En cuanto la noche cayó, y todos estuvieron profundamente dormidos, Crow y yo abandonamos la casa.
Con solo la bolsa de mi maestra en mi hombro y con Crow cargado en mi espalda con un fular emprendí nuestro viaje.
Esta noche la ventisca está muy fuerte, quizás haya una tormenta, lo cual es bueno, dudo que alguien en su juicio quiera salir de su casa con este tiempo, no habrá testigos de nuestra huida. Por ahora todo lo que debo hacer es caminar y no mirar atrás.
Solo una vez que estemos muy lejos de Edurne y de sus pobladores podré usar magia, así que tengo que resistir los escalofríos y seguir caminando.
Aún si ya no siento los pies hundidos en la nieve debo seguir caminando.
Crow cuenta conmigo, debo salvar a este niño.
Y para salvarlo debo volverme más fuerte.
Me he dado cuenta que no solo me he “vuelto” joven físicamente, también mi Magia ha sido afectada. Mi poderoso Núcleo Mágico que tanto me costó refinar por más de 800 años, ahora no es más un diminuto y débil Núcleo Mágico de una aprendiz de 12 años.
Actualmente, soy débil.
No sé si esto es un sueño o la realidad, no sé si lo que vivo y siento es real o una ilusión creada por Raven, y si esto es la realidad… ¿realmente he retrocedido en el tiempo? ¿Eso es posible?
No lo creo.
Raven me lo dijo.
Hace mucho tiempo estuve explorando nuevos tipos de magia, y por curiosidad le pregunté a Raven si existía la Magia del Tiempo.
Raven: -Existe lo que los mortales creen que es Magia del Tiempo.
Annabeth: -¿No lo es?
Raven: -Es una farsa.
Annabeth: -¿Por qué?
Raven: -Es más una broma de los Dioses… Una falsa esperanza. No sirve de nada. Así que olvídalo y sigue con lo tuyo.
Annabeth: -Cuéntame más.
Raven: -¿Estás segura que quieres saber más de los Dioses?
Annabeth: -Mejor dime que quieres para cenar.
Raven: -Ya lo suponía. Ese aderezo con almendras del otro día se me está antojando.
Annabeth: -¿Eso no lo hice el año pasado?
Raven: -¿Fue así?
Annabeth: -Jajaja, Raven, ¿te estás quedando senil? ¿La edad al fin te afectó?
Raven: -¡Mi noción del tiempo es diferente al tuyo, es solo eso!
Tiempo… Aún si estábamos todo el tiempo juntos, es como si el tiempo corriera diferente para cada uno.
A veces sentía que yo avanza a un paso lento, los demás morían a mi alrededor, pero yo seguía joven y viviría por mucho más. Y mientras yo caminaba otros corrían… y Raven no daba ni un solo paso. Siguió parado en su mismo lugar, como si el tiempo se hubiese detenido para él. No podía avanzar, ni retroceder, estaba atrapado en su “eternidad”.
Annabeth: -Raven… ¿los Demonios mueren?
Raven: -Sí, ¿es qué no prestas atención a lo que te digo? Si los matas, morirán.
Annabeth: -No, me refiero… ¿envejecen y mueren?
Raven: -Maduramos, más no morimos de vejez.
Annabeth: -¿Por qué?
Raven: -Somos eternos… Conozco Demonios tan viejos que han existido desde que el Infierno se creó. Y dudo que vayan a morir pronto.
Annabeth: -Eso es mucho tiempo.
Raven: -Lo es.
Annabeth: -Entonces… tú…
Raven: -He vivido más que tú y viviré incluso más.
Annabeth: -Por eso digo… que estás viejo.
Raven: -Pequeña tonta pecosa.
Aún si nuestros tiempos iban a diferentes ritmos… compartimos ese breve tiempo juntos.
Raven… ¿Dónde estás? Tienes que volver, ¿bien? Aún no has devorado mi alma.
El tiempo que compartimos juntos en Edurne… esas noches heladas donde dormimos juntos calentándonos mutuamente, las peleas en la nieve, las comidas a escondidas… no han sucedido. En esta vida o lo que sea… mis preciados recuerdos contigo ya no existen.
Es como si nuestra historia juntos se reescribiera, como si lo que vivimos nunca paso… YO ODIO ESTO.
¡PORQUE ESOS ERAN MIS PRECIADOS RECUERDOS CONTIGO!
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Editado: 10.09.2025