Las Brujas también desean un final feliz

Capítulo 78 - Annabeth

Los rayos del sol me despertaron.

Y lo primero que hice al levantarme de la cama fue vomitar.

No había nada en mi estómago, solo acido estomacal, pero tenía la necesidad de botarlo todo. Podía sentir la viscosa sensación de haber comido carne cruda por toda mi garganta.

Esto… no está bien.

Sin fuerzas me dejé caer en el piso del baño.

Annabeth: -Mis brazos... pican.

Alzo uno de mis brazos hacia el techo blanco y todo cuanto veo son arañazos por toda mi piel.

Annabeth: -Maldición…

Yo misma me he hecho esto.

Aún tengo restos de piel en mis uñas.

Annabeth: -Esto no está bien…

Es que lo piensa mi cordura, pero mis ojos no paran de lloran.

Annabeth: -Adonai… ¿podemos hablar?

Cierro mis ojos mientras repito su nombre tantas veces sea necesario. Quiero… respuestas… o no sé… no sé cómo sentirme… no sé qué pensar… Me siento muy confundida…

Adonai, ayúdame, por favor…

-Estás triste, está bien llorar cuando estás triste.

Cuando abrí mis ojos, todo era… un universo lleno de estrellas.

Que hermoso.

-No levantes la mirada.

Me pides, pero no te tomo mucha atención.

Estoy más concentrada en las estrellas que se mueven delante de mí.

Annabeth: -Estoy… confundida y asustada. Me mataron sin saberlo y hay Bestias malvadas queriendo atacarnos… Todas las razas Eternas están sufriendo y extinguiéndose. Las Almas están siendo una carga, ¿no es así? Sé que mis propios problemas son insignificantes comparados a todo el pesar de la Creación, y me siento una egoísta por sentirme así… Pero… tampoco puedo evitar sentir dolor por perder los recuerdos de mis amigos.

-Eres todo lo contrario a un egoísta, Annabeth. Es normal tener miedo a lo que te supera y descuida, de ese asunto me encargo yo.

Annabeth: -¿No es mucha la carga? ¡El destino de la Creación está en tus hombros! Debes tener MUCHAS preocupaciones y yo dándote más.

-Jajaja~, ves… eres todo menos egoísta. Tu tristeza nunca es por ti. Quisiera que fueses un poco más egoísta~, jajaja. Eres sin duda la mitad de Corvus, tú y él son muy diferentes, jajaja.

No sé cómo puede reírse en un momento así. Y no me hables él… apenas le recuerdo.

-Recuerdas lo necesario, eso es suficiente. Las preocupaciones y por menores déjamelos a mí.

Las estrellas se están moviendo en un infinito negro, se ven tan cerca… En cuanto estiré mi mano para tocarlas, me di cuenta de que podía hacerlo.

Annabeth: -¿Qué?... Es suave…

-Jajaja, es porque cuido mucho mi cabello.

¿Cabello?...

Annabeth: -¡¿Esto es tu cabello?!

En cuanto abro mis dedos puedo ver que es verdad. Estas son hebras de cabello. Es una larga cabellera lisa y negra. Recién ahora me percato que estamos en el santuario blanco donde nos reunimos la última vez y lo que creía un Universo solo era su larga cabellera negra.

Con razón me dijo que no levantara la mirada… él está mirándome fijamente desde arriba.

-No tuve tiempo para peinarme. Pero me alegra que mi cabello lograra animarte.

Eres… demasiado amable.

Annabeth: -Adonai, tú lo sabías… que los recuerdos de Corax ya no existen. Y tampoco quedan los recuerdos de sus amigos… ninguno de ellos.

-Ellos siempre vivirán en mis recuerdos, yo los creé y sé que las vidas de Corax fueron el mejor tributo que pudieron tener. No tienes que llorar…

Lo siento, no puedo parar…

-Mientras yo los recuerde, ellos seguirán vivos dentro de mí. Y una parte de ellos ahora vive en ti. Así que no llores, no han muerto del todo, porque aún viven en los recuerdos de otros.

Con mis manos temblorosas limpio mi llorosa cara.

Annabeth: -Yo los olvidé sin darme cuenta, ni siquiera pude despedirme, ¿o sí lo hice?...

-No, ni lo notaste porque estabas dormida.

Dormida…

-Si tienes que culpar a alguien que sea a mí. Fui yo quien no detuvo al Ángel cuando fue a buscarte. Y porque fui yo quién te hizo recordarlos.

Annabeth: -No… No me digas eso…

Estaría más confundida si ni siquiera los recordara.

Me sentiría aún más vacía.

-Yo dejé que tu destino prosiguiera sin interrupciones divinas, era el momento de olvidar, era inevitable. Una vez hiciste el Contrato Demoniaco, ya no había futuro para ti, tu destino era ser devorada por un Demonio y los Ángeles solo hacen lo que tienen que hacer… Borran tu pasado y tu nombre del Ciclo de Reencarnación, solo así se reorganizan sus registros y nuevos futuros se escriben. Sé que es despiadado, pero así hacen su trabajo.




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