Capítulo 2 – Raven

Raven: -JAJAJAJAJAJAJAJA.

Mi emocionada risa resonó por los muros de piedra de esta ciudad.

Lucian: -¡¡RODÉENLO!!! ¡NO LO DEJEN ESCAPAR!!!

Los Magos Ortodoxos comienzan a lanzar sus hechizos de Fuego Sagrado intentando quemarme.

Jajajaja, lo lamento~, sus llamitas “sagradas” ahora no son nada para mí.

Oh, Sumo Sacerdote Lucian, jajajaja, usted y sus Caballeros Sagrados de la Inquisición me las pagarán algún día.

Lucian: -¡NO ES CUALQUIER DEMONIO! ¡ES UNO MUY PODEROSO, SEAN PRUDENTES!

El viejo Lucian tiene buen ojo, él posee un poder “sagrado” decentemente alto para ser un mortal, eso demuestra lo fuerte que es su devoción a su religión su falsa fe.

Debo ser prudente yo también.

Pelear no es una opción dado mi actual estado, aún no he recuperado todo mi poder demoniaco. Si hago cálculos de mi poder actual, puede que actualmente solo posea un 7-10% de mi poder real.

La retirada es también parte de la guerra.

Será mejor irnos, Beth.

Al mínimo movimiento el cuerpo carbonizado de Beth empieza a crujir, pareciera que se fuese a romper en cualquier momento. Intento envolverla con mi Energía Demoniaca pero un Aura Divina me lo impide.

¡¿Por qué hay Aura Divina dentro de Beth?!

¿Qué mierda está pasando aquí?... ¿Desde cuándo los mortales pueden manipular el aura Divina de un Dios? ¿O un Dios realmente está respaldándolos?

Ahora tengo muchas interrogantes en mi cabeza y múltiples respuestas. Por el momento será mejor dejar este tema de lado y huir lo más lejos posible de la capital real y de la Iglesia Ortodoxa.

¡Maldición! No podré ayudar a Beth mientras tenga esta fastidiosa Aura Divina dentro de ella. ¡¿Pero qué mierda le hicieron mientras yo no estaba?!

Y todo esto… por culpa de… ESA RATA SIN COLA.

¡¡¡JAMES!!! ¡¡JURO QUE PAGARÁS POR ESTO!!

¡SÍ, HUYE, MALDITO ROEDOR!

El cobarde huye, a diferencia de un espectador emocionado que me sonríe.

Eh… ¿Qué? Hm… Esos ojos dorados que me miran burlonamente yo los conozco. Oh, sabía que algo olía a MIERDA. Así que un Demonio está suplantando a la princesita tarada.

¿Desde cuándo? No lo sentí antes.

Eso no importa, ahora esta maldita Aura Divina comienza a tener cierto sentido.

Mientras ese Demonio no se meta en mi camino, yo no me meteré en el suyo.

No es momento para pelear con otros Demonios.

Si lo hiciera, sin duda perdería. Estoy tan débil que hasta la MIERDA del Infierno podría derrotarme. Además, lo mejor es no relacionarse con otros Demonios o tendré problemas más grandes esperándome.

Por ahora solo debo preocuparme por Beth.

Lucian: -¡MUERE, DEMONIO!!

Oh, solo los descuido unos segundos y ya están rodeándome y tratando de purificarme. No debo subestimar la cantidad de Caballeros y Magos Sagrados que hay en la capital real, esto puede ponerse peligroso.

Huir es el plan, no debo perder eso de vista.

Por desgracia, no puedo abrir mi portal dimensional para escapar porque no tengo suficiente energía demoniaca.

Lo cual solo me deja con una opción, huir volando por mis propios medios.

He perdido mis alas, pero aún tengo suficiente poder demoniaco para volar, solo debo volar lento o Beth podría romperse. Además, tengo que esquivar los hechizos de los Magos, un solo hechizo de purificación más y Beth se consumirá hasta el polvo.

Caballeros Sagrados: -¡¡NO ESCAPARÁS!!

Me gritan los Caballeros Sagrados desde las murallas que rodean la ciudad. Los Caballeros Sagrados no están solos, los Magos los acompañan mientras recitan sus canticos.

¡¿Una barrera?! ¡Están levantando una gran Barrera de Luz Sagrada por toda la ciudad! Aunque más que una Barrera, parece una red o una jaula con forma de domo.

El resto de Magos Sagrados regados por la ciudad no pierden la oportunidad para atacarme con “Flechas de Luz” para derribarme mientras la Barrera de Luz Sagrada se está levantando. E incluso el Sumo Sacerdote Lucian ha empezado a conjurar su “Lluvia de Luz Sagrada” sobre los cielos de la ciudad.

Realmente se están esforzando en atraparme dentro de una gran jaula “sagrada”.

Y por la rápida organización y respuesta a mi presencia, yo diría incluso que ya esperaban mi llegada. Estoy seguro que esto es culpa de James.

Maldito seas, James… Juro que no importa cuántos años me tome… yo encontraré tu alma y te romperé para que nunca puedas escapar del Infierno.

¿Está todo perdido?

¡¡NO!!

¡ARRIBA!, si logro llegar al punto más alto de la Barrera antes que termine de formarse podré salir de aquí. Solo tengo que subir en línea recta, o eso quisiera, esquivar los ataques que provienen del cielo y desde la tierra es una tarea difícil y esquivarlos todos es imposible. No me importa si me dan a mí, pero no permitiré que le den a Beth.