Capítulo 37 - Annabeth

Ran dijo que tenía que bautizarme.

Y ahora estoy aquí temblando de miedo.

Annabeth: -¿Estás seguro que no arderé si me bautizan?

Lobel: -Jajajaja, que ideas más tontas se te ocurren, Beth. Mira, hasta Crow está emocionado, escoge tu ropa tú también.

Es cierto, mi pequeño Crow está mirándose frente al espejo eligiendo el atuendo que cae mejor con él.

Nos han dado mucha ropa para elegir a nuestro gusto y tenemos que darnos prisa porque nuestra ceremonia de bautizo será en una semana. ¡Una semana! ¡Una semana para aprender todo el proceso de la ceremonia y las oraciones que se recitan!

Annabeth: -¿No vamos muy deprisa?… Crow, ¿cómo tú terminaste metido en esto?

Lobel: -Jajaja, porque Crow quiere hacerlo. Míralo, está emocionado. Jajaja. Nunca pensé que vería un día como este, jajajaja.

Annabeth: -¿Y tú no lo harás? Lobel.

Lobel: -¿Por qué lo haría? Ya soy un hijo de Madre.

Annabeth: -Bien por ti, ahora no tienes que aprenderte todos esos rezos que me pidieron a mí. Crow… tú también tienes suerte.

Crow: -Mamá nuesta, creadoa deee luuu e esperaazzaa… alummbamo… ii bendiiiceeeno cron la llammaa de tu ammmor ¡Amor!

Annabeth: -Crow… ¡¡Crow!! ¡Estoy tan orgullosa de ti! ¡No volveré a quejarme! ¡Oh, Crow!

Mi pequeño se ha estado esforzando tanto y yo aquí quejándome por tonterías. Es un niño tan listo. Es un genio. Mi pequeño genio. Lo lleno de besos como recompensa.

Lobel: -Qué raro… No recuerdo haberle enseñado eso. ¿Cómo lo aprendió?

¿Eh?

Annabeth: -De alguien lo habrá escuchado. Este es un Templo, te lo recuerdo. ¡Oh, mi Crow!

Lobel: -Tienes razón. Felicitaciones, enano.

Ahora con los ánimos más alegres me propuse a encontrar un vestido sencillo y lindo que encajara más conmigo. No hubo necesidad de elegir el traje de Crow, él solito eligió. Y creer que tiene 3 años… bueno, quizás tenga 4, no sé la verdadera edad de Crow. Eso me recuerda… estaba olvidando que este niño es totalmente un MISTERIO para mí.

Annabeth: -¿Quién… eres?

No pude resistir la tentación a preguntarlo.

Crow: -¡Crow!

Sí, mi sonriente niño Crow.

Lobel: -¡Beth, no te distraigas!

Me resondra Lobel al verme distraída en las prácticas.

Según me explicaron, en cada inicio de estación se realiza una gran Ceremonia de Bautismo. El primer grupo de niños y jóvenes ya fue bautizado hace 2 semanas, tocaba el turno del segundo grupo y fue entonces cuando llegó Dagmar y paralizó todo el Templo con su visita, él incluso todavía no se ha ido, por eso el Templo ha estado cerrado estos días.

¡¿Cuánto más piensa quedarse?!

Jajaja, pues su presencia no va a detener a Ran, él ya decidió que abriría el Templo este fin de semana para que el segundo grupo se bautice y nosotros, Crow y yo, estaremos entre ellos.

Annabeth: -¿Y por qué no se va?...

Lobel: -¡No te distraigas! ¡Te vas a quemar!

¡Casi! La cera caliente de la gran vela que llevo en mis manos ya estaba por tocar mi piel.

Desde que llegué al pasado mi fobia al fuego había aumentado, pero he tenido que ir acostumbrándome nuevamente. Ya sea para cocinar, alumbrar, en la Alquimia o en la Magia, el fuego siempre está presente y de a poco he ido acostumbrándome a estas pequeñas llamas.

Aunque estoy segura que me paralizaría de miedo si viera una enorme fogata.

Y si lo pienso bien, el fuego no tiene la culpa que yo muriera en sus llamas.

Fueron las personas quienes me hicieron arder.

Lobel: -¡Beth, relájate! ¡Estás muy tiesa! ¡Inclínate con gracia!

Lobel es más estricto que las Hermanas que me están instruyendo.

Lobel: -¡No! ¡No! Tienes que recitarlo desde el corazón. ¡Que salga la voz de tu Alma!

Lo intento, en verdad lo intento… Tengo buena memoria, ya he memorizado una oración, pero no puedo evitar ponerme nerviosa. ¡¿Por qué tenemos que practicar frente al Altar Mayor?! ¿¿No podíamos escoger otro lugar??

Lobel: -¡Vamos, Beth, ponle más corazón! ¡Mira a Crow! ¡Él lo hace perfecto! ¡No puede recitar nada, pero míralo como la gracia de la señora cae sobre él!

Eh… Lobel, eso solo es la luz del sol que entra por la ventana.

Crow: -¡Ave!

Grita Crow al ponerse de pie con los brazos extendidos hacia arriba, como esperando ser cargado por la escultura de la Diosa.

Lobel: -¡Sí! ¡Sí, Crow! Jajajaja, este es mi hermanito. Así se hace, enano. ¡Ave!