Las Brujas también desean un final feliz

Capítulo 40 - Annabeth

Veamos…

La Diosa Vida es la creadora y fuente vital de todo cuanto existe, la Creación. Los Espíritus son sus creaciones directas que se encargan de proteger la existencia y el equilibrio en la Creación, pueden ser llamados los “hijos benditos” o “mensajeros” de la Diosa, viven para servir a su Madre por Libre Albedrío. La doctrina de la Diosa se basa en las siguientes leyes:

  • Todos son hijos míos y yo soy la Madre de todos.

Mi amor es el de una Madre, perdonaré faltas y peleas, te consolaré cuando lo necesites y velaré por cada uno de ustedes, porque ustedes son mis hijos e hijas.

  • Vive sin lastimar a tus hermanos y hermanas, recuerda que somos familia.

Porque de la ira y el rencor, la violencia y la maldad, amor no brotará. Lastimar a otros es lastimarte a ti mismo.

  • Protejan la casa que les doy, porque el mundo soy yo.

Todo cuanto existe en el mundo está unido a Madre, lastimar el magnífico mundo que ella nos dio de hogar, es lastimarla a ella.

  • Vivan con el corazón.

Disfruten de la vida que les he otorgado. Gocen de la libertad de perseguir sus sueños y nunca dejen de desear con el corazón.

  • Como individuo, amate a ti mismo, ámame.

No me rechaces, yo soy tu Madre, si te odias a ti mismo, me odias a mí. Y yo te amo porque la vida te he dado. Mi amor es eterno.

Annabeth: -Es… utópico, básicamente habla de una sociedad sin violencia, lo cual lo hace hermoso… Me gusta. Creo que es un perfecto Libro Sagrado. Además, es muy ligero y fácil de llevar a todas partes.

Hoy Ran me está enseñando sobre sus sagradas escrituras, el cual es un pequeño libro de fácil lectura que solo tiene unas 30-40 páginas.

Ran: -No lo había visto así… Hm… Ser portátil es un punto relevante. La verdad, siempre he estado resentido que nos obligaran a censurarlo.

Annabeth: -¿Esta versión tiene censuras?

Ran: -Prácticamente censuraron todo el libro. Ven. Annabeth:

Le sigo por su despacho, este lugar me sigue impresionando por sus enormes cuadros que decoran las paredes. Son pinturas de escenas muy hermosas de paisajes, lagos, el mar, personas divirtiéndose y cosas así, en algunas pinturas aparecen seres de luz que deben ser Espíritus.

Annabeth: -¿Por qué la Diosa es la única con alas? ¿Ustedes no creen en los Ángeles?

Ran: -Diferimos de opiniones con esos es…

¿Ahora por qué está tosiendo? Y está nervioso. ¿Qué es lo que ibas a decir?... jejeje

Ran: -El rol de los Ángeles, para los Ortodoxos, es el de guiar las Almas al Cielo Eterno. Diferimos en su concepto de Cielo Eterno. Pero a lo que iba, sí, tenemos la misma idea de Ángeles, ellos velan por las almas y llevan registros de cada una, además son los soldados de primera línea y todo eso…

Su poco entusiasmo al hablar de los Ángeles me da a entender algo:

Annabeth: -A los Espíritus no les agrada los Ángeles.

Ran: -Jajaja, sí, es verdad. Según las historias de los Espíritus, los Ángeles pueden ser muy irritantes.

¿Más que un Espíritu?

Ran: -Aquí está lo que quería mostrarte.

Entramos en una habitación con pedestal en el centro iluminado por los rayos del sol que entran por el techo, y lo que el pedestal sostiene es un ENORME libro dorado.

Annabeth: -¿Es lo que creo que es?...

Ran: -Sí.

Annabeth: -¡Básicamente censuraron TODO el libro!

Ran: -¿Ahora entiendes mi dolor?

Aún no me puedo creer que de este grueso libro dorado de grandes proporciones solo haya sido aceptado ¿Qué? ¿3 o 4 hojas? Esto es absurdo.

Annabeth: -¡¿Y no se quejaron de esto?!

Ran: -Yo no había nacido, pero según me contó mi antecesor… La discusión fue larga y exhaustiva, duró años, y se dieron tan ridículos argumentos que incluso el Hermano Almendro perdió su ilustre paciencia.

Suena a que fue algo muy tedioso.

Annabeth: -Entonces nada más se pudo hacer… Visto así, es algo bueno que al menos tengan un pequeño texto a no tener nada.

Ran: -Es verdad. ¿Y te puedes creer que incluso las obras de arte dedicadas a la Señora también fueron censuradas? Muchas casi son destruidas, pero logramos esconderlas a tiempo. Oh, el corazón de la Señora es grande.

Hm… a mí me da curiosidad. ¿Qué habrá escrito en este gran libro dorado?




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