Hoy es el día de mi Bautismo.
Estoy nerviosa, he practicado mucho y no sé de donde vienen estos nervios.
Lobel: -Beth, tienes la cara tiesa.
Annabeth: -No lo puedo evitar… Esta es una experiencia nueva para mí. Nunca me he Bautizado.
Lobel: -Madre te ama y todos nosotros también, así que tranquila.
Me dice con una sonrisa de oreja a oreja. Ha estado toda la mañana con la felicidad irradiando su cara.
Y creer que hace poco yo estaba sonriendo de lo más contenta por los obsequios de Crow y Lobel. Ellos dos fueron tan tiernos en regalarme broches y accesorios muy hermosos que amo, y también me trajeron verduras y mucha harina… sí, eso último fue porque les gusta que les cocine.
Lobel no puede comer materia porque es un Espíritu, así que la desintegra en su boca y se la traga diciendo que mis sentimientos son lo más delicioso de mi comida.
Trato de pensar en cosas graciosas para relajarme, pero no funciona.
Rosa: -No hay de que temer, señorita Annabeth.
Annabeth: -Hermana Rosa…
Estoy defraudando a mi tutora.
Rosa: -Recuerde, el bautismo es solo una ceremonia, para Madre ya somos sus hijos. Esta es una ceremonia para que usted la reconozca como su Madre.
Sí… me lo repitió muchas veces, la Diosa Vida no va a rechazarme, ella nunca rechaza a nadie, somos nosotros quienes tenemos que ir a ella y presentarnos como sus hijos.
Ran: -Es como regresar a casa después de un largo de viaje. Entras a la casa y saludas a tu madre. Es lo mismo. Este es un saludo, un encuentro con ella, donde te presentas y te reconoces como su hija. Y el agua son las lágrimas de Madre, quién está feliz de recibirte.
Como ir a casa… yo… ¿tengo una casa? Aunque la tuviera, no tengo padres esperándome. Las palabras de Ran me han calmado, pero…
Ran: -Y tiene otros significados más, pero no profundicemos o no llegaremos a tiempo.
Rosa: -Hermano Ran, usted ya debería estar en el Altar Mayor.
Ran: -Jejeje, ya iba, ya iba. Pero antes quería pasar y ver a nuestra estimada Sacra Emisaria. Oh, Annabeth, estás preciosa. Resplandeces como estrella.
Extiendo un poco mi vestido para que se pueda apreciar más, ser llamada preciosa por un hombre tan apuesto es todo un halago, aunque haya sido solo por cortesía. Aunque he de admitir que entre los dos… Ran es quién resplandece más, ¿qué eres? ¿el sol? Me vas a dejar ciega.
Annabeth: -Tu belleza dejará ciega al mundo.
Ran: -Gracias.
Su sonrisa es fulminante. Yo soy una estrella opaca y barata comparada con él.
Crow: -¿I io?...
Me pregunta Crow jalando con su manito mi vestido. Oh, Crow, tú también eres precioso, desbordas ternura con solo una mirada.
Annabeth: -¡Estás lindo! ¡Hermoso! ¡El niño más bello del mundo!
Crow: -¡¡Iii!!
Lo sabía, mi Crow es narcisista. Pero qué importa, si es lindo merece saber que es lindo. Debo educarlo bien para que cuando crezca no abuse de su belleza y ternura con otros.
Luego de tan agradable momento pude relajarme, Ran se fue a cumplir su labor y Lobel llevó a Crow con el grupo de niños pequeños. Los bebés y los niños pequeños necesitan ir con un adulto responsable que los vigilen de cerca para cualquier necesidad. La Hermana Rosa me explicó que algunos niños suelen salirse de la sala de espera y se pierden jugando por ahí, o durante la ceremonia se distraen o pueden pelear entre ellos, para evitar esos percances es mejor que un adulto los vigile, usualmente un familiar. La única familia de Crow soy yo y Lobel, por eso él se ofreció a acompañarle.
No sé desde cuándo, pero Crow ha empezado a llamar hermano a Lobel. Se han hecho cercanos en estos días.
Yo también soy su hermana… ¿Por qué no quiere llamarme hermana? Cada vez que se lo pido, solo me llama por mi nombre. No es justo…
Rosa: -Es hora.
Annabeth: -¡Sí!
Salgo de mi pequeña habitación de espera para unirme al resto de niños que estaban esperando en la otra sala. Algún que otro niño me mira extrañado por mi tardía llegada a la fila. No se preocupen, yo seré la última de ustedes, no pienso colarme adelante.
En fila y con nuestras velas en mano avanzamos desde uno de los pequeños Templos hacia la plaza para ir directamente al Templo Mayor. Es como una procesión donde los adultos pueden ver a los niños entregarse a su religión.
Me pregunto, ¿cómo hizo Ran para venir sin ser visto por tantas personas? ¿Y cómo ha logrado irse entre toda esta multitud? Ah… Odio las multitudes.
Con un hondo respiro me lleno de valor para sobrepasar mi miedo.
Oh, es hora.
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Editado: 03.10.2025