No puedo esconderme detrás de la ignorancia toda mi vida.
Annabeth: -Oye, Lobel. ¿Ese Señor del que hablas es el Dios de la Luz?
Lobel: -Ahora tengo que lavarme hasta los oídos… ¡POR SUPUESTO QUE NO! ¡Me voy! ¡Quiero un baño para quitarme esta asquerosa Aura Demoniaca y hedor de Hereje!
Los Espíritus son adictos a la limpieza, de eso me he dado cuenta con todo el tiempo que llevo con Lobel. No hay día que no se bañe 2 veces: un baño al amanecer y otro al anochecer; y en cuanto ve una mancha en su ropa la limpia inmediatamente. Hasta se asegura de pulir todas las noches la muñeca que usa para materializarse. Es aterrador verlo pulir la cabeza de esa muñeca a primeras horas de la madrugada.
Jajaja, o puede que esa sea simplemente la personalidad de Lobel. No puedo generalizar a toda una raza solo por las manías de uno.
Aunque los Medio Espíritus también son igual, esta ciudad que brilla no solo por su oro, sino también por buena higiene es la prueba.
Annabeth: -Como sea. Supongo que debo encargarme de este tipo. ¡Oiga! ¡Despierte!
Reúno la humedad del aire para materializar un poco de agua sobre su cabeza para mojarlo. Esta es la esencia de la Magia de Agua. Ya se está despertando por ese chapuzón.
Annabeth: -No pienso cárgalo, póngase de pie y camine, por favor. Tiene mucho que explicarle al Hermano Ran, él decidirá qué hacer con usted.
Hereje: -Tú… ¡TÚ! ¡Maldita Bruja!
Quiere atacarme, pero está tan débil que lo único que logra es caer al suelo. Te tengo bien atado, así que no pienses que podrás conmigo.
Annabeth: -No serías el primero en intentar matarme por ser una Bruja, ni serás el último.
Estoy tan acostumbrada a que la gente me odie… que he dejado de odiarles por odiarme. Aunque si me da miedo todo el dolor que su odio puede causarme.
Annabeth: -Tengo mucha curiosidad por saber cómo conseguiste esta daga hecha con hueso de Demonio. Incluso fuiste poseído por uno.
Hereje: -¡¿Demonio?! ¡Blasfema! ¡YO NUNCA CAERÍA EN LAS GARRAS DE ESOS MALDITOS ESBIRROS DEL INFIERNO!
Annabeth: -¿Eres de la Iglesia Ortodoxa?
Su forma de hablar y sus ojos me recuerdan a ellos.
Hereje: -¡Te ordeno que me sueltes o la ira de los Dioses caerá sobre ti!
Usted no está posición de dar esa amenaza.
Annabeth: -Disculpe, un momento.
Jalo la cadena dorada de su cuello y es lo que me temía. Es un rosario del Dios de la Luz.
Menudo lío.
Annabeth: -Por ahora tendrá que acompañarnos. Le explicaremos la situación con el Hermano Ran presente. Él decidirá qué hacer.
Hereje: -¡El único que decide mi destino es el Dios de la Luz! ¡Suéltame ahora mismo te lo ordeno! ¡Y USTEDES! ¡BAJEN SUS ARMAS!
Los Paladines no piensan hacerte caso, gritar es inútil.
Annabeth: -Sea compresivo, por favor. Usted trato de matarme.
Hereje: -¡¿Y QUÉ?! ¡YO SOLO ESTABA LIBRANDO AL MUNDO DE UNA HEREJE COMO TÚ! ¡BRUJA ANNABETH DEBES MORIR! ¡¿ME OYERON?! ¡HERMANOS!
¿Hay más Ortodoxos entre el público?
Hereje: -¡ESTA BRUJA TIENE QUE MORIR! ¡SU EXISTENCIA HACE PELIGRAR EL PODER DE LA IGLESIA!
Oh, ya entiendo. Este tipo ha escuchado mi presentación de este día.
Annabeth: -Ahora todo tiene sentido. Consideras mis CONOCIMIENTOS una AMENAZA para las CREENCIAS DE LA IGLESIA ORTODOXA.
Hereje: -Bruja… ¡¡TÚ DEBES MORIR!!
De un impulso viene hacía mí. Pero mis hilos de sombra lo detienen a pocos centímetros de mí.
Ver esos ojos que me repudian con todo su ser hace que mi corazón tiemble. Todos los que me miran de esa manera siempre desean mi muerte. Me paralizaba de miedo ante esos ojos, y viví huyendo del odio de otros, pero ya no más.
Annabeth: -Lo siento, pero no puedo morir.
Porque mi vida ya no me pertenece solamente a mí.
Annabeth: -Esta vez… ¡Haré que la Ciencia no tenga que esconderse nunca más! ¡Esos hombres y mujeres que dedicaron sus vidas a la Ciencia y a las ideas que tanto creían merecen ser reconocidos! ¡Ustedes buscan a los Dioses por las Plegarias! ¡Yo lo hago a través de la Brujería! ¡Y ellos lo hacen a través de la Ciencia! Cada camino nos lleva a los Dioses.
-FELICITACIONES~.
¿Qué?... Ah, otra vez. He vuelto a descubrir una verdad de la Creación. Pero quién me lo ha dicho esta vez no ha sido Lobel.
Y bajando del cielo nocturno un ser de luz descendió frente a mí. Su halo de luz es tan radiante como el sol.
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Editado: 03.10.2025