Capítulo 26 - Annabeth

En cuanto regresamos le contamos a Sassaba todo lo ocurrido y casi se desmaya otra vez.

Al final se decidió que me fuera con Agnes y Erina, al menos hasta que estemos seguras lejos de Farkas. Y aquí estoy, llenando la gran bolsa que le pertenecía a mi maestra con ropa y comida.

Sassaba: -Esta noche será la última que los veré… aún se siente irreal.

Te acercas para ayudarme a guardar la ropa.

Annabeth: -Tú también pronto tendrás que dejar tu casa.

Sassaba: -Quizás… Tal vez ir a la iglesia me sirva para despistar.

Lobel ya nos dijo que al Dios del Agua no le molesta que entren Brujas a sus templos. Esta pequeña muestra de misericordia puede llegar salvar la vida de muchas de nuestras hermanas y hermanos.

Annabeth: -Aun así… es mejor irse de Farkas… y del norte.

Sassaba: -¿Es por eso que vas al sur?

Ella es muy lista.

Annabeth: -Sí, al menos por ahora… El destino de una Bruja es siempre vagar sin rumbo, no hay un lugar seguro para nosotras…

Sassaba: -Podemos vivir recluidas en las montañas.

Annabeth: -Tienes que tener una mente de hierro para soportar vivir en aislamiento por décadas. Te lo digo, es muy aburrido.

Sassaba: -¿Cómo lo sabes?

Annabeth: -Porque yo lo…- casi suelto la lengua… -Mi maestra hablaba al respecto.

Sassaba: -Beth, mañana te vas. ¿Cuándo me vas a decir tus demandas por el Orbe que me hiciste?

Hm…

Annabeth: -Primera demanda: Deja Farkas, aléjate del Norte y por ningún motivo vayas a la ciudad de Lexon. NUNCA.

Ahí morirás, dentro de 115 años.

Sassaba: -Vaya… eso es muy específico. Jajaja. ¿Y puedo saber las razones?

Annabeth: -Por ahora no… perdona. Mañana te digo el resto.

Sassaba: -Está bien. Jajaja, la maleta ya está. Tienes suficientes pañales, ¿verdad? Crow está en una edad en que necesita un cambio de pañal por cada comida… Jajajaja, nunca había visto a un niño cagar tanto. ¿Qué le diste de comer?

Es vergonzoso admitirlo, pero…

Annabeth: -Mis pastelillos… comió más de lo que debió… no es mi culpa…

¡Nunca imaginé que Crow terminaría con diarrea solo por comer pastelillos! Recordaré este día por el resto de mi vida… No más pastelillos para Crow.

Después de cagar hasta rebalsar su pañal y tomar un baño, mi pequeño Crow se ha quedado profundamente dormido. Cuidar a un bebé es agotador y asqueroso en ocasiones, pero… es gratificante verlo dormir tan adorablemente.

Sassaba: -Jajaja, bueno, te dejo. Descansa. Buenas noches, Beth.

Annabeth: -Buenas noches, Sassaba.

Doy una última mirada para comprobar que nada me olvido, no quisiera dejar nada por un descuido.

Una Barrera me pone alerta.

Lobel: -Beth, ¿por qué finges ser una niña?

Y el causante de la Barrera Espiritual me acaba de hacer una difícil pregunta.

Lobel: -Al principio no le di importancia, pero… odio las mentiras. ¿Por qué mientes? Esa mortal no es tonta. Ha notado cada una de tus mentiras. ¿Por qué lo haces?

Sassaba: -No esperaba tener esta charla tan pronto…

Tomo asiento en mi cama mientras el Espíritu frente a mí se ve realmente incomodo por esto.

Lobel: -¿Qué es lo que escondes? ¿Por qué Farkas es peligrosa?

Annabeth: -Lobel, yo te lo dije desde un principio… Yo tengo más de 800 años.

Lobel: -Sí… eres una vieja.

Annabeth: -Pero este cuerpo solo tiene 12 años de vida.

Lo he alarmado.

Lobel: -¡¿Tú estás poseyendo el cuerpo de esta niña?!

Annabeth: -Ja… jajajajajaja.

Lobel: -¡Responde! ¡Vieja mentirosa!

Annabeth: -Jajaja, perdona, es que me pareció gracioso. Si lo pones así… Sí, estoy poseída por mí misma. Yo soy Annabeth, soy la niña y la anciana delante de ti. Acertijo, ¿cómo puede ser eso posible?

Lobel: -¡¿Y cómo quieres que lo sepa?!

Annabeth: -Pues… No voy a darte la respuesta, no te daré el camino fácil.

Sé que tú valoras el conocimiento adquirido por uno mismo.

Annabeth: -Buenas noches, Lobel, piénsatelo, cuando tengas alguna teoría dime. Y tranquilo, mañana tendrás una gran pista.

Y así terminé esta incomoda, pero graciosa charla.