Annabeth: -¡Ran!
Nunca había sido tan feliz de verle como hoy.
Y por eso no dude en ir abrazarlo para llorar.
Annabeth: -¡Lo siento! ¡Creo que lo arruiné! ¡No era mi intensión! Todo se salió de mis manos y… ahora… ¡sálvame!
Ran: -¿Qué?
Lance: -¡¡AHÍ ESTÁ!! ¡SACRA EMISARIA ANNABETH!!
¡Mierda, me encontraron!
Hecho a correr otra vez.
Tengo toda una multitud detrás de mí.
Lance: -¡No huya! ¡Solo queremos venerarla y bendecirnos con su presencia!
¡Pero si hasta hace poco me odiabas!
-¡Déjenos adorarla, señorita!
-¡Y servirla en todo lo que necesite!
Todos: -¡SACRA EMISARIA ANNABETH!
Corro aún más rápido.
Llevo huyendo toda la tarde, desde que se despertaron han estado atosigándome sin descanso. Mi corazón no puede más con tanta adulación y atenciones, es demasiado para mí. ¡Incluso querían que los usará de silla! ¡¿Han perdido la cabeza?!
¡Lo siento, Diosa! ¡Creo que los volví orates!
Ahora son como un grupo de fanáticos religiosos y yo soy la Santa de su Diosa.
¡No lo soporto!
Lo peor de todo, es que Lobel no quiso ayudarme, se fue y me dejó sola.
¡Ahí está! ¡Mi habitación! ¡Esconderme es todo lo que me queda! Y si eso no funciona, me iré a esconder a cualquier templo de la ciudad.
De un golpe cierro la puerta de mi habitación y pongo un hechizo en la puerta para que no se abra.
Bien… sí… a salvo.
Zana: -Sacra Emisaria Annabeth, ¿quisiera un poco de agua? Se ve agitada.
Annabeth: -¡¿ZANA?!
Yo… tengo que huir.
Zana: -¿O quizás un té? No, su café de la tarde quizás sea lo mejor.
Annabeth: -Por favor… te lo ruego… deja de ser tan atenta conmigo…
Incluso ahora, ya estás secando el sudor de mi cara con tu pañuelo.
Zana: -Se ve tan exhausta, una pequeña siesta le caería bien. Lo prepararé todo. ¿Quisiera un baño antes de dormir?
Annabeth: -Lobel…
Lobel: -Jajajaja, está bien, está bien. Zana, ve a descansar.
Entre pétalos de lobelia la hizo desaparecer.
Annabeth: -Gracias…
Al fin respiro tranquila.
Annabeth: -¿Qué les pasa a todos?... No te imaginas lo que me pidieron… que los pisara para que mis pies no se lastimen al caminar. Les dije que las alfombras eran suficiente y ordenaron cambiar todas las alfombras del Templo. No sé qué les pasa…
Lobel: -Te adoran.
Annabeth: -¡Pero si me odiaban en la mañana!
Y él, tan relajado, jugando a las cartas con Crow.
Lirio: -¿Qué ha pasado?
Annabeth: -¡Eso quisiera saber! ¡Lirio, ayúdame!
Lobel: -Hermano Mayor Lirio, ven, siéntate, deja que te cuente la buena nueva.
Lirio: -Anda, suelta el chisme.
Mientras ellos parecen divertirse de mi situación, yo voy a echarme a mi cama.
Lobel: -Beth ha logrado sincronizarse con Madre. Aún no es perfecto, pero está muy cerca de llegar a ella.
Lirio: -¡¿EN SERIO?!
Lobel: -Sí. ¡Y no solo eso! ¡Además ha guiado a otras Almas hacia Madre! ¡Nuestro mayor anhelo puede llegar a ser una realidad!
Lirio: -¡Eso hay que celebrarlo!
Lobel: -¡Sí!
Lirio: -¡Todos tienen que saberlo!
Lobel: -¡Hagamos una enorme fiesta!
Lirio: -¡Pero antes tienes que contarme todos los detalles! ¡No te guardes ni uno solo!
Y así se quedaron hablando de lo más contentos hasta que caí dormida.
Yo solo quiero mi tranquila vida de antes, donde todos me ignoraban… Soy una Bruja, ser perseguida por una multitud no es nada agradable.
Mientras huía en mis sueños, un viejo recuerdo vino a mí.
Raven: -Me gustan… tus ojos son como los zafiros.
Annabeth: -No pienso darte mi parte de postre.
Raven: -Niña tonta.
Annabeth: -Sería una tonta si me dejara engañar por tu zalamería… Pero sabes… no me molesta escucharlas. Dime más.
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Editado: 03.10.2025