Las Brujas también desean un final feliz

Capítulo 13 - Raven

Las vidas mortales son como velas.

Con cada vela que prendo frente a este altar ruego a la Diosa por su misericordia y que salve a las Almas que merecen salvación. Que los Dioses se apiaden y tengan clemencia de los que sufren las penurias de este loco mundo infestado de Demonios. En este punto, todas las Almas ya están contaminadas por la Herejía, pero… ¿no les da rabia perder a tan buenas Almas por los pecados de otros?

A mí sí me llena de rabia.

Ya hemos perdido muchas Almas en los últimos eones, y seguimos perdiendo más cada segundo que pasa. A este paso, en un futuro no muy lejano, la Creación se quedará sin Almas para habitarla.

Ese futuro… será inevitable.

Sé que están condenados a romperse y desaparecer… Las Almas no están hechas para ser Eternas. Pero… existen y están vivas… no merecen perecer así solo porque fueron creadas Imperfectas.

Yo, como Demonio, comprendo la desgracia de ser una existencia Imperfecta.

Lobelia: -Ya estás llorando otra vez. ¿Qué tanto pides a Madre para que llores de esa manera?

Tu grave voz resuena entre las ruinas de este Altar Mayor, mientras llevas entre las sombras.

Raven: -Ruego… por salvación. Sé que Beth lo haría si estuviese despierta, así que lo haré yo en su lugar. Ella nunca rezó a los Dioses porque les tenía miedo, pero siempre deseaba el bienestar de los demás. Es mi turno rezar por la compasión de la Señora.

Lobelia: -Hoy no es un buen día para pedir algo así.

Está enfadado.

Raven: -¿Ya es el día?

El fin de este mundo.

Lobelia: -No es eso. Hoy… se cumple exactamente 1 000 años desde la caída de Suré. Lo sé, estuve contando los días uno por uno.

Entiendo, no es un buen día pedir compasión por aquellos que destruyeron el Templo en este día que se celebra los 1000 años de su destrucción.

Raven: -En ese caso… Recemos por los Medios Espíritus que lucharon por este Templo. Que sus descansos sean serenos al lado de Madre, su valor quedará grabado en nuestros eternos recuerdos. Y por todos aquellos Espíritus y Medio Espíritus que hemos perdido en este tiempo.

Con una sonrisa vienes a mi lado para orar de rodillas frente al altar.

Lobelia: -Tienes mala cara, mejor será que descanses. ¿Cómo te sientes?

Limpias mi cara, debajo de tantas lágrimas negras sé que tengo unas ojeras horribles.

Raven: -No lo sé… últimamente tengo desmayos más recurrentes. Y tengo…

Doy un gran bostezo.

Raven: -Creo… que tengo sueño.

Algo que rara vez he sentido en mi vida. Nunca he sentido sueño por causas naturales. Los Demonios del Orgullo no dormimos, a no ser que seamos afectados por el poder de los Demonios de la Pereza.

Lobelia: -Debe ser eso entonces, descansa por hoy.

Gracias, Hermano Lobelia, por apreciar a este miserable Demonio.

Raven: -Antes de descansar, recemos por este día especial. ¿Qué alabanza te gustaría cantar?

Lobelia: -Gloria a la primavera.

Nuestro desafinado canto lleno de alegría a estas desdichadas ruinas. En un mundo al borde del colapso, cantamos por del resurgir de la esperanza.

Y el imparcial tiempo siguió su crudo camino.

Ya casi han pasado 800 años desde que Beth y yo vivimos en este Templo.

Casi 800 años rezando plegarias para la Diosa cada día y casi 800 años desde que no he vuelto a ver la radiante sonrisa de Beth.

Con cada año que pasa, nuestras esperanzas de salvar el mundo parecen ser un sueño imposible.

Lobelia: -No está funcionando, Raven.

Los intentos de crear Milagros para aumentar la fe no están yendo cómo queríamos. Y los Espíritus que nos apoyaron también han ido muriendo a manos de los Demonios o fueron capturados por los Magos Ortodoxos, lo cual es peor que la muerte. Incluso hemos perdido a jóvenes Medio Espíritus que se unieron valientemente a nuestra cruzada.

Entre más intentamos salvar a los Mortales, más agravan sus pecados.

Es como si no quisieran ser salvados.

Raven: -Tampoco podemos decir que ha sido completamente inútil. Comparado con antes, ahora hay más Mortales que vuelven a creer en la Diosa.

Almas que han vuelto a sentir el calor de la fe.

¿Pero a qué costo?

Ya hemos perdido a muchos valientes Espíritus y Medio Espíritus en esta cruzada. ¿Cuántos más deberán perecer para salvar las vidas de unas cuantas Almas?

Las vidas de miles no valen la vida de unos pocos.

Quizás fue mi egoísta orgullo lo que me ha cegado otra vez, esta cruzada no tenía sentido desde el principio.




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