Huele a sangre.
Raven: -Matarlos no es la respuesta, hermano. Con sus muertes solo atraerás más la atención de la Inquisición.
Lobelia: -NO ME DIGAS QUE DEBO HACER.
Raven: -Sé que lo sabes, Hermano Lobelia. No diré más. Solo piensa que tus acciones afectan a otros.
Aunque no he vuelto a poner un pie en el pueblo, sé que la situación está cada vez más tensa entre los ciudadanos de Suré y los Caballeros Sagrados. Cada cierto tiempo la Inquisición viene a eliminarlos a todos, y pasando los años, el lugar vuelve a estar poblado con nuevos mortales que huyen de la miseria del mundo. Son como refugiados que buscan salvación entre las ruinas de estos templos.
Este es un ciclo de muerte que no se detiene.
Lobelia: -Hablas mucho. Eras más agradable cuando tenías la boca pegada y bien rostizada, aunque fue asqueroso abrírtela… Come.
Mi ración de Néctar de este año.
Se lo agradezco con todo mi ser, Señora mía.
Lobelia: -No lo entiendo, no importa cuánto de nuestro Néctar comas. Sigues viéndote como cerdo rostizado. ¿Cuánto tiempo ha pasado ya?
Raven: -102 años, Hermano Lobelia.
Lobelia: -¿Tanto? ¿Y sigues tan feo?
Yo diría que he mejorado mucho. Mi carne sigue quemada, deformada y con muchas costras. Pero mi energía aumenta, por dentro me estoy recuperando, y mi apariencia es mejor de cuando salí del Infierno.
Raven: -El ser que me hizo estas heridas no era cualquiera.
Lobelia: -¿Y quién era?
Raven: -Mi antiguo Jefe.
Lobelia: -Así que un Demonio… Ya. Pues estamos igual.
Raven: -Si pudiera castigaría severamente a los que te lastimaron, hermano Lobelia.
Lobelia: -¡¿TÚ?!
Raven: -Sí, ese era mi antiguo oficio, un Segador.
Lobelia: -Así que tú eras uno de los Perros del Infierno.
Hace mucho que no escuchaba esa referencia.
Raven: -Así es.
Mi Hermano Lobelia ni se imagina que yo poseía el rango de Cerbero.
Fui alguna vez la tercera cabeza que protegía el Infierno.
Lobelia: -¿Y cómo un Segador terminó enamorado de una Mortal? Fuiste contra todo lo que creías.
Raven: -Enamorado… Sí, Amor, un desconocido y anhelado sentimiento para los Demonios. Tienes razón, yo amo a Beth.
Lobelia: -Que patético. Tu amor está destinado a fracasar.
Raven: -Lo sé.
Ella es un Alma y yo un Demonio. Somos seres completamente diferentes.
Raven: -Pero ante los ojos de la Diosa, somos seres vivos e iguales. ¿Por qué dos seres vivos no pueden amarse?
Lobelia: -No abuses del amor de la Señora. Las diferencias se dan por una razón. Aunque… son diferencias que no deberían existir. Errores que idiotas cometen. Por eso digo, que los otros Dioses son estúpidos.
Raven: -Lo son… Yo soy fruto del error que un estúpido Dios cometió. Y debo vivir agradecido de mi existencia a ese estúpido Dios… Seré eternamente un error.
Lobelia: -No importa si eres un error, ella te ama. Nos ama a todos por igual.
Hermano Lobelia… gracias.
Raven: -Sí. Ser un error no está mal, si existo, vivo y amo. La vida libre que poseo, la viviré para honrar a la Señora con mi amor.
Lobelia: -Para ser Demonio eres listo, nos vemos, carne rostizada.
Raven: -Hasta pronto, hermano Lobelia.
Rezaré por ti ante este altar, para poder seguir escuchando tu alegre silbido cada año.
#2605 en Fantasía
#476 en Magia
#7123 en Novela romántica
fantasia romance y seres sobrenaturales, viajes en el tiempo, magiabrujasdemonios
Editado: 10.09.2025