Capítulo 20 - Raven

Ran me ha devuelto la esperanza.

Raven: -¡¿Sabes dónde están las Brujas?! ¡¿Cómo?! ¡¿Dónde?!

Es un Milagro, un Milagro que el Maestro me ha dado.

Lobelia: -¿Siquiera aún existen Brujas?

Pregunta con poca fe mi Hermano Lobelia.

Ran: -Sí hay. ¡Se los aseguro! Yo las vi. Una de las amantes de mi padre es una Bruja. Ella y muchas otras Brujas están escondidas en las montañas heladas. Creo que es la montaña Aspen, pero no estoy completamente seguro, no tome mucha atención. Y fue una visita rápida y llena de gritos.

Raven: -¡Pero las vistes! ¡Oh, Ran! ¡Puedes pedirme lo que quieras y te lo daré!

Ran: -Ya salvaste mi vida, no puedo pedir más… pero igual me lo pensaré.

Raven: -¡Piénsatelo!

Lobelia: -¡ESPEREN! ¡ALTO!

El grito de mi Hermano ha retumbado tan fuerte que casi rompe las agrietadas ruinas.

Raven: -¿Qué pasa?

Lobelia: -¡Aspen es el territorio del Hermano ÁLAMO! ¡IR ES PEOR QUE UNA SENTENCIA DE MUERTE! Raven, tú no lo conoces, ni sabes lo terrorífico que puede llegar a ser un Protector enojado. Él es inflexible una vez toma una decisión. Álamo solo escucha al Señor, otras palabras le son insignificantes. Ni te escuchará. Él es… el más fuerte… Vas a ir.

Raven: -No tengo otra opción. Tengo que hacerlo.

Mi Hermano me mira como si estuviese viendo un muerto.

Siempre supe que esto no sería fácil, mi propio cuerpo está traicionándome. Siento como pronto se acerca mi muerte verdadera. Mi vida se extingue. He consumido demasiada Energía Vital y ahora perezco.

Pero elijo morir intentando salvar a mi amada, que morir como un cobarde.

Raven: -La vida solo tiene sentido si tomas riesgos. El mayor desafío de la vida, es vivir. Y yo quiero vivir junto a Beth.

Dicho esto, le doy un último beso a mi amada. Quizás sea el último que le dé por la eternidad.

No importa lo que pase, juro que volveré a ti, Beth.

Hago este juramento antes de ponerme de pie y empezar a caminar. Será un largo viaje hasta la montaña Aspen.

Lobelia: -¿A dónde crees que vas… sin mí?

Raven: -Hermano Lobelia…

Y mi Hermano me extendió su mano, y no dude en tomarla. El portal Espiritual está abierto, el camino más rápido a Aspen se abre para mí… gracias al hermano que la vida me ha dado.

Beth, cuando despiertes, te presentaré a mi valiente Hermano.

Y gritaré a todo pulmón: ¡Este es mi Hermano! ¡La Lobelia más única que existe!

Te lo prometo.