Capítulo 2 - Annabeth

Ya puedo escuchar a los guardias viniendo por el corredor, le hago señas a Raven para que se esconda.

Raven: -No…

Raven es testarudo, si dice NO es NO, no tengo otra opción que “persuadirlo”.

Lo siento, por esto, Raven. Va a ser el último golpe que recibas de mi parte.

Tengo las manos atadas con cadenas al muro, así que tendré que ser creativa. Sacudo mi cuerpo para tirar su pequeño cuerpo de cuervo al piso y con una torpe patada lo lanzó a una esquina oscura de la celda. Su plumaje negro le servirá de camuflaje para que no le vean los guardias.

Caballero Sagrado: -Ya es hora, Bruja. La hoguera te espera.

No me resisto.

Lo único que pido es que Raven siga quieto hasta que todo esto acabe.

Al final, James, mi “príncipe”, no vino ni a despedirme.

Que niño más ingrato salió siendo.

Vaya, jajajaja, ahora mismo… me arrepiento de todo el tiempo que le di a ese chico.

Y me arrepiento de seguir queriéndole… Pero, ya no sé si lo amo como amante, maestra o hermana… no lo sé, pero aún le quiero.

Con cada paso que doy entre los oscuros pasadizos de los calabozos mi corazón late con más fuerza, los Caballeros Santos que me escoltan me “acribillan” con la mirada. Estos ilustres Caballeros al servicio de la Iglesia Ortodoxa me están guiando hacia mi destino final: LA HOGUERA.

Siempre soñé con ser escoltada con caballeros de radiante armadura como estos, pero ahora me lo estoy reconsiderando.

Los fulminantes rayos del sol de la tarde ciegan mis ojos al salir del santo recinto, a pesar de estar aturdida por la luz del sol y la multitud que me rodea, mis ojos han vislumbrado perfectamente la hoguera.

VOY A MORIR.

Los Caballeros Santos me abren el camino entre cientos de espectadores que han venido a verme arder en las llamas.

Más de una piedra cae sobre mí.

Y más de miles de insultos y maldiciones son dichos contra mí.

TENGO MIEDO.

Cada paso que doy me dirige hacia esa hoguera que me espera para poder ser prendida.

Siento que mi corazón se va a salir de mi pecho.

Tengo miedo, muchísimo, voy a morir.

Una vez atada en la hoguera ya no tengo escapatoria.

Sí, hoy voy a morir.

Y SERÁ DOLOROSO.

¿Y esto será lo último que veré?

Una muchedumbre furiosa maldiciéndome y culpándome de los problemas de sus vidas, ¿yo qué culpa tengo de la hambruna o la pobreza de todo el reino? Si desde hace mucho vivo encerrada en mi laboratorio. Me culpan hasta de las sequías, pero ustedes no saben que cientos de miles veces yo he usado mi magia para hacer llover sobre los campos secos. Incluso logré que los Espíritus me prestaran sus poderes para restaurar bosques enteros y tengan ustedes animales que cazar y ríos de los cuales beber.

No entiendo… Por qué todos ustedes creen que las Brujas son malas solo por ser Brujas.

Ustedes no entienden… ¡El mundo es un pandemónium por culpa de los Demonios! ¡Nosotras, las Brujas, no tenemos la culpa!

Y, también, son ustedes mismos los culpables de su propia decadencia… Si no talaran en exceso no acabarían con los pocos bosques que quedan, si supieran eliminar sus desechos no contaminarían los ríos ni sus ciudades ni habría enfermedades, si construyeran represas podrían almacenar agua, si conservan comida tendrán para cuando la necesiten… IDIOTAS.

Tantas vidas inocentes han muerto en la hoguera solo porque van en contra de vuestra RELIGIÓN, vidas inocentes que pudieron haber resuelto todos los problemas de los que ahora se quejan… Si tan solo les hubiesen dejado tener una oportunidad… el mundo sería un lugar mejor.

Sois en verdad unos IDIOTAS.

No quería llorar frente a todas estas personas, pero no he podido evitarlo.

Estás son lágrimas de frustración.

Oh, al fin encuentro la cara de esa traicionera serpiente. James… Al fin puedo verte, sentado junto al rey y la princesa Annette miraras mi destino desde los mejores asientos.

¿Quizás James me entregó por orden de ese Demonio disfrazado como la princesa?

Existe esa posibilidad.

James siempre estuvo obsesionado con ser alguien poderoso y rico, así que no dudo que sea capaz de incluso vender su alma a un Demonio voluntariamente a cambio de su deseo de poder.

No sé si lo hizo o no, pero ya no me importa. Ya sea que el Demonio lo embaucó o lo hizo voluntariamente, yo nunca podré perdonarte por tu traición.

El Sumo Sacerdote Lucian está leyendo mis supuestos crímenes, lo admito, quizás algunos sean ciertos, es verdad que he lastimado a algunas personas… pero lo hice porque James me lo pidió para lograr su posición de Marqués. Todo lo malo y deshonesto que he hecho en estos últimos años lo hice por él.