Las Brujas también desean un final feliz

Capítulo 63 - Annabeth

Me arrepiento de haberme ofrecido para suplantar a Ran por unas horas.

¡Ran, Sassaba, me deben un tremendo favor!

Pero todo sea por la felicidad de una madre y su hijo.

Lance: -¡Yo me niego a aceptar a una Bruja en mi Templo!-

Sabía que había un grupo de oposición a mi presencia dentro del Templo. Ellos aceptan que el hecho de que fui elegida por la Diosa es verdad, pero no me quieren porque soy una Bruja.

Y ya corren rumores de que quiero enseñar Brujería en Suré.

Usualmente esta gente me evita, pero tras los últimos rumores de una próxima guerra contra los Ortodoxos, los ánimos se han puesto más tensos y han decidido hacer más clara su postura.

En esta bella tarde soleada de verano, estoy atrapada en una junta con todos los opositores que me odian.

Esto me dará acidez estomacal.

No sabía que eran tantos, es toda una multitud la reunida hoy, aquí, en esta sala de oración. Son por lo menos 100 personas, y algo más. Ran ha estado encargándose de mantenerlos a raya todo este tiempo, pero hoy, me ha tocado a mí enfrentarles.

Oh, Ran… tú haces tanto por mí, te debo mucho.

Lance: -¡Yo tengo pruebas! ¡De qué tú! ¡Bruja! ¡Estás invocando Demonios en tu habitación!

Alguien se fue de soplón.

El Hermano Lance parece muy determinado a atacarme hoy, usualmente solo me mira con desaprobación, pero hoy se ve con ganas de expulsarme del Templo.

Tengo Paladines que me están escoltando para que nadie me ataque, son hombres de fe, pero cuando una multitud se enfurece todo puede salirse de control.

Annabeth: -¡SILENCIO!

Grite ya cansada y asustada por esta situación.

Por un instante recordé los últimos momentos en la hoguera. El odio en sus miradas y abucheos me perturban el corazón.

Necesito calmarme.

Ellos no van a hacerme daño. No me van a linchar o quemar viva, son buenas personas en el fondo y no van a llegar a tales extremos.

Annabeth: -¡Voy a responder cada una de sus preguntas y acusaciones! ¡Pero en calma y orden! ¡Seamos personas educadas ante nada! Bien… ¡USTED!

Señalo al último que me acusó, el Hermano Mayor Lance. Este hombre amargado tiene muchas ganas de hablar.

Annabeth: -¡Le cedo la palabra!

Lance: -¡Tengo pruebas de que practicas las Artes Demoniacas! ¡MIREN! ¡ESTO ES DE SU HABITACIÓN! ¡CON SU PUÑO Y LETRA!

Suspiro pesadamente mientras lo veo repartir algunos de mis dibujos.

Annabeth: -¡SÍ! ¡ES MÍO Y NO LO NIEGO! Ahora usted dígame, ¿cómo los consiguió?

Lance: -¡¿Eso importa?! ¡YA HAS CONFESADO!

Annabeth: -¡Te metiste en mi habitación! Eso no es nada caballeresco, ni educado.

Ese simple comentario lo ha dejado apretando sus dientes.

Annabeth: -Como sea, lo dejaré pasar, esta vez. ¡Y sí! ¡Eso es mío! ¡Pero no estoy convocando Demonios! ¡Los estaba estudiando para rastrear a un Demonio en específico! ¡Pero ya no los necesito! ¡Serán eliminados como corresponde!

Lance: -¡Solo quieres borrar las pruebas!

Annabeth: -¡SEÑORES! ¡YO YA ADMITÍ QUE ES MÍO! ¡NO ESTOY NEGANDO MI AUTORIA! ¡PERO SI NIEGO QUE ESTE INVOCANDO DEMONIOS!

Debo calmarme, no puedo caer en sus provocaciones.

Annabeth: -Bien… calmémonos. ¡Sé que ustedes no me aprueban! ¡No soy apta ante sus ojos para Representar a su Diosa! ¡LO ENTIENDO! ¡SÍ, SOY UNA BRUJA! ¡Y TENGO UN CORAZÓN MÁGICO DENTRO DE MÍ! Las Brujas y Brujos nacemos con estás piedras, ¡Y ESO NO NOS HACE MENOS HUMANOS QUE EL RESTO DE USTEDES! ¡TODO LO CONTRARIO! ¡ESTE CORAZÓN MÁGICO ES LA PRUEBA DE QUE NACÍ SINTIENDO EL PODER DE LOS DIOSES! Si tan solo… pudiesen ver el mundo que yo veo. Y escuchar el latido del mundo retumbando a todo vigor. Sí… creo que puedo hacerlo.

Es una buena idea.

He refinado mi Corazón Mágico lo suficiente para ser considerada una Bruja veterana. Debería incluir niveles para el avance de refinamiento. Pero eso será para luego, ahora tengo un asunto más importante que atender.

Con mi Orbe en mis manos, empiezo a levitar y despejar mi mente para Meditar.

Todo cuanto soy como individuo desaparece, debo unirme al gran flujo de energías que están frente a mí y compartirles todo lo que yo siento.

Aún sí ustedes no lo saben, todos… somos uno solo.

Entre ríos de luz, somos solo un charco, escuchen, sientan, déjense llevar por la corriente… Todos los ríos se unen y son un solo ser… un infinito océano de luz… Y si te dejas hundir en sus aguas… escucharas su corazón latir.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.