Capítulo 28 - Raziel

Todo está listo.

Ya he terminado de revisar el pentagrama 12 veces.

Los Brujos y Brujas voluntarios ya están sentándose alrededor del Sello Divino.

Y el altar a los pies de la Diosa ya está repleto de ofrendas.

La luna que nos ilumina radiantemente está noche será nuestro testigo. Es una hermosa noche para morir.

Es hora.

Liliana: -¿A dónde vas?

Me pregunta mi preocupada Contratista.

Raziel: -A por la última Bruja que falta.

Entre pesados pasos que me hunden en la culpa, por las Almas que se sacrificaran por mi egoísta deseo, camino hacia mi amada.

Llevo unas horas sin verte y es como si hubiesen sido años.

Extrañarte hace que cada segundo sin verte sea un suplicio.

Ran: -Ya está lista, logré eliminar todo rastro del Dios de la Luz.

Sabía que podrías, Ran.

Aunque has acabado completamente agotado por tal hazaña.

Jajaja, ni el Dios de la Luz es rival contra el cegador brillo de un Lirio.

Raziel: -Gracias.

Lo digo sinceramente, porque lograste lo que yo no podía. Y gracias a ti, al fin soy capaz de abrazar a mi amada sin lastimarme.

Raziel: -Beth… es hora. Pronto nos volveremos a ver.

Con mi amada en mis brazos comencé a caminar hacia el lugar de la ceremonia.

Cada paso que doy, me acerca más a ti.

Pronto podrás regañarme tanto como quieras, cocinaras tus sabrosas comidas y estudiaras Magia hasta caer dormida.

Vivirás.

Y podremos estar juntos otra vez.

Apurando mi caminar llegó hasta el lugar prometido.

Ran y Castalia están detrás de nosotros siguiéndonos.

Sin detenerme avanzó hasta el centro del Sello Divino, y coloco a mi dormida amante sobre el altar de ofrendas. Es un Alma, un ser que no es materia, su translucido cuerpo de luz blanca flota sobre el altar.

Raziel: -Es una noche preciosa para morir, pero sería aún más perfecta si tú la vieses conmigo. Hace cuanto que no ves la luna.

Beso tu mano, mi amor.

Oleg: -¡¿Qué estás haciendo?!

Oleg es el primero en venir a quejarse sobre mi actuar. Pero lo ignoro y sigo con lo que tengo que hacer.

Raziel: -Que tus niños vean, quién eres, Beth.

Y sin dudarlo metí mi mano dentro de su pecho, para sacar el Núcleo Mágico de Beth. Y la oscura noche se iluminó aún más. Esta pequeña piedra traslucida es como un diamante sin color que brilla por sí mismo.

Que todos sepan porque fuiste, y serás por siempre, la Bruja más poderosa de este mundo.

Raziel: -Mira, Beth, hasta la Diosa sonríe. Nunca un Alma había llegado tan lejos como tú lo hiciste, este Núcleo es la prueba de que fuiste capaz de tocar la vida misma. Eres especial, adorabas el conocimiento tanto como tu Creador y caminaste por ti misma hacia la Perfección sin saberlo. Los Dioses están contigo, no te abandonaran… Cuando despiertes, una nueva vida te espera.

Bese sus labios por última vez.

Raziel: -Nos vemos.

Con dolor me separé de ella.

No debo llorar, lo sé, pero igual una lágrima humedeció las vendas de mi cara.

Raziel: -Liliana, es hora, ve a tu posición.

Junto a Beth, en el centro del Sello para ser el invocador principal de este Sello.

Liliana: -No.

Antes de poder decir algo Liliana abrió la boca.

Liliana: -Te daré ese privilegio.

Raziel: -¡¿A mí?! Pero soy un Demonio. Y sabes lo importante que es esa posición. No solo tendré en mis manos toda esa energía, también almacenaré los recuerdos de todos. No puedes confiarme algo tan importante a mí. ¡Ellos no van a estar de acuerdo!

Señalo al resto de presentes.

Liliana: -Lo estarán, si les doy un seguro. Oleg.

Oleg: -Mierda…

El cascarrabias viene a pararse delante de mí.

Oleg: -A cambio de mi dedo meñique jura no traicionarnos y completarás exitosamente el Hechizo.

Eh…

Raziel: -¿Y yo para qué quiero tu meñique?

Dije sin pensar.

Raziel: -Jajajaja, perdón, perdón. Me sonó tan absurdo que no pude evitar decir eso. Pero elijo tu diente de oro, porque en los meñiques están los hilos del destino. Y no quiero arruinar tu destino amoroso.