Lobel: -¿Ahora a dónde vamos?
Annabeth: -A la casa de Cloe.
Lo bueno de ser tres, es que puedo fingir que hablo con Crow para no parecer una loca que habla sola.
Annabeth: -Crow, avísame si te cansas, te cargaré.
Crow rara vez se queja de cansarse, eso me preocupa, porque su pequeño cuerpo de bebé se sobre-exige más de lo que puede. Incluso ahora, sus piernitas son tan cortas y aun así intenta seguirnos el ritmo sin quejarse. Yo camino lento para no cansarle, pero Crow parece insistir en caminar a la misma velocidad que un adulto.
Annabeth: -¿No quieres que te cargue?
Es tan terco que se niega y sigue caminando delante de nosotros.
Annabeth: -A veces eres tan testarudo como Raven. Ser necio no es adorable.
Se ha enojado, que lindo es. Sus regordetas mejillas infladas me recuerdan a la ternura de una ardilla con nueces en su boca.
Annabeth: -Jajaja, mi Crow es muy adorable, no te enojes.
Luego de una divertida caminata, mimando a mi lindo Crow, llegamos a la casa de Cloe. Es una tienda de linternas y diversos objetos para el hogar, ¡oh!, incluso hay una sección con accesorios femeninos.
Cloe: -¡Anna, aguarda un rato!
Está algo ajetreada con sus clientes, así que nos quedamos mirando la tienda mientras ella sigue trabajando. Hay collares muy bonitos, están hechos con gemas fáciles de encontrar en el río unidas con cuerdas de colores. A mí siempre me han gustado estás cosas. Joyería, accesorios, broches, me gustan mucho. Aunque Raven solía llamarlo una banalidad sin sentido.
Raven: -Toma.
Annabeth: -Eso es… ¡Un diamante! ¡¿Cómo conseguiste esto?! ¡¿Lo robaste?!
Raven: -¡¿Lo quieres o no?! Solo lo vi por ahí tirado… y creí que podríamos venderlo. O quédatelo. Haz lo que quieras.
Annabeth: -Jajaja, ¡Oh, Raven, a veces eres lindo!
Recibir un enorme diamante un día antes de mi cumpleaños es un lindo gesto.
Él siempre era así… solía fingir que no se acordaba de mi cumpleaños, pero ya sea antes o después siempre me traía un regalo. Y yo he atesorado cada uno de sus obsequios, ya que fueron dados con toda su buena voluntad, no es fácil dar un regalo cuando eres un cuervo.
Cloe: -¡Anna!
Oh, Cloe ya está libre. Será mejor acabar esto pronto e ir donde la señora Agnes.
Cloe nos llevó hasta su taller oculto debajo de su casa, ahí me pidió que le explicara a detalle sobre las funciones y límites que tiene su pequeño subtipo de orbe… Ese es un nombre muy largo, creo que debería pensar en darles un nuevo nombre a estos orbes de bajo grado, no puedo llamarlos “Subtipo de Orbe” toda la vida, además, cada uno de ellos tiene un diferente tipo de magia. Por ejemplo, el de Cloe es uno especial que posee magia de oscuridad y magia de viento.
¿Debería nombrar a cada Orbe según cuantos tipos de magia posee?
Estaba tan emocionada cuando hice estos Orbes y me obsesioné en perfeccionarlos que nunca pensé en darles un nombre decente. ¿Cómo se me pudo pasar por alto algo tan importante?... Por James… Ese imbécil distraía mi mente en “banalidades sin sentido”. Jajajaja.
Cloe: -¿Cuánto tiempo te tomó crear tus orbes? Anna.
Annabeth: -Más de la mitad de mi vida… jajaja.
Y puede que más.
Cloe: -Y solo tienes 12 años… los genios son diferentes a las personas ordinarias.
Annabeth: -El talento no es suficiente para ser una buena Bruja. Sin persistencia y metas claras no se llega a ningún lado. Tú solo enfócate.
Cloe: -¿Qué puedes saber tú?... Lo has tenido fácil hasta ahora… Tuviste una gran maestra, tienes un elevado poder mágico, puedes ver Espíritus y has hecho un Contrato con un Demonio.
Hm… es una pesimista. Niña, si supieras que soy una ANCIANA que ha logrado su conocimiento y elevado poder mágico a puro ESFUERZO no me dirías todo esto. He padecido mucho a lo largo de mi vida. Tengo anécdotas que ni creerías.
Annabeth: -Cloe, tú solo sigue adelante, sigue esforzándote sin mirar a nadie. Vive una vida que te complazca. Si sientes que quieres crecer como Bruja, ADELANTE. Si sientes que te sofocas como Bruja, puedes DEJARLO. Nadie nunca te reprochará nada. Antes que Brujas, somos personas, personas que desean vivir una vida feliz y satisfecha. Sigue el camino que te lleve a tu felicidad.
Cloe: -Yo… lo siento, estaba diciendo bobadas. A veces digo tonterías, no me hagas caso.
Hm… no sé, aún no me siento tranquila, menos viendo el tema de interés que tiene en su taller.
Ahora sé de dónde vino ese olor a Demonio que Lobel sintió en Cloe. Todo su taller está lleno de dibujos de Sellos Demoniacos. ¿De dónde habrá sacado tantos? Estos Sellos no son algo que una novata pueda lograr hacer por su cuenta.
#2605 en Fantasía
#476 en Magia
#7123 en Novela romántica
fantasia romance y seres sobrenaturales, viajes en el tiempo, magiabrujasdemonios
Editado: 10.09.2025