enseñó a leer mientras me leía mi amado libro de cuentos.
Sullen: -No sé cómo puede gustarte esto.
Annabeth: -¿Todos los sapos pueden volverse príncipes?
Sullen: -No. Pero todos los príncipes pueden volverse sapos verdes, feos y arrugados.
Annabeth: -¡No~!
Ella era muy divertida, le gustaba molestarme. Y he de admitir, que extraño su sentido de humor.
Te extraño, maestra Sullen.
Sí, ahora lo sé:
NO ME ARREPIENTO DE SER UNA BRUJA.
Sullen: -Annabeth, eres muy inteligente y tienes un gran talento para la Magia. Serás una poderosa Bruja algún día.
Annabeth: -Maestra… y cuando sea una poderosa Bruja, ¿podré invocar las almas de mis padres?... ¿cree que pueda?
Sullen: -Oh, Annabeth, no lo sé. Quizás para entonces ellos ya no estén.
Annabeth: -¿Y si lo hace usted?
Sullen: -Annabeth, ¿Qué te he dicho? No podemos alejarnos de la montaña, además, la Inquisición ya debe estar rondando tu aldea. Es peligroso.
Sí, ella era muy estricta, pero era por mi bien.
Sullen: -¡ANNABETH! ¡¿Qué te había dicho?! ¡¿Cuál es la regla n° 1 de esta casa?! ¡Vamos, niña, dime!
Ese día sí que se enfadó mucho conmigo, y tenía toda la razón de estarlo, ese día aprendí a no volver a caer en las mentiras de ese embustero.
Annabeth: -Nunca debo abrir la jaula de…
Raven: -¡Beth! ¡¡DESPIERTA, NIÑA TONTA!
Raven… Sus gritos me despertaron, siento que tuve un sueño muy amargo. No es momento para pensar en eso ahora.
Raven… tienes que irte.
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Editado: 21.08.2025