Capítulo 29 - Annabeth

Annabeth: -Demonios… Siempre hay Demonios escondidos en todas partes.

No sería raro encontrar Demonios en una ciudad como Farkas, es un lugar donde hay Brujas y personas con un alto maná. Sé qué incluso los Demonios buscan a gente del clero para tentarlos a vender sus Almas. Incluso, los Demonios pueden preferir más el Alma de un Clérigo al Alma de una Bruja.

Raven dijo al respeto: Es más emocionante robarle a los Dioses.

Annabeth: -¿Por qué te pareció extraño? ¿Nos estuvieron siguiendo? Quizás estaban alarmados por ver un Alto Espíritu como tú.

Lobel: -Yo he ido a Farkas muchas veces, pero está vez estaba plagado de Demonios. Estaban por todas partes. Me pareció un poco raro. Y no le di importancia porque no se acercaban a la casa.

Annabeth: -¿A la casa de Sassaba?

Que extraño, sería un festín para los Demonios comerse a todos esos pequeños Espíritus.

Lobel: -La protección de Lirio los alejaba.

Annabeth: -¿Lirio?

Lobel: -El Hermano Mayor Lirio es quién ha bendecido a Sassaba con su protección por ser una de las madres de sus hijos.

Annabeth: -Era un Lirio…

Liliana…

Lobel: -Y uno muy poderoso, su protección está a un nivel… superior a mí.

Eso significa que Lobel ha estado a salvo gracias a Sassaba. No solo él, nosotros también.

Annabeth: -Sassaba nos estuvo protegiendo todo este tiempo. Lobel, tú ibas mucho a Farkas, ¿cómo es posible que no conocieras a Sassaba?

Lobel: -¿Por qué me acercaría a una mujer marcada por un Hermano Mayor? La había visto muchas veces, pero solo es una humana, hay muchas como ella en todas partes.

Annabeth: -¡¿Cómo?! ¡¿Muchas dan a luz hijos con Espíritus?! ¡¿Había más en Farkas?!

Lobel: -No, claro que no. Me he expresado mal, lo que trato de explicar es que para nosotros, los Espíritus, es normal concebir con Mortales en casos necesarios y no nos sorprende nada ver a este tipo de madres.

Annabeth: -Luego me hablarás más al respecto. Quiero aprender más.

Lobel: -Te puedo contar, hasta donde se me sea permitido decir.

Annabeth: -Suena bien para mí. En resumen: Hay un incremento de Demonios en Farkas. ¿Nos estarán siguiendo?

Lobel: -¡Yo me encargo de eso! ¡Y pediré a Madre que cuide de nosotros!

Annabeth: -¿Estaremos bien? ¡¿Habrán seguido a Erina y Agnes?!

Lobel: -¡No te preocupes! ¡Le pediré a Madre que las cuide! ¡Soy una Lobelia! ¡Puedo acabar con unos cuantos Demonios yo solo!

Oh… Qué buen amigo eres, Lobel.

Annabeth: -Gracias. Descuida, sé algunos trucos contra Demonios. Raven me enseñó a defenderme.

Lobel: -¡Ja! Que inútil Demonio, si no puede proteger a su Contratista, no es digno de ser llamado Demonio.

Annabeth: -Lobel… mejor regresemos al tema que nos interesa. A mi hipótesis de que quizás… tú ibas a terminar en las manos de los Demonios. Tal vez… fueron ellos los que iniciaron las historias de hombres lobo y empezaron una guerra entre humanos y Lobelias. ¿Por qué harían eso?

Lobel: -Por comida.

Sí… es verdad. Los Demonios comen Espíritus.

Annabeth: -Entonces… quizás tú moriste en Farkas.

Lobel: -Lo que sea. Tengo que informarle a mi viejo, voy a estar arriba.

Me dice al irse.

Demonios… Espíritus… Dioses…

El encuentro que tuve con Lobel cambiará la historia del futuro que conozco. Quizás salve a los Espíritus y evite una masacre. Si es así… ¿Lobel tendrá razón? ¿Esto es obra de un Dios que desea mi… “ayuda”? Y… quizás ese Dios… ¿le hizo algo a Raven?

¿Por qué tengo este mal presentimiento?

Este desagradable sentimiento de que Raven me necesita.

¿Y si está en peligro? ¿Y si los Dioses lo tienen prisionero para que no interfiera en esta nueva vida?

No, no quiero. No quiero nada de eso.

No me quiten a mi mejor amigo.

Prefiero creer que esta nueva vida no es obra de los Dioses. Que fue Raven quién me salvo. ¿Y a qué costo?

Ambas posibilidades son horribles.

Si he de elegir… prefiero que esto sea un sueño. Un largo y profundo sueño sin fin, donde soñaré una nueva vida y aunque Raven no este conmigo… Él estará en un lugar mejor, VIVE y está disfrutando de su Final Feliz.

Lo único que quiero… es que seas feliz.