Las Brujas también desean un final feliz

Capítulo 25 - Annabeth

Annabeth: -¿A qué no está bonito?

Desde que salimos de la tienda de Cloe no dejo de mirar mi reflejo en el escaparate de cualquier tienda, para apreciar el prendedor que llevo en mi cabello. Es un bello accesorio de flores blancas con hojas verdes que resaltan en mi cabello naranja.

El amigo artesano de Cloe es muy talentoso, él fue quién hizo este hermoso trabajo de metal con piedras adheridas. Cloe me contó que su amigo es muy tímido, por eso le da a ella sus trabajos para que los venda en su tienda. Es algo normal, que un hombre haga y venda accesorios de mujer nunca es algo bien visto por la sociedad.

Lobel: -Yo podría darte algo mejor…

Es lo primero que me dice desde que salimos de la casa de Cloe. Saber que pronto podría morir no le ha caído bien.

Annabeth: -Lo esperaré con ansias el día de mi cumpleaños, que no se te olvide. Jajaja.

Y no solo he ganado este bello accesorio, también conseguimos una linterna y algunos utensilios de cocina para nuestro viaje. Me siento mal por llevarme tantas cosas, quise pagarle a Cloe, pero se negó.

Annabeth: -¿Y cuándo es tu cumpleaños? Lobel.

Tengo que pensar en recompensarle, después de todo él está cargando con todas nuestras cosas en su espacio-dimensional personal.

Lobel: -Beth… ¿Qué es un cumpleaños?... ¡Y no te burles!

Annabeth: -¿Ustedes no celebran el día de su nacimiento?

Lobel: -Celebramos el renacimiento de nuestra Señora. ¿Y qué tiene que ver la celebración de un nacimiento con ese tal cumpleaños?

Annabeth: -Porque es un día que cumples años. Un año más de vida. Tomate tu tiempo y recuerda que fecha era el día que naciste. Eso me recuerda… Crow, ¿cuándo es tu cumpleaños?

Crow: -¡Beth!

Mi adorable niño me abraza con fuerza.

Annabeth: -Bien, tu hermana lo decidirá por ti.

Lobel: -¡¿Se puede hacer eso?! ¡Elige uno para mí también!

Annabeth: -Qué rápido te rendiste… seguro tu padre debe de saberlo, pregúntale.

Lobel: -¡No! ¡Dame tú un cumpleaños! ¡Beth! ¡Quiero un cumpleaños! ¡Dame un cumpleaños!

Es como ver a un niño pequeño hacer un berrinche. Lobel… que un adulto haga un berrinche no es adorable.

Annabeth: -Luego… luego.

Ahora hemos llegado a nuestro destino, la casa de Agnes. Era el destino más alejado de la casa de Sassaba y ya es muy tarde, a este paso regresaremos de noche a la casa.

Lobel: -Beth, ten cuidado. Hay unos hombres mirando hacía aquí, están escondidos y mirándonos con sospecha.

Annabeth: -¿Nos siguieron?...

Susurro más bajito de lo usual.

Lobel: -No, ya estaban aquí desde antes.

Bien, significa que no sospechan de mí. Lo malo, sospechan de Agnes.

Toco la puerta fuerte y claro.

Annabeth: -¡Buenas tardes! ¡Traigo un pedido!

Agnes no demora en abrirme la puerta.

Agnes: -Oh, linda, pasa, pasa.

Una vez dentro puedo respirar tranquila.

Annabeth: -Lobel, ¿viste a tipos así de sospechosos en las casas de Cloe y Erina?

Lobel: -Yo que sé. No tomé tanta atención. Para mí la mayoría de personas se ven asquerosas. Pero estos huelen a sangre, por eso llamaron mi atención.

Agnes: -Lo sabía, maldita sea.

Agnes ya comprendió la situación.

Annabeth: -¿Desde cuándo te vigilan?

Agnes: -Anoche, cuando regresaba de la casa de Joshua pude sentir que alguien me seguía. Voy a alistar mis maletas. Oh, maldita sea. Anna, rápido, vete.

Saco el Orbe para dárselo.

Agnes: -Gracias, niña, pero mejor no… si me capturan me lo quitarán. Mejor quédatelo.

Annabeth: -No, espera. Estoy pensando, dame un momento.

¡¿Cómo quitamos las sospechas sobre Agnes?!

Lo más seguro sería usar Magia de Oscuridad y escapar a medianoche sin dejar rastro. Pero eso haría las cosas sospechosas, podrían llegar a poner carteles, interrogaran a todos aquellos que la conocen y… sería cuestión de tiempo para que capturen al resto de nosotros. Sassaba, Cloe, Joshua y los tantos otros que se esconden en esta ciudad.

Annabeth: -¿Y nunca conociste a tu abuela?

Oleg: -No. Ella murió poco después de que nací, eso me contó mi madre.

Erina murió posiblemente por las sospechas que cayeron sobre ella. Yo creí que Sassaba dejó Farkas por la cacería de hombres lobo, pero quizás no fue así.




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