Las Brujas también desean un final feliz

Capítulo 79 - Annabeth

Cuando aparecí en el comedor, todos me miraron como quien ve a un fantasma.

Incluso hubo un silencio incómodo.

Será mejor decir algo.

Annabeth: -Yo… lamento mi conducta de anoche.

Les dije mientras tomaba asiento.

Sé que he debido preocuparles bastante, ver el afligido rostro de Ran me llena de culpa el corazón. Y los ojitos llorosos de Crow me parten en dos.

Ran: -¿Quieres té o vino?

Ran…

Gracias por tratar de actuar lo más natural posible.

Annabeth: -Una botella de vino, por favor.

Rápidamente uno de los Hermanos asistentes me sirvió una copa de vino. Y yo no demoré en vaciarme la copa y volver a llenarla. Y comí mi comida con más entusiasmo que otros días. Eso alegró a Ran, Lobel, Lirio, Crow y a todos los Hermanos presentes.

Annabeth: -Gracias…

Y no lo digo por la comida.

Ran: -Come más, debes estar hambrienta.

En realidad, no, pero igual seguiré comiendo.

La carne ligeramente dura realmente es mi favorita. Aún recuerdo esa carne tierna y suave que James me hacía comer en su mansión, era una carne de mejor calidad, pero nunca me gustó tanto como la carne que cocinaba yo misma. Que la carne sea difícil de masticar es parte de su encanto, porque nos recuerda que una vida ha muerto para ser comida.

No voy a llorar.

No voy a llorar.

No voy a llorar.

No quiero pensar en lo que estoy pensando… ¿Qué tan dura habrá sido la carne de ellos? Eran aves, así que debió ser… blanda y elástica. Yo no tenía dientes, tuve que picotear y jalar la carne para poder comerla.

Me los comí sin masticar.

Lobel: -¡Beth!

El grito de Lobel me sacó de mis pensamientos.

Lobel: -E… ¡Es un bonito día, ¿paseamos?!

Es obvio que esa idea ha salido de improviso, no soy tan tonta como para no notarlo. Estás preocupado, asustado mejor dicho y Lirio también… Por supuesto, los Espíritus pueden ver y oler las emociones del corazón.

Annabeth: -Sí.

Eso dije, para tranquilizarlos.

Pero ahora me estoy arrepintiendo.

No es que las miradas de las personas me estén atosigando, no es eso. Lobel está usando sus poderes sobre nosotros para pasear desapercibidos por la ciudad, lo cual agradezco o este paseo sería muy agobiante. Él y Crow parecen querer animarme, eso, en verdad, lo apreció.

Lo que me tiene incomoda, es que no me había fijado la gran cantidad de aves que hay en todo Suré.

Desde canarios en jaulas en los balcones, hasta palomas y gorriones volando libres por las plazas y calles. E incluso algunas aves de gran tamaño sobrevuelan entre las torres altas de la ciudad.

Son muchas aves.

Y hay pinturas y esculturas de aves en murales y plazas.

Sin desearlo, acabé suspirando durante todo el paseo.

Otra cosa que me tiene incomoda, es que no he cargado a Crow todo el día, Lobel lo mantiene en sus brazos y en ningún momento me ha pedido que lo cargue. Aunque Crow sí parece tener ganas de venir hacia mí.

Sé que rechacé a Crow anoche, pero… tampoco es que tenga ánimos para cargarlo justo ahora.

No sé cómo decirle que… Corvus sigue vivo.

Yo sé, aun si nadie me cree, que Crow es Raven, y no tengo el valor para mirarlo a la cara ahora mismo. Yo quiero a Raven, ¿pero lo amo? Bueno… él ya me ha confesado su amor mientras dormía por 2 mil años, y eso en verdad acelera mi corazón. Y yo quiero elegirlo a él. Pero… ¿Cómo se sentirá Corvus al respecto? Yo, unilateralmente, he decidido abandonarle y antes… me lo comí.

Oh… bien, eso suena a una horrible relación de hermanos.

No me gusta la idea de ser feliz a costa del dolor de otros.

Pero, ¿siquiera Corvus me recuerda?

No lo creo… pero quizás sí. Por algo, Adonai, está tan confiado de que estaré con Corvus como mi pareja.

Esto es tan confuso.

¿Debería volver hablar con Adonai?

Pero tampoco quiero ser una patosa molestándolo muy seguido, porque él ya tiene sus propios problemas. Y esto no es urgente ni es cuestión de vida o muerte. Solo me tiene algo confundida.

El graznido de un ave me hizo mirar hacia el cielo.

Sé que no debería atormentarme por esto, debo hacer lo que Adonai me dijo… Es hora de viva esta vida por mí.

Estas aves que hoy vuelan y cantan por toda la ciudad de Suré… ¿Serán los descendientes de aquellos huevos que sobrevivieron?

Imaginarlo… hace que quiera llorar.

Una parte de ellos aún vive y canta por toda la Creación.




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